La leche materna tiene más proteínas y antioxidantes si el bebé es un varón
Esta condición debería considerarse para establecer la pauta de nutrición infantil durante el período neonatal, más aún en el caso de aquellos bebés nacidos bajo condiciones adversas o que necesiten leche donada.
Científicos de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y del Hospital Clínico San Carlos de Madrid investigaron si la leche de las madres con bebés varones presenta los mismos niveles de proteínas y antioxidantes que la de mujeres con bebés de sexo femenino.
Los resultados del estudio indican que, durante el primer mes de lactancia, la leche de las madres con bebés varones presenta niveles más altos de proteínas y antioxidantes en comparación con las que tienen bebas.
El estudio se centró en los niveles de grasas, proteínas y sistemas antioxidantes de la leche materna durante ese primer mes de lactancia, ya que son muy relevantes para la supervivencia y crecimiento de los recién nacidos, en especial aquellos que llegaron prematuramente o con bajo peso.
Así, un mayor contenido de macronutrientes y antioxidantes en la leche de madres con bebés de sexo masculino podría tener un beneficio que contrarreste la “desventaja masculina”.
“Por lo tanto —detallan los autores del estudio—, la influencia que el sexo neonatal pudiera tener sobre los compuestos bioactivos de la leche materna debería considerarse para establecer la pauta de nutrición infantil durante el periodo neonatal, más aún en aquellos bebés nacidos bajo condiciones adversas o que necesiten leche donada”.
En el hospital Clínico San Carlos, se reclutó, anónima y voluntariamente, a 48 mujeres y a sus 55 recién nacidos en las horas inmediatas al parto.
Se recogieron los datos sociodemográficos de las mujeres y sus datos clínicos relacionados con el embarazo, además de parámetros como el peso, la altura y los porcentajes de grasa y músculo mediante bioimpedancia.
Los investigadores también tuvieron acceso a las características del parto y a las de los primeros instantes de vida del recién nacido, como la puntuación de Apgar (primer examen del peso del bebé) o su sexo.
“A las mujeres —explican los autores—, se les pedía que cediesen una muestra de 5 ml. de leche en los días 7, 14 y 28 de lactancia para analizar la grasa (método Mojonnier), las proteínas (método Bradford) y diversos sistemas antioxidantes: capacidad antioxidante total (métodos ABTS y FRAP), los grupos tiólicos, el glutatión reducido, las actividades de superóxido dismutasa y catalasa (métodos espectrofotométricos y fluorimétricos). En la leche, también se determinaron moléculas de daño oxidativo como la peroxidación de lípidos y la oxidación de proteínas (métodos espectrofotométricos)”.
Los análisis estadísticos consistieron en una sucesión de modelos lineales mixtos con efectos aleatorios que fueron ajustados por la antropometría materna, las puntuaciones estandarizadas del crecimiento del neonato y la edad gestacional.
Con estos modelos, los investigadores determinaron los efectos principales del sexo neonatal, el periodo de lactancia y su interacción con la edad gestacional sobre los niveles de proteínas, grasa y antioxidantes.
Los estudios previos sobre la influencia del sexo en la composición de la leche han arrojado resultados contradictorios.
“Al igual que nuestros datos en mujeres españolas, estudios en mujeres americanas y coreanas muestran la misma tendencia; la leche de madres de bebés varones presentaba más contenido calórico que la de las mujeres con bebés de sexo femenino”.
“Sin embargo, —continúan los investigadores—, estos resultados no se han encontrado en mujeres keniatas. En este caso, se ha postulado que se debe a factores socioeconómicos y culturales que interaccionan con el sexo del bebé e influyen en la cantidad de compuestos de la leche materna”.
El trabajo explica estos resultados en términos de la hipótesis de Trivers-Willard, que dice que el cuidado que invierten los padres en sus hijos es diferente dependiendo del potencial reproductivo de la descendencia.
“Además de los aspectos socioculturales, nutricionales y antropométricos maternos, un tercer factor que puede explicar los resultados de nuestro estudio es la influencia de las hormonas sexuales masculinas durante el embarazo y postparto, que participan en el desarrollo de la glándula mamaria y que pueden justificar un mayor engrosamiento glandular en las mujeres con un feto masculino. Este aspecto merece una mayor investigación”, concluyen los autores del estudio.
El estudio se titula “Influence of Neonatal Sex on Breast Milk Protein and Antioxidant Content in Spanish Women in the First Month of Lactation”. Se ha publicado en la revista académica Antioxidants.