Atravesar por un proceso de enfermedad, sobre todo las patologías que revisten gravedad, transforma la realidad cotidiana de una familia y del entorno que la rodea. Así empieza un peregrinar para encontrar el mejor especialista en procura de recuperar la calidad de vida del paciente. Pero no siempre las experiencias son buenas. Sucede que a medida que el deterioro de
salud de una persona avanza, el grado de desesperación de una familia la enfrenta a ciertos sistemas de salud que se aprovechan de esa necesidad, ofreciendo tratamientos milagrosos. El Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (Incucai) fue el primero en advertir sobre «la divulgación y promoción de supuestos tratamientos realizados con células madre en nuestro país y en el extranjero, que generan falsas expectativas y son potencialmente peligrosos para la salud». De esta manera puso en alerta a la población sobre una práctica que se encuentra en una etapa «experimental», sin ningún tipo de «evidencia clínica, ni tratamientos establecidos a nivel nacional e internacional, que hayan demostrado la eficacia del uso de células madre para curar enfermedades».
Esta semana las autoridades sanitarias de la provincia de Entre Ríos manifestaron su preocupación debido a un «nuevo auge» en el requerimiento de estos procedimientos ofrecidos por profesionales que llegan desde otros países. El interés resurgió hace un año entre familias que buscan aferrarse a una nueva esperanza, sin importar que las clínicas o médicos prometan resultados sin la debida credibilidad científica, según pudo determinar UNO.
«Hay preocupación del Ministerio de Salud como de la Federación Médica de Entre Ríos (Femer) y de las obras sociales, por la cantidad de estos tratamientos o pedidos de subsidios al Estado o a la obra social para que sean cubiertos. Siempre estamos tratando de trabajar dentro de un marco para darle calidad a la gente y que esto tenga la evidencia científica objetiva que nos permita asegurar que el tratamiento va a ser efectivo. Sobre todo por los altos costos que tienen estos», confió a UNO Karina Muñoz, directora general de Hospitales del Ministerio de Salud provincial.
La funcionaria confirmó la gestión de algunos médicos extranjeros para comenzar a atender en la provincia. «Tenemos entendido que hay profesionales que vienen de afuera; creo que era un cubano o ecuatoriano, que quería venir a Concordia donde había que juntar 16 pacientes para iniciar un tratamiento. ¿Qué evidencia tiene ese tratamiento para poder aplicarlo a la gente de Entre Ríos? Los pacientes son todos chicos con parálisis cerebral; es entendible, los padres quieren ver cambios. Entonces apuestan a todo», explicó.
Si bien las autoridades sanitarias son conscientes de las expectativas creadas entre la población, pidieron tomar todos los recaudos necesarios para evitar posibles engaños. Sucede que, por ejemplo, estos médicos golondrina para sortear los controles se instalan sin pedir autorización. «Por eso le recomendamos a la gente que cuando vayan a un consultorio, la condición para estar habilitado es que el médico deba tener el diploma en la sala de espera. Es uno de los requisitos que exige el Departamento de Atención Médica del Ministerio de Salud. Además ellos tienen que matricularse en la provincia para poder atender, y en el caso de que vengan a hacer cirugías excepcionales, como lo ha hecho Libertador General San Martín o el sanatorio La Entrerriana, deben solicitar un permiso en el Ministerio de Salud a través del área de Legales. La Provincia debe controlar que ese médico que va a realizar un tratamiento cumpla con los requisitos y que realmente sea especialista», aseveró la funcionaria.
Estos nuevos campos todavía en estado experimental dentro de la Medicina desafían los controles públicos, es por eso que se activó un protocolo con medidas de carácter preventivo ante posibles casos del ejercicio ilegal de la práctica médica. El primer paso lo dieron el Ministerio de Salud provincial, junto al Instituto de la Obra Social de Entre Ríos (Iosper), y la Femer, quienes se comprometieron a bregar para que estas prácticas se ajusten a las normas y reglamentaciones del ejercicio profesional, en particular con respecto a la matriculación y la habilitación necesaria. «Estamos trabajando fuertemente para brindar atención de calidad y segura para la gente de Entre Ríos. Es un proceso conjunto que se está haciendo, entendiendo que es la mejor manera de poder realizar un mejor control. Porque hoy en día un médico se puede instalar en un garaje, decir que viene de Cuba y no se sabe lo que puede estar haciendo ahí adentro», acotó la funcionaria.
Creció la demanda
En la obra social estatal todavía no se han solicitado formalmente coberturas para este tipo de prestaciones, pero teniendo en cuenta la incipiente demanda se recomendó a la ciudadanía tomar conciencia sobre los potenciales riesgos que ello implica para la salud. «Hace un año aproximadamente que ha tomado un nuevo auge en la provincia, y las personas están tomando esa propuesta que se hizo de China en su momento, y luego de otro países, para llevar adelante la utilización de células madre en el tratamiento de algunas patologías», reseñó el presidente del Iosper, Fernando Cañete. Según indicó el funcionario, el debate sobre esta problemática se viene dando «por lo menos hace siete años», y consideró que se trata de «un tema muy sensible, muy complejo Aquella persona que tiene un familiar enfermo, por ser tan sensible y delicado, se aferra a cualquier tipo de solución que le ofrecen. Había decaído el interés y prácticamente no existía ningún tipo de avance hacia el requerimiento de estas intervenciones».
