La vivienda propia es prioridad para el plan de infraestructura del gobierno entrerriano
En el marco del plan de infraestructura habitacional que ejecuta la provincia, la Unidad Ejecutora de Programas Especiales (UEPE) avanza con la construcción de más de 3.000 viviendas en municipios y juntas de gobierno del territorio provincial, invirtiéndose alrededor de 1.500 millones de pesos
En el marco del plan de infraestructura habitacional que lleva adelante la gestión entrerriana, la Unidad Ejecutora de Programas Especiales (UEPE) avanza con la construcción de más de 3.000 viviendas en municipios y juntas de gobierno de todo el territorio provincial, invirtiéndose alrededor de 1.500 millones de pesos.
Sólo en 2017, fueron otorgadas 478 unidades habitacionales, beneficiando a familias tanto de zonas rurales como en áreas más postergadas dentro de los ejidos urbanos, y para cuyas construcciones se requirieron más de 219 millones de pesos.
A través del Programa Federal de Integración Sociocomunitaria, que es ejecutado en zonas urbanas, y el Programa Federal de Vivienda y Mejoramiento del Hábitat de Pueblos Originarios y Rurales, la UEPE entregó viviendas en más de 70 municipios y 165 juntas de gobierno.
En este sentido, en la ciudad de Paraná se está llevando adelante la construcción de 210 casas con una inversión de 120 millones de pesos. En tanto, en Paraná Campaña son 214 viviendas, entre urbanas y rurales, las que cumplirán con el sueño del techo propio para aquellos entrerrianos que se encuentran en mayor vulnerabilidad.
Por otra parte, en el norte entrerriano se garantizará el acceso a la vivienda a unas 668 familias de los sectores más postergados en zonas de campo, así como en algunos centros urbanos. Se invierte entre los departamentos de La Paz, Feliciano, Federal y Federación, una suma que ronda los 322 millones de pesos.
Por otra parte, en el norte entrerriano se garantizará el acceso a la vivienda a unas 668 familias de los sectores más postergados en zonas de campo, así como en algunos centros urbanos. Se invierte entre los departamentos de La Paz, Feliciano, Federal y Federación, una suma que ronda los 322 millones de pesos.
A su vez, con una inversión de 415 millones de pesos aproximadamente, en la costa del Uruguay, se llevan a cabo la edificación de más de 800 unidades habitacionales que beneficiarán a los vecinos de los distritos departamentales de Concordia, Concepción del Uruguay, Colón y Gualeguaychú.
Se destacan dentro de las obras que están desarrollándose en Concordia, las 10 viviendas en Puerto Yeruá que se construyen con un sistema alternativo al tradicional, utilizando la madera como insumo primario.
Hacia el sur de la provincia, las casas en construcción suman, entre los departamentos de Diamante, Victoria, Gualeguay e Islas del Ibicuy, un total de 753 unidades por 350 millones de pesos.
Por último, a partir de estas políticas de inclusión social, en los distritos del centro de Entre Ríos se están ejecutando viviendas para más de 400 familias que tendrán la oportunidad de desarrollar su cotidianidad y proyectar su futuro bajo un techo digno. La inversión para estos conjuntos habitacionales que se emplazan en localidades de los departamentos de Nogoyá, San Salvador, Tala y Villaguay, ronda los 220 millones de pesos.
Sobre los programas
La Unidad Ejecutora de Programas Especiales lleva adelante una política de acceso a la vivienda, a través del Programa Federal de Integración Sociocomunitaria, que es ejecutado en zonas urbanas mediante de Cooperativas de Trabajo y el Programa Federal de Vivienda y Mejoramiento del Hábitat de Pueblos Originarios y Rurales, llevado adelante, indistintamente, desde cooperativas o pequeñas empresas locales. Ambos se abocan una política de inclusión social que garantice el techo propio para aquellos entrerrianos que se encuentran en zonas rurales o urbanas más postergadas.
Las razones para estos programas de viviendas rurales o aquellos sectores alejados de los centros urbanos se combinan en un eje de justicia social, procurando atender un vasto sector de la comunidad que no es alcanzado por programas habitacionales de barrios tradicionales. La metodología de construcción adecua la vivienda a la composición familiar, edificándose unidades que cuentan con 2, 3 o hasta 4 dormitorios, según las necesidades del núcleo familiar. Además, las casas son emplazadas en terrenos propios, fiscales o cedidos, evitando el desarraigo de los beneficiados.
Cabe destacar que la construcción es llevada adelante por albañiles de la zona, generando de forma permanente mano de obra, y dinamizando, de esta manera, las economías locales, puesto que los materiales son adquiridos en los comercios de la comunidad.
De este modo, se busca dar una solución definitiva a una de las deudas sociales más importantes: la falta de vivienda digna para el sector más vulnerable que además no tiene acceso a otros planes habitacionales en zonas urbanas como rurales.
