Criptomonedas en rojo: ¿Es momento de huir o de invertir?
Los principales ‘exchanges’ están teniendo problemas para gestionar la avalancha de usuarios que está accediendo a sus carteras.
Pablo Cabrol, analista de bitcoin, sostuvo en diálogo con Ámbito que el desplome de las principales criptomonedas «ya pasó cuatro veces en 2011, 2015, 2017» y que se tratan de «correcciones» .También indicó que influyen mucho las noticias porque «hay una cuestión informal muy grande» dentro del mercado.
A su vez mencionó, entre otras causas, que «las granjas de minería están en China y China está planteando la regulación», además de la problemática «climatológica» y lo concerniente a la «huella de carbono». «Elon Musk lo puso en el tapete» describió.
También aseguró que «una vez que empieza a rodar hacia abajo» muchos inversores se desprenden de los activos, lo contrario a lo que realizan los traders que cuando el precio decrece, compran, y cuando sube, venden. También diferenció «las criptomonedas autogeneradas y otras en las que quieren incursionar los países», como China.
Por otra parte Santiago Lliul aclaró que «hubo hoy un rebote en el bitcoin» porque «los mercados se manejan con miedo y euforia», hay osos y toros, unos creen que el mercado va a bajar y otros a subir, diferenció el analista por lo que hay quienes proyectan que BTC seguirá cayendo y otros que tocó piso.
«Cuando toca los u$S34.000, Elon Musk pone un tweet pone dos iconos, unas manos de diamante. Esta simbología significa que estas manos pueden soportar grandes bajas; o sea no se van a desprender hasta el objetivo final. Las va a aguantar, dice: vamos a seguir confiando» aclaró Lliul.
«Tesla y otras compañía pasaron sus ganancias a estos activos y por ende no quieren que se destrocen» aclaró en relación a «las grandes ballenas que son los grandes compradores» y quienes se definen, además, porque son los que dicen «si yo compro me siguen los minoristas». «Son demasiado influyente en el precio de estos activos», aclaró.
¿Qué sucedió hoy con las criptomonedas?
Mientras el Bitcoin se desplomó 30% y llegó a cotizar en u$s30.000, arrastrando además a otras criptomonedas, y los principales ‘exchanges’ están teniendo problemas para gestionar la avalancha de usuarios que está accediendo a sus carteras.
El Bitcoin y el Ether cayeron a mínimos de tres meses y medio, camino de registrar su mayor pérdida diaria desde marzo del año pasado, a raíz de la medida adoptada por China de prohibir a las instituciones financieras y de pago la prestación de servicios de criptodivisas. En un momento dado, la capitalización bursátil de las criptomonedas se redujo en casi un billón de dólares.
A última hora de la mañana, la capitalización de mercado era de 1,65 billones de dólares, según el rastreador de datos CoinGecko.com.
El bitcoin, la criptomoneda más amplia y conocida, ya había estado bajo presión por una serie de tuits del jefe de Tesla, Elon Musk, pero las noticias de China lo hicieron retroceder a un mínimo de tres meses y medio de 30.066 dólares.
La criptomoneda ha bajado un 54% desde el récord de 64.895 dólares alcanzado el 14 de abril. También se dirige a su primer descenso mensual desde noviembre de 2018.
«La fuerte caída del precio del bitcoin no debería sorprender al mercado», dijo Gavin Smith, director general del consorcio de criptomonedas Panxora.
«Cualquier activo que haya subido tanto como el bitcoin en el último año puede esperarse que tenga retrocesos a medida que algunos inversores toman ganancias, como estamos viendo actualmente. Aunque a menudo es una brillante oportunidad de inversión, los operadores deben recordar que el bitcoin sigue siendo una clase de activo emergente y seguirá experimentando grandes oscilaciones de precios», añadió.
El declive del bitcoin golpeó otros activos. El ether , la moneda vinculada a la red ethereum, llegó a caer hasta 1.850 dólares, su menor precio desde enero, pero luego perdía un 26% a 2.497 dólares. La moneda ha bajado un 57% desde un máximo histórico del 12 de mayo.
«Por sí solo, no veo eso (el desplome) como una preocupación sistémica en este momento», dijo el presidente de la Reserva Federal de St. Louis, James Bullard. «Todos somos muy conscientes de que las criptomonedas pueden ser muy volátiles».
