Ráfagas de un minuto de actividad física en el día a día alargan la vida
Subir las escaleras tres veces al día o pasar la aspiradora con energía, puede ayudar a reducir hasta un 40% el riesgo de muerte prematura.
A partir de los 40 años, son muchas las personas que tienden a hacer menos ejercicio, ya sea por la falta de tiempo, la carga de trabajo o las múltiples distracciones de ocio que hay alrededor que hacen que el sedentarismo le gane la batalla a realizar actividades o ejercicios que generan beneficios para la salud.
Para todos ellas, incluso para quienes no les gusta hacer deporte o ir al gimnasio, un nuevo estudio trae conclusiones interesantes y prácticas, ya que determinó que hacer pequeños intervalos de actividad física intensa durante las tareas rutinarias del día, en concreto tres o cuatro ráfagas de un minuto de actividad energizante, puede ayudar, y mucho, a reducir el riesgo de muerte prematura, particularmente por enfermedad cardiovascular.
Así lo determinó el estudio dirigido por el Centro Charles Perkins de la Universidad de Sidney en Australia, publicado en Nature Medicine, el primero en medir con precisión los beneficios para la salud de lo que los investigadores han denominado “actividad física de estilo de vida intermitente vigorosa” o VILPA.
Cuando se habla de VILPA, se trata de los episodios muy breves de actividad vigorosa (hasta uno o dos minutos) que se hacen con gusto todos los días, como correr para tomar el colectivo o el subte mientras se esquivan pasajeros en el andén, ir caminando con energía a realizar las compras, pasar la aspiradora escuchando música con vitalidad o, sencillamente, jugar con niños intentando igualar su nivel de energía.
Cómo se llevó a cabo el estudio
Los investigadores utilizaron datos de rastreadores de muñeca del Biobanco del Reino Unido, una base de datos biomédica a gran escala, para medir la actividad de más de 25.000 personas “no deportistas”, participantes que informaron que no practican ningún deporte ni hacen ejercicio durante el tiempo libre.
Mediante este método, los especialistas pudieron concluir que cualquier actividad registrada por este grupo era actividad física incidental realizada como parte de la vida cotidiana. Luego, el equipo accedió a datos de salud que le permitieron seguir a los participantes durante siete años.
“Estos hallazgos demuestran cuán valiosas pueden ser las medidas detalladas y objetivas de la actividad física cuando se recopilan en una población a gran escala. Estamos increíblemente agradecidos con todos los 100.000 participantes del Biobanco del Reino Unido que usaron un monitor de actividad durante 7 días para generar estos valiosos datos”, dijo la profesora Naomi Allen, científica en jefe del Biobanco del Reino Unido.
“La capacidad de la tecnología portátil para revelar ‘micropatrones’ de actividad física como VILPA, tiene un gran potencial para comprender las formas más factibles y eficientes en el tiempo en que las personas pueden beneficiarse de la actividad física, sin importar si se realiza con fines recreativos o como parte de una actividad física del diario vivir”, añadió.
Qué hallaron los investigadores
Los investigadores encontraron que solo tres o cuatro sesiones de VILPA de un minuto todos los días se asocian con una reducción de hasta un 40% en la mortalidad por todas las causas y la relacionada con el cáncer, y una disminución de hasta un 49% en la muerte vinculada con enfermedades cardiovasculares.
“Nuestro estudio muestra que se pueden lograr beneficios similares al entrenamiento en intervalos de alta intensidad (HIIT) al aumentar la intensidad de las actividades incidentales que se realizan como parte de la vida diaria, y cuantas más, mejor”, dijo el autor principal Emmanuel Stamatakis, profesor de actividad física, estilo de vida y salud de la población en el Centro Charles Perkins de la Universidad de Sidney.
“Unas pocas sesiones muy cortas de tres a cuatro minutos al día podrían ser muy útiles, y hay muchas actividades diarias que se pueden ajustar para aumentar el ritmo cardíaco durante un minuto más o menos”, señaló Stamatakis.
La mayoría de los adultos de 40 años o más no practican ejercicio o deporte con regularidad, pero el profesor dijo que el estudio revela cómo la actividad física incidental puede superar muchas barreras. “Aumentar la intensidad de las actividades diarias no requiere compromiso de tiempo, preparación, membresías en clubes ni habilidades especiales. Se trata simplemente de acelerar el paso mientras se camina o se hacen las tareas del hogar con un poco más de energía”, señaló.
Qué descubrieron sobre el ejercicio como parte de la vida diaria
En resumen, estos son los puntos clave que se extrajeron de este trabajo de investigación:
- El 93 por ciento de todos los intervalos de VILPA realizados por los participantes duró hasta 1 minuto.
- En promedio, cada día, los participantes realizaron ocho episodios de VILPA de hasta 1 minuto cada uno, con un total de 6 minutos por día.
- En promedio, cada ráfaga de VILPA duró alrededor de 45 segundos.
- Las ganancias más pronunciadas se observaron al comparar aquellos que realizaban alrededor de cuatro a cinco episodios por día con aquellos sin VILPA.
- Se encontraron mayores beneficios con mayores cantidades de VILPA, lo que sugiere que cuanto más se hace, es mejor.
- El máximo de 11 episodios por día se asoció con una reducción del 65% en el riesgo de muerte cardiovascular y una reducción del 49% en el riesgo de muerte relacionada con el cáncer, en comparación con la ausencia de VILPA.