Cañete se basó en un informe del Incucai, la entidad rectora en materia de trasplantes, en el que se argumenta desde una mirada científica el rechazo a los métodos con células madre, tomando en cuenta además la recomendación de organismos especializados en Argentina y el resto del mundo. «Lo que dice el Incucai es que se está utilizando a la población necesitada de una solución para resolver su problema de salud. Nosotros estamos advirtiendo; la población tomará la decisión si quiere seguir apostando a una actitud totalmente especulativa, que no tiene ningún tipo de rigor científico en cuanto a la resolución de los problemas, o escucha a los que estamos medianamente involucrados en el tema para que no se dejen engañar», ilustró. El titular de la obra social apuntó a los médicos foráneos que traen «falsas promesas» y no descartó la probable presencia en el corto plazo en Entre Ríos «de un médico ecuatoriano que ofrece este tipo de servicios a algunos pacientes».
«El ciudadano lo puede dejar o tomar, lo que estamos tratando de advertirle es el estado de situación. Y que hay organismos serios en el país que están diciendo que esto no da un resultado», consignó en declaraciones a UNO.
Cañete negó que el Programa Médico Obligatorio del Iosper pueda cubrir estas prestaciones: «Salvo el trasplante relacionado con enfermedades oncohematológicas, que es lo que tiene rigor científico. Después lo demás, no. Lo advertimos al igual que cuando un laboratorio pretende ingresar al país un medicamento determinado, de uso experimental y que tiene algún prescriptor. Entonces ingresa al sistema y terminamos siendo conejitos de indias los países subdesarrollados. Encima con el agravante de que el gobierno nacional mira para otro lado, le importa muy poco la salud, que desjerarquizó la Salud bajando el rango del Ministerio a Secretaría. Es decir que nadie controla nada en este país».
La esperanza de Ernestina
Ernestina es una niña de San Salvador que padece una parálisis cerebral infantil de grado 5, que comenzó un tratamiento con células regenerativas con el médico ecuatoriano Iván Merchán Peñafiel. Su mamá contó a UNO que la patología le fue diagnosticada a los 8 meses de vida, y desde ese momento no habla ni camina. Desde esa temprana edad inició un tratamiento de kinesiología e hidroterapia. La mujer aclaró que dicha intervención difiere de los tratamientos con células madre: «Son cinco sesiones, siendo la primera terapia el 23 de marzo. No teníamos testimonios clave de pacientes con su misma enfermedad y que hayan tenido una mejoría con células madre. Entonces optamos por hacer este, si bien es más costoso».
El médico ecuatoriano presenció la primera terapia en Buenos Aires, pero para continuar con el tratamiento la familia Ávalos deberá trasladarse hasta Cuenca, lo que implicará una mayor erogación económica si se tiene en cuenta que al costo de cada sesión (3.000 dólares) se le deberán sumar los gastos del traslado. «Tendríamos que estar viajando en estos días a Ecuador; tenemos turno el 27 pero no llegamos con la plata, porque si bien tenemos para la sesión no contamos con el dinero para los gastos de estadía y el pasaje aéreo. En estos momentos estamos trabajando para poder reunir los fondos para cubrir esos gastos. Estaremos viajando en mayo», analizó.
Gimena señaló que son muchos los pacientes de Entre Ríos, en especial de Concordia, que acudieron en busca de los servicios del médico ecuatoriano. En el caso de San Salvador, Ernestina no es la única paciente de Merchán Peñafiel: el pequeño Santino también está haciendo una campaña solidaria para reunir fondos. «La mayoría de los niños presenta parálisis cerebral, pero los nenes son distintos. Hay algunos que tienen la parte neurológica más afectada, otros no; si bien tienen el mismo diagnóstico, no son todos iguales», detalló, y a la hora de explicar las características del tratamiento indicó: «Le extraen sangre, donde se pueden obtener sus células. No sé la fórmula que usó el doctor, pero eso es lo que hace regenerar las células».
Lo que hay que saber
«Hasta el momento, hay dos tratamientos con células madre que resultan terapéuticamente eficaces y sin riesgos secundarios: el trasplante alogénico de células madre de médula ósea, sangre periférica y cordón umbilical; y el autotrasplante de células madre de médula ósea y sangre periférica para tratar enfermedades curables a partir de protocolos aceptados. Fuera de estos tratamientos no existe evidencia clínica reproducible y contundente, ni tratamientos establecidos a nivel nacional e internacional que hayan demostrado la eficacia del autotrasplante de células madre de médula ósea o cordón umbilical para mejorar o curar enfermedades altamente discapacitantes. Los únicos tratamientos establecidos son aquellos destinados a enfermedades que se curan con trasplante de médula ósea y por ello son los únicos que se realizan con éxito en miles de pacientes», se precisó en un informe elaborado por el Incucai.
El mismo documento, a continuación, advirtió sobre la aparición de «instituciones médicas privadas que ofrecen tratamientos de autotrasplante de células madre para tratar enfermedades como: las parálisis por lesiones cerebrales o de la médula espinal, las neurodegenerativas como la enfermedad de Parkinson o trastornos metabólicos como la diabetes. En algunos casos se trata de procedimientos experimentales que deben demostrar su eficacia y seguridad en seres humanos, por lo que deben contar con un protocolo aprobado y sin costo para el paciente, quien debe ser informado del carácter experimental del tratamiento».