A sólo 20 días de que vuelva a salir una lista de convocados, la primera tras el título mundial, el acuerdo por la continuidad del DT no termina de cerrarse.

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«Quedan cuestiones por cerrar». El acuerdo todavía no es acuerdo. Aunque se haya anunciado de manera imprevista allá por septiembre del año pasado (previo al Mundial), aunque el escenario esté dado para la continuidad, aunque exista ansiedad por anunciarlo antes de que sea oficial, Lionel Scaloni todavía no selló su renovación, que se cocina a fuego demasiado lento.

Días después de la consagración en Qatar, lo que parecía un trámite (sobre todo después de la gloria conseguida), no era tan así. En ese momento, las diferencias estaban marcadas, y el tiempo que pasó sin resolución dejan en claro su veracidad. Y también, su complejidad. Porque a sólo 20 días de que la Selección campeona del mundo vuelva a tener una lista de convocados, le falta lo principal, acaso lo esencial: el DT.

En efecto, mientras la AFA avanza para cerrar los rivales para los amistosos del 23 y 28 de marzo, uno en el Monumental y otro en un estadio del Interior (esa es la idea inicial, aún no confirmada), Scaloni sigue en Mallorca y su cuerpo técnico, a la espera de novedades. A esta altura, el DT llegará al país más cerca de la fecha de esos dos partidos (Panamá y Surinam asoman hoy como posibles adversarios), si es que hay acuerdo por su renovación, por supuesto. Es decir que la chance de que venga al país antes, para terminar de cerrar su vínculo hasta el 2026, ya parece lejana.

Esa distancia, entonces, es parte de las diferencias existentes. Que son económicas, pero también, a esta altura, demostraciones poder. A tal punto que el entrenador, que antes resolvía este tipo de situaciones mano a mano con el presidente de la AFA, Claudio Tapia, ahora puso su continuidad en manos de su representante, para no sufrir el desgaste de una negociación contractual.

Que Scaloni quiere seguir siendo el entrenador de la Selección, no hay dudas. Que no hay ninguna otra oferta (aunque podría tener varias) que lo saca de ese objetivo, también. El DT, continuamente, da señales de que su meta es disfrutar de los logros conseguidos y seguir con un proyecto que arrancó con incertidumbre y terminó con la Selección campeona de América después de 28 años y del mundo, después de 36.

Demasiado tiempo, demasiada frustraciones, demasiado angustia consumida por distintas camadas de Selección como para que este momento de plena felicidad (al fin) siga sin resolverse una cuestión tan esencial como quién conducirá al campeón del mundo los próximos cuatro años.

«Ojalá que esto se defina pronto, para el lado que sea. Pero que se resuelva. Porque cada día que pasa, puede ser peor». La frase no es alarmista. Es realista. Porque en la AFA parece haber demasiado confianza en una continuidad que está en la grilla de largada, pero que persiste en su problemática para encender la luz verde, lo cual indefectiblemente va desgastando las relaciones.

¿La principal diferencia? Económica

Los obstáculos siguen siendo los mismos: esencialmente económicos. En ese sentido, los premios por devolverle la gloria al fútbol argentino es un asunto que está en la bolsa de la negociación y que asoma tan importante como el nuevo contrato del cuerpo técnico (que en algunos puntos está relativamente avanzado).

El tema de la pesificación al dolar oficial obligatoria del ingreso que recibió la AFA por la consagración en Qatar (52 millones de dólares, 42 por parte de la FIFA y otros 10 aportados por la Conmebol) es un punto que complica toda esa gestión. Porque con los $ a la cotización oficial que ingresan por esos 52 millones no se consiguen reponer la misma cantidad de dólares billete. Habrá que buscarle de qué modo se acercan las brechas cambiarias para que sea posible.

Y a eso se le suma algo que Scaloni hace tiempo viene reclamando: una mejora para su cuerpo técnico en general, que durante los primeros cuatro años de gestión no sólo hizo un gran trabajo que le dio a la Selección la Tercera y otros dos títulos en muy poco tiempo, sino que durante todo ese proceso estuvo muy por debajo de lo que se le paga a nivel mundial a un equipo de trabajo de cualquier seleccionado. De hecho, hay técnicos de la Primera de nuestro país que perciben un salario superior.