Consorcios
La ejecución de estas obras se realiza por medio de consorcios vecinales, como una alternativa destinada a superar las dificultades que presenta la accesibilidad a las comunidades rurales y juntas de gobierno, que por su marco legal, se ven impedidas de rubricar convenios o acuerdos para desarrollar este tipo de programas. Está modalidad de funcionamiento les permite agilizar los trámites de la obra y garantizar la transparencia en todas las etapas del proceso, desde su solicitud así como el control de la ejecución y los resultados obtenidos.
De este modo, los consorcios constituidos tienen por tareas la compra de los materiales y la contratación de la mano de obra. Además este mecanismo prioriza la ejecución de la obra mediante constructores locales, así como la adquisición de los materiales en proveedores de la zona, favoreciendo el desarrollo de la economía doméstica de las comunidades beneficiadas.
Cabe destacar que durante el periodo de mayor actividad el programa alcanzó a unas 16.000 personas que estuvieron trabajando en la ejecución de diferentes obras. Se generó así un impacto virtuoso en las economías domésticas de cada localidad.
A la fecha, la Unidad Ejecutora de Programas Especiales entregó alrededor de 3.000 viviendas en todo el territorio rural de la provincia, con una inversión que asciende a los 1.000 millones de pesos.
Se destacan dentro de las obras que están desarrollándose en Concordia, las 10 viviendas en Puerto Yeruá que se construyen con un sistema alternativo al tradicional, utilizando la madera como insumo primario.
Hacia el sur de la provincia, las casas en construcción suman, entre los departamentos de Diamante, Victoria, Gualeguay e Islas del Ibicuy, un total de 753 unidades por 350 millones de pesos.
Por último, a partir de estas políticas de inclusión social, en los distritos del centro de Entre Ríos se están ejecutando viviendas para más de 400 familias que tendrán la oportunidad de desarrollar su cotidianidad y proyectar su futuro bajo un techo digno. La inversión para estos conjuntos habitacionales que se emplazan en localidades de los departamentos de Nogoyá, San Salvador, Tala y Villaguay, ronda los 220 millones de pesos.
Sobre los programas
La Unidad Ejecutora de Programas Especiales lleva adelante una política de acceso a la vivienda, a través del Programa Federal de Integración Sociocomunitaria, que es ejecutado en zonas urbanas mediante de Cooperativas de Trabajo y el Programa Federal de Vivienda y Mejoramiento del Hábitat de Pueblos Originarios y Rurales, llevado adelante, indistintamente, desde cooperativas o pequeñas empresas locales. Ambos se abocan una política de inclusión social que garantice el techo propio para aquellos entrerrianos que se encuentran en zonas rurales o urbanas más postergadas.
Las razones para estos programas de viviendas rurales o aquellos sectores alejados de los centros urbanos se combinan en un eje de justicia social, procurando atender un vasto sector de la comunidad que no es alcanzado por programas habitacionales de barrios tradicionales. La metodología de construcción adecua la vivienda a la composición familiar, edificándose unidades que cuentan con 2, 3 o hasta 4 dormitorios, según las necesidades del núcleo familiar. Además, las casas son emplazadas en terrenos propios, fiscales o cedidos, evitando el desarraigo de los beneficiados.
Cabe destacar que la construcción es llevada adelante por albañiles de la zona, generando de forma permanente mano de obra, y dinamizando, de esta manera, las economías locales, puesto que los materiales son adquiridos en los comercios de la comunidad.
De este modo, se busca dar una solución definitiva a una de las deudas sociales más importantes: la falta de vivienda digna para el sector más vulnerable que además no tiene acceso a otros planes habitacionales en zonas urbanas como rurales.
Consorcios
La ejecución de estas obras se realiza por medio de consorcios vecinales, como una alternativa destinada a superar las dificultades que presenta la accesibilidad a las comunidades rurales y juntas de gobierno, que por su marco legal, se ven impedidas de rubricar convenios o acuerdos para desarrollar este tipo de programas. Está modalidad de funcionamiento les permite agilizar los trámites de la obra y garantizar la transparencia en todas las etapas del proceso, desde su solicitud así como el control de la ejecución y los resultados obtenidos.
De este modo, los consorcios constituidos tienen por tareas la compra de los materiales y la contratación de la mano de obra. Además este mecanismo prioriza la ejecución de la obra mediante constructores locales, así como la adquisición de los materiales en proveedores de la zona, favoreciendo el desarrollo de la economía doméstica de las comunidades beneficiadas.
Cabe destacar que durante el periodo de mayor actividad el programa alcanzó a unas 16.000 personas que estuvieron trabajando en la ejecución de diferentes obras. Se generó así un impacto virtuoso en las economías domésticas de cada localidad.
A la fecha, la Unidad Ejecutora de Programas Especiales entregó alrededor de 3.000 viviendas en todo el territorio rural de la provincia, con una inversión que asciende a los 1.000 millones de pesos.