Es una costumbre que muchas personas realizan a diario y antes de salir de casa.

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En muchas sociedades la costumbre de bañarse es una rutina diaria y que por lo general se hace en la mañana, antes de salir de la casa rumbo al trabajo, al colegio o a la universidad. Así mismo, esta acción se cumple, casi que de manera sagrada, para activar el cuerpo para el resto de la jornada y como un hábito de higiene y limpieza.

Sin embargo, hay diferentes personas alrededor del mundo que se han cuestionado si bañarse todos los días es realmente efectivo y qué consecuencias podría tener en el cuerpo el no hacerlo a diario.

Para esto, un equipo de la prestigiosa Universidad de Harvard, en Estados Unidos, decidió adelantar un estudio para comprobar si la rutina del baño diario es tan benéfica para la salud como se cree, o si, por el contrario, puede tener consecuencias negativas en el organismo.

Según explicaron desde la reconocida academia, uno de los inconvenientes de someterse a una ducha diaria recae sobre la piel, órgano que suele ser muy delicado y sensible y que reacciona de diferentes maneras a los cambios de clima, temperatura, al contacto con sustancias y a la falta de higiene.

Los expertos indicaron que es ella misma la que se encarga de producir sus propios aceites para mantenerse hidratada y para protegerse de bacterias o agentes externos que la puedan afectar; en consecuencia, al bañarse a diario, la piel y el cuero cabelludo pueden perder su equilibrio y quedar expuestas a diferentes patologías.

Pero en realidad el riesgo de las duchas no está en el contacto con el agua, sino en los productos de aseo que se emplean en esta rutina, pues la composición química de los diferentes jabones y champús pueden alterar el pH natural de la piel, provocando irritaciones y enrojecimientos y haciendo al organismo más susceptible a presentar alergias.

Estos productos llevarían a un efecto contrario, pues en lugar de que la piel pueda proteger al cuerpo, emplearlos de forma constante podría dejarla expuesta a sufrir enfermedades. Sin embargo, ese estudio no recomienda dejar de bañarse, pero sí disminuir la frecuencia con la que se hace y recomienda una media de cuatro veces por semana, siempre y cuando se adapte a los hábitos de higiene y al tipo de piel.

Factores que determinan cada cuanto se debe bañar una persona

Para Ariel Vilchis Reyes, académico del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina UNAM, sugiere identificar tres factores y asegura:

  • El clima: Es importante reconocer la temperatura. “Si estamos en un clima frío, lo mejor es bañarse dos o tres veces por semana, pero si estamos en un clima cálido y sudamos mucho, se recomienda bañarse hasta dos veces al día”.
  • Condición biológica: “Esto quiere decir que cada cuerpo es distinto y deberíamos tener cuidado para no dañar las pieles sensibles”.
  • Actividad física y que requieren esfuerzo: “La recomendación es tomar doble baño al día para eliminar bacterias que se producen en la sudoración”.

Al respecto, la Organización Mundial de la Salud sugiere que es recomendable bañarse cada tercer día, pero manteniendo una buena higiene en las partes íntimas, como las axilas, las ingles y los pies, en las que hay mayor sudor. A tener en cuenta, manchas en la piel que pueden indicar un daño grave.

 

Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, reveló algunas recomendaciones para cuidar la piel, como, por ejemplo:

  • Limitar la duración del baño. El agua caliente y las duchas o baños prolongados eliminan los aceites naturales de la piel y lo mejor es usar agua tibia en lugar de agua caliente. Evitar los jabones fuertes. Los jabones y detergentes fuertes pueden eliminar los aceites naturales de la piel.
  • Evitar los jabones fuertes. Los jabones y detergentes fuertes pueden eliminar los aceites naturales de la piel.
  • Secarse con golpecitos. Después del baño lo ideal es secarse la piel suavemente con una toalla dando pequeños toques para que quede algo de humedad en la piel.