Argentina: no hay razón para que haya un corralito
La explicación es relativamente sencilla y la vamos a ilustrar con un ejemplo. En la convertibilidad, los créditos en dólares se otorgaban a cualquier persona que los solicitaba y cumplía las condiciones crediticias.
Imaginemos entonces que Juan Pérez tenía U$S 100 dólares depositados en un determinado banco. Si Carlos García tomaba un préstamo por U$S 70 dólares, el banco se los prestaba. Pero en realidad, esos dólares eran los que Juan Pérez había depositado inicialmente.
Esto no configura ningún tipo de estafa, sino que es una práctica común que genera lo que se conoce como «creación secundaria de dinero». Esta es la piedra fundamental de los sistemas de encaje fraccionario en donde los bancos tienen que guardarse siempre una fracción de los depósitos que no pueden prestar (así funciona la banca en la mayoría de los países del mundo con excepción de algunos países islámicos).
En nuestro ejemplo no había más que U$S 100 físicos, pero los saldos de Juan Pérez y Carlos García sumaban U$S 170. Si ambos iban a buscar «sus dólares», se encontrarían con que no habría posibilidad de satisfacer a ambos.
Desde que se salió de la convertibilidad, los préstamos en dólares están limitados por ley solamente a prefinanciación de exportaciones con plazos de 180 a 360 días. Con lo que, este «efecto multiplicador» del dinero, es más limitado (aproximadamente hay reservas encajadas por el 50% de los depósitos en dólares).
Los últimos datos del Banco Central (al miércoles 9 de mayo), indican que la totalidad de los depósitos en dólares del sistema prácticamente no se habían movido. Es de esperar que tanto el jueves como el viernes eso haya cambiado. ¿En qué cantidades? Lo sabremos el día martes, ya que el rezago de la información tiene 48 horas.
¿Esta explicación anula la posibilidad de que el común de la gente pretenda retirar sus dólares en un acto de pánico? Para nada. De hecho, estas situaciones son absolutamente imposibles de predecir y modelar. Pero el hecho de que el 50% de los dólares estén disponibles, disminuye la probabilidad de que esto suceda (U$S 14 mil millones para hacer frente a un total de depósitos de U$S 30 mil millones). ¿Es esta proporción suficiente?
Una parte importante de los dólares de la Argentina ya se estaban yendo por el déficit de cuenta corriente. Con lo que, la suba del dólar de los últimos días, es probable que haya sido un requisito del FMI. ¿Por qué? Porque con un dólar más alto justamente se estaría atacando uno de los lugares por los que la Argentina pierde dólares: la balanza comercial. Probablemente el FMI esté dispuesto a respaldar al sistema financiero argentino, pero quiera evitar tener que hacer frente también al déficit de cuenta corriente.
¿Qué pasó con los depósitos en pesos? ¿Se han retirado de los bancos?
Al menos hasta el miércoles de la semana pasada, nada indicaba eso. Aún con una caída el jueves y viernes, parece muy apresurado hablar de corrida bancaria. Los datos simplemente no lo avalan. El resto es «relato», «sensación», «caminar por el barrio». Pavadas a las que nos tienen acostumbrados los políticos charlatanes.
¿Dónde reside la vulnerabilidad del Banco Central?
En qué, de manera creciente, ha tenido que asistir al Tesoro Nacional. Esto se ve en las compras netas de dólares del BCRA al Tesoro y en los Adelantos Transitorios. Para que esta inyección de pesos no se vaya enteramente a inflación, el BCRA los absorbe a través de las Lebacs y los Pases.
En conclusión, si bien es entendible el temor general de la sociedad, todavía los números no han encendido las luces de alarma. A los efectos prácticos, ¿cuán factible es retirar la mitad de los dólares del sistema? ¿Hay lugar suficiente en las cajas de seguridad? ¿Quién quiere correr el riesgo de tener dólares físicos consigo? ¿Cuántos argentinos tienen cuentas abiertas en el exterior para poder alternativamente girar su dinero?
El mercado espera con nerviosismo cómo habrá de resolverse el vencimiento de $688 mil millones del próximo martes. ¿Habrá propuesta de canje voluntario de esas Lebacs? ¿Habrá canje forzoso? El mercado ha comenzado a hacerse esas preguntas seriamente. Una vez resuelto ese interrogante, es de esperar que vuelva la calma al mercado cambiario, aunque sin duda seguirá siendo una tensa calma.