Gesell tras el crimen de Fernando: más policías, padres preocupados y cuidados para evitar peleas
«Con mis amigos tratamos de no ‘chocar’ con grupos de jóvenes para que no se genere ninguna discusión» y «desde que pasó lo de Fernando nos cuidamos más, solo queremos salir y divertirnos», son algunas de las frases que manifestaron a Télam jóvenes que se encuentran de veraneo.
Más presencia policial cerca de bares y boliches, padres preocupados que repiten consejos para evitar que sus hijos se vean involucrados en alguna pelea y grupos más reducidos de jóvenes y adolescentes, son algunas de las circunstancias que se advierten al recorrer las calles de la localidad balnearia de Villa Gesell y conversar con los veraneantes, a dos años del crimen de Fernando Báez Sosa, atacado a golpes por una patota de rugbiers.
«Los boliches están más tranquilos», «con mis amigos tratamos de no ‘chocar’ con grupos de jóvenes para que no se genere ninguna discusión» y «desde que pasó lo de Fernando nos cuidamos más, solo queremos salir y divertirnos», son algunas de las frases que manifestaron a Télam jóvenes que se encuentran de veraneo en Villa Gesell.
Uno de ellos, Iván (16), aseguró que todo «cambió mucho» y que tienen «miedo» de quedar metidos en una pelea.
«Cuando veo a jóvenes en grupos grandes trato de no mirarlos porque tal vez creen que los mirás mal y te buscan peleas. Mis viejos me dicen que me cuide y yo me enojo porque quiero salir», agregó.
Por su parte, Diosnel, padre de seis hijos de entre 5 y 30 años, dijo a Télam que teme cada vez que los más grandes salen a la noche.
«Se está repitiendo seguido esto de las peleas, me da miedo que nuestros hijos salgan a pasear con amigos porque no estoy seguro de que vuelvan. Entre los 20 y los 25 años en donde mas suceden estas cosas. Les hablo a mis hijos más chichos, no quisiera que le pase lo mismo que a Fernando a nadie», agregó el hombre, quien el martes asistió al acto que se realizó a metros del boliche Le Brique, cerrado desde 2020, para recordar al joven asesinado hace dos años.
Otra de las asistentes al lugar fue Sol, una mujer de 30 años que vive y trabaja en Villa Gesell, quien aseguró que a veces «el comportamiento de algunos es lamentable», aunque admitió que la localidad «cambió desde lo que pasó con Fernando».
«Muchos chicos dejaron de venir, dejó de ser una ciudad de los jóvenes», expresó.
De hecho, en una recorrida realizada por Télam en la localidad de Pinamar, vecina a Gesell, varios jóvenes manifestaron que prefieren ahora veranear allí parra evitar problemas.
Iván, Nicolás y Matías son tres amigos de 18 años que decidieron veranear en Pinamar con otros ocho compañeros de un colegio porteño «porque es más seguro».
«Muchos elegimos destinos como Pinamar, San Bernardo o Mar del Plata antes que Villa Gesell», dijo Nicolás, mientras que Iván agregó: «Desde que pasó lo de Fernando preferimos ir a otro lado».
Sobre la presencia policial en Villa Gesell, Télam constató que varios policías son asignados por las noches a un operativo especial que se realiza a la salida de los dos boliches que actualmente funcionan en esa localidad: «Pueblo Límite», que tiene una capacidad para 4.800 personas, y «Dixit», de 639.
De acuerdo a la recorrida realizada, una veintena de efectivos de la policía bonaerenses y personal de la UTOI (Unidad Táctica de Operaciones Inmediatas) afectado al operativo Sol, custodiaban esta madrugada la salida de los jóvenes del boliche «Punto Límite», ubicado en la avenida Buenos Aires al 2600, en el ingreso a Villa Gesell.
En tanto, en la zona céntrica gesellina, muchos chicos y chicas prefieren pasar la noche en bares, donde pueden sentarse a tomar algo, comer y participar de algún karaoke.
El secretario de Seguridad de esa localidad, Mauricio Andersen, informó a Télam que desde el Municipio se implementan medidas para no tener incidentes en la temporada de verano, especialmente a la noche.
«Establecimos una relación con los comerciantes de la zona y la policía para hacer acompañamiento de los jóvenes al ingreso y a la salida de los boliches. En el caso de ‘Pueblo Límite’ hay un corredor que va desde la avenida Buenos Aires, pasa por la avenida 3 y luego va hacia la playa, donde distribuimos policías para que cualquier incidente o pelea sea desarticulado», dijo el funcionario municipal.
Además detalló que durante la madrugada se controla la presencia de personas en la playa con tres camionetas de la Secretaria de Seguridad y cuatriciclos policiales para que no haya aglomeraciones, que no se metan al mar y que no se peleen.
«La idea no es que los jóvenes no venga a Gesell sino que vengan y se sientan seguros de que no va a haber ningun tipo de incidente o pelea que tengamos que lamentar», concluyó.
Desde días después del crimen de Fernando, ocurrido el 18 de enero de 2020, el boliche donde se inició el episodio que finalizó en la vereda, Le Brique, permanece cerrado y en su fachada se exhiben numerosos carteles con leyendas y fotos que recuerdan al joven.
«Por Fernando ni olvido ni perdón, justicia es perpetua», «11 cobardes contra 1, Justicia por Fer», «Este asesinato se pudo haber evitado. Son tal culpables como los asesinos. Justicia por Fernando», «Señores jueces y fiscales, la sociedad exige justicia frente a semejante atrocidad contra un inocente. La única condena que aceptamos es reclusión perpetua», rezan algunos de ellos en referencia a los ocho rugbiers detenidos por el homicidio, que serán juzgados en enero de 2023.
Fue el martes, a metros de ese sitio, donde los padres de la víctima, Graciela Sosa y Silvino Báez, recordaron a su hijo en un conmovedor acto que concluyó cuando la madre de Fernando, quebrada de angustia, se desmayó y debió ser trasladada a un centro asistencial.
Ambos padres pisaron por primera vez el lugar en el que mataron a su hijo y también por primera vez conocieron el mar.
«Fue la primera vez que vi el mar, hubiera sido distinto si estuviera Fernando», contó conmovida Graciela en diálogo con Télam.