La psicoterapeuta y divulgadora de ciencia sobe sexo y psicología, Marcela Collia, propone desmitificar tabúes instalados en torno al placer y el cuidado de la salud.

Marcela Collia es divulgadora de ciencia sobe sexo y psicología.

Marcela Collia es divulgadora de ciencia sobe sexo y psicología.

¿Por qué hay personas que siguen encontrando excusas para no usar preservativo? ¿Por qué no existe un método eficiente de prevención que no incluya al pene? ¿Será que somos una sociedad tan falocentrista que no damos lugar en nuestro imaginario social a otras maneras de cuidarnos y gozar de nuestra sexualidad?

Estamos transitando un momento histórico que se basa en derribar mitos y cuestionar las ideas y el mundo tal cual nos fue presentado. Y la salud sexual no es la excepción.

En diálogo con Télam, Marcela Collia, nos lleva a navegar sobre estos terrenos de conversación, a desmitificar tabúes y responder algunas preguntas.

“Psicoterapeuta cognitivo-conductual. Divulgadora de ciencia sobe sexo y psicología”, así es como se presenta @marcelacollia en Instagram con 43.4K seguidores. 29 años. Licenciada en psicología (USAL), egresada con una tesis sobre masturbación femenina.

¿Qué es ser virgen? ¿Cómo definirías al concepto de virginidad? ¿Con qué estigma viven las mujeres y hombres respectivamente al perder la virginidad?

Yo no elegiría hablar de virginidad. Es un concepto divertido que está en el vocabulario colectivo: “perdí mi virginidad de equis cosa”, por ejemplo “hoy perdí mi virginidad porque probé pizza con ananá”. No le daría otro uso. El discurso es heteronormativo, es heterosexual. Por ejemplo, si en un curso de veinte personas hay solo una persona que no es heterosexual, de todas formas, todos sabemos de lo que se está hablando cuando se dice “la primera vez”. ¿La primera vez que tienen sexo? ¿Cómo? Con penetración. ¿Quiénes? Una mujer y un varón. Tampoco se habla mucho de virginidad en términos de varones. En general el discurso era que los chicos tenían que ir a debutar, no se usaba la palabra virginidad. Era algo que tenían que hacer, había una cierta camaradería. En el caso de las chicas el perder la virginidad tenía un estigma, si la perdíamos muy pronto o no, el miedo de que fuera doloroso. En conclusión, la definición que tiene en el colectivo, por lo menos cuando yo era chica, era eso que, una mujer heterosexual tuviera sexo por penetración vaginal con un chico. Entonces yo diría que es un concepto poco feliz porque solo remite a personas heterosexuales, a un solo acto de todo lo que se puede hacer. Me parece una pavada hablar en esos términos hoy en día. Me acuerdo de escuchar gente diciendo que había tenido sexo anal para mantenerse virgen. Que uno incurra al sexo anal (no porque esté mal) puede tener otros peligros o que haya más chances de que suceda sin preservativo.

"En los kiosco no te venden preservativos femeninos".

«En los kiosco no te venden preservativos femeninos».

Hablas en pasado de las ideas que existen en torno al concepto de virginidad ¿Hoy en día no hay ciertos sectores sociales que siguen rigiéndose por estos mandatos?

Hablo en pasado porque me acuerdo cuando ese concepto tenía relevancia en nuestras vidas. Recuerdo la imagen de estar sentada en el secundario charlando de eso. Cuando estoy hablando en sesión con gente grande que no tiene ningún tipo de estigma, usan la palabra “sexo” para referirse a la penetración. Si bien todos para entendernos lo podemos usar, es algo que sostiene esta idea. No creo que sea un término que se haya difuminado del todo. Uno también escucha cuentos terroríficos, desinformación de educación sexual, entonces no es algo que esté solucionado o que sea del pasado.

¿Por qué la importancia del preservativo está concentrada en el pene, en el hombre?

Existe una realidad, y es que se han hecho más investigaciones en hombres; la ciencia ha tomado al modelo masculino como el default, cuando los cromosomas dirían que es al revés. También hay una parte de practicidad: los preservativos femeninos son más incómodos, difíciles de colocar y conseguir. Vas a cualquier kiosco y tenés la cajita de “Prime”, no te venden preservativos femeninos. No veo algo negativo (más allá de la construcción social que hay del tema) a que el preservativo se ponga sobre el pene.