Las caídas de los precios de las criptomonedas la semana pasada fueron provocadas por las declaraciones de Musk en torno a que Tesla ya no aceptará el bitcoin como pago. Sus tuits posteriores causaron una mayor confusión sobre si el fabricante de automóviles se había despojado de sus tenencias de la moneda.
El anuncio de China el martes de prohibir que las instituciones financieras y las empresas de pago brinden servicios relacionados con transacciones de criptomonedas exacerbó las ventas.China también advirtió a los inversores contra el comercio especulativo de criptomonedas.
«Los mercados de criptomonedas están procesando actualmente una cascada de noticias que alimentan el argumento bajista para el desarrollo de los precios», dijo Ulrik Lykke, director ejecutivo del fondo de cobertura de criptomonedas ARK36.
«Noticias como esta pueden generar mucha tracción y agitar fácilmente el ánimo del mercado, pero a menudo resultan de poca importancia a largo plazo», agregó.
El origen de las criptomonedas
El concepto de criptomoneda tiene su origen a fines de los noventa por el ingeniero informático Wei Dai, que diseñó un software de código abierto que conectaba computadoras y dio origen al nacimiento del Bitcoin, que tras un vertiginoso crecimiento en su cotización hoy se desploma por la decisión de China de prohibir su comercialización por considerarla una operatoria especulativa.
En el mundo de la criptodivisa no existe la moneda metal ni el billete físico, y todo queda circunscripto a un protocolo virtual a través de una red procesada por algoritmos que se reparte de manera aleatoria.
Entre enero y marzo de 2010 el valor del Bitcoin era irrelevante en virtud que operaba únicamente entre adictos a la criptografía que lo tomaban como un pasatiempo.
Recién a principios del 2010, el Bitcoin mostró su faceta más real a través del sitio bitcoinmarket.com, y a mediados de año se realizó la primera transacción cuando el programador Laszlo Hanyecz compró dos pizzas en un comercio de Florida, Estados Unidos.
La decisión de Hanyecz resultó el puntapié inicial para que en el corto plazo el valor del bitcoin subiera 1.000%, pasando de US$ 0,008 a US$ 0,08 por unidad, para seis meses después alcanzar la paridad con el dólar.
Desde entonces el valor del bitcoin mostró una tendencia alcista y desde julio del año pasado saltó de US$ 10.000 a los US$ 65.000 de la semana pasada.
Esta abrupta suba, en principio, tuvo dos lecturas: la sobreabundancia de dólares emitidos a raíz de la pandemia, y la necesidad de eludir los controles cada más severos que recaen en los inversores off-shore, que apuestan al bitcoin como una nueva forma de evasión tributaria.
Pero no todas son flores para quienes apuestan a las criptomonedas: las críticas por el gasto excesivo de energía que requiere la red bitcoin forma parte de grandes debates de especialistas internacionales.
A medida que se realizan, las transacciones se integran en bloques, especie de «cajas» que contienen transacciones. Cada 10 minutos, un bloque se «cierra» y sale a la red. El bloque, además de las transacciones, tiene una marca temporal, un código que lo vincula con el anterior, y un código propio que lo vinculará al siguiente, creándose así una cadena.
De ahí que la base de datos sea una cadena de bloques. Para integrarse el nuevo bloque requiere ser verificado a través de computadoras conectadas a la red de la criptomoneda.
A principios de 2017, Bitcoin utilizaba 6,6 teravatios/hora de energía al año. En octubre de 2020, esa cifra ascendía a 67 teravatios/hora. Ahora, unos meses más tarde, casi se ha duplicado hasta alcanzar los 121 teravatios/hora, según los investigadores de Cambridge, suficiente para hacer funcionar toda la universidad durante casi 700 años.
Según estos mismos cálculos, si el Bitcoin fuera un país, solo otros 30 países utilizarían más electricidad. Superaría las necesidades anuales de energía de los Emiratos Árabes Unidos, los Países Bajos, Filipinas, Bélgica, Austria o Israel.
Pero el golpe más duro lo recibió con la decisión de China de prohibir su comercialización por considerarla una actividad especulativa, por lo que su cotización se desplomó a valores por debajo de los US$ 35.000.