Investigadores entrerrianos trabajan en una nueva variedad de arándano
La provincia trabaja en un proyecto de producción de una nueva variedad de arándano que será presentado por el Ministerio de Producción a la convocatoria de los proyectos Federales de Innovación 2021 del Consejo Federal de Ciencia y Tecnología.
El eje del encuentro fue avanzar con el proyecto para la elaboración de una nueva variedad de arándanos, con el objetivo de expandir la frontera productiva de la región, lograr un mejor posicionamiento en los mercados y aumentar la generación de empleo agropecuario. En tal sentido, la Secretaría de Ciencia y Tecnología de Entre Ríos avanza en la iniciativa con Salto Grande (desde su Polo Binacional), el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, la Facultad de Ciencias de la Alimentación de la UNER, la Comisión Administradora para el Fondo Especial de Salto Grande y la Asociación de Productores de Arándanos de la Mesopotamia Argentina.
Al respecto, el ministro de Producción de Entre Ríos, Juan José Bahillo, expresó que “existe una decisión política del gobernador Gustavo Bordet de respaldar proyectos de investigación y desarrollo entrerrianos. Se han ido definiendo ejes prioritarios frente a la necesidad de ordenar y encauzar la presentación de proyectos, conforme las prioridades políticas del gobierno provincial”. En esta línea, también agregó que hay sectores de la economía entrerriana que lo enorgullecen, tal es el caso de la producción de arándanos, donde Entre Ríos se posiciona como una provincia competitiva.
Por su parte, el secretario de Ciencia y Tecnología de Entre Ríos, Jorge Gerard, indicó: “La provincia pone a disposición todo el sistema científico y tecnológico al servicio de proyectos productivos y sociales”. Al mismo tiempo, destacó “el cofinanciamiento de una beca doctoral por parte del Polo Binacional de Salto Grande, que aportará mucho en materia de recursos humanos al proyecto”.
El vicepresidente de la Delegación Argentina de Salto Grande, Juan Domingo Orabona, aportó que se trata de un trabajo que vienen desarrollando hace un tiempo en conjunto con diferentes organismos, para continuar explotando las potencialidades que tiene la región de Salto Grande y la Mesopotamia, como es el caso de la producción de arándanos y otros frutos de la zona.
En tanto, el presidente de Asociación de Productores, Alejandro Pannunzio, señaló que “logramos juntar todas las partes necesarias para obtener el producto que buscamos, que es una variedad más precoz y con más vida poscosecha, que se adapte a las condiciones agroecológicas del área de Salto Grande, teniendo en cuenta sus condiciones climáticas, para llegar de la mejor manera a los mercados”. También indicó que, al predominar un clima lluvioso en la zona, es necesaria la búsqueda de variedades firmes y tempranas para salir al mercado entre los meses de julio y agosto, y extenderse hasta diciembre.
Pannunzio concluyó que “esto garantiza para la zona seis meses de cosechas y demandas para los proveedores de insumos, como transportes y empaques, entre otros. Por lo tanto, lograr una variedad con esas características daría mucho valor y trabajo, generando un producto de exportación que otorga un mayor ingreso de divisas”.
Producción de nuevas variedades de arándanos
Como problemática inicial, el proyecto plantea que el sector arandanero necesita contar con nuevas variedades que se adapten a la demanda y a las crecientes exigencias de los mercados de exportación, en búsqueda de una continua innovación para el mantenimiento y la mejora de la competitividad.
La mayoría de las variedades de arándanos cultivadas en la región de Salto Grande provienen de programas de mejora genética de otros países, que presentan diferentes objetivos y comparten parcialmente la problemática local.
El trabajo de cruzamiento y selección se realizará bajo las condiciones locales del clima, suelo, agua y entorno biótico. Por lo tanto, las nuevas variedades obtenidas, luego de un proceso natural de recombinación genética y de una rigurosa selección, serán superiores a las originadas en otras condiciones ambientales.
El programa prevé alcanzar el objetivo general en aproximadamente doce años, dividido en dos etapas de seis cada una. En la primera parte, se realizará la identificación de las variedades con las que se trabajará y sus respectivos cruzamientos. En tanto, la segunda, se abocará de lleno al desarrollo de los mejores resultados obtenidos para el cultivo en la región.