«Es importante comprender que no hay amor ni confianza que prevenga una enfermedad si no usas preservativo»

MARCELA COLLIA»

¿Por qué es tan complejo encontrar un método eficiente y confortable para todas las prácticas sexuales que no incluyan al pene?

Todas las personas que trabajamos en salud te vamos a decir que para el contacto vulva con vulva, durante el sexo oral e incluso, si fuéramos súper cuidadosos, para masturbar a otra persona deberíamos cuidarnos con látex. Lo cierto es que no pasa. La prevalencia de eso es bajísima y no es porque sea difícil hacer un campo de látex. Abrir o cortar un preservativo te toma la misma cantidad de tiempo. Nadie hace sexo oral de esa manera, ya sea entre hombres, mujeres o entre una mujer y un hombre. No es algo que hayamos adoptado. La concientización a nivel campaña, obviamente sirve, pero los cambios conductuales masivos no suelen responder a “yo leo información sobre un tema y cambio mi conducta”. Lo podemos ver con el cigarrillo. No sirve únicamente con ponerle un cartelito horripilante en el atado para que vos dejes de fumar. Sirve más que el kiosco esté lejos o tengas que salir del edificio para fumar. Hay un problema a solucionar, porque por más que las personas sepan, por más de que lo tengan a mano, no lo usan.

¿Por qué crees que hay personas que siguen encontrando excusas para no usar preservativo?

Es culpa y problema de todos. Supongamos que tiene algunas cosas hipermenores de incomodidad el uso del preservativo. Pero ahí es cuando entra la responsabilidad: si te gusta el durazno bancate la pelusa. Yo no puedo emborracharme y pretender no tener resaca. ¿Querés tener sexo? Hay que usar preservativo para cuidarte a vos y al otro, porque está comprobadísimo que previene enfermedades de transmisión sexual y embarazos en parejas heterosexuales. Obviamente la mujer corre un riesgo mayor porque el hombre puede desaparecer, y ella es la que tiene que hacerse cargo de un aborto o llevar a cabo un embarazo. De todas maneras, es un cambio de vida a nivel psicológico y físico. Los hombres tienen más tendencia a no querer usar preservativo y al eyacular afuera piensan “yo soy el maestro de la anticoncepción”. El tema es que están corriendo riesgos de contagiarse una enfermedad. Eso es lo cómico, que es igual para ambas partes. Es importante comprender que no hay amor ni confianza que prevenga una enfermedad si no usas preservativo. Que haya tenido un mal día, que no se le pare, que sea un divino. No. Tendríamos que tener una tolerancia cero frente a esas situaciones. Y es algo que se trabaja mucho en terapia. Es cuestión de no alentar esas conductas. Si alguien quiere tener sexo sin preservativo y vos le decís que sí, y la próxima piba le dice que sí, se transforma en una cadena. Si el pibe se golpea contra la pared varias veces, quiera o no va a tener que cambiar de actitud. Yo les pregunto a las chicas ¿Qué te parece atractivo de alguien que te dice: sino no lo siento, sino no se me para?

¿Crees que los hombres acuden al proctólogo y al urólogo con la misma frecuencia que las mujeres a sus ginecologxs?

A muchas mujeres a temprana edad nos llevan al ginecólogo por primera vez. En ellos el control anual no es tan común. Nosotras tenemos infecciones más frecuentes, urinarias u hongos, que nos llevan a la guardia y a estar pendientes de nuestra salud sexual. Por ejemplo, si vos le decís a un chico probemos jugar con comida en el sexo, si no le molesta quizás acceda. Pero si a mí me preguntaran, yo respondería: no me toques el PH, no tengo ganas de estar en una guardia mañana porque vos querés usar crema batida.

Yo tengo muchos amigos varones heterosexuales que nunca jamás han ido al proctólogo ni al urólogo, que no saben lo que es el HPV, que están muy desinformados. ¿Crees que el común denominador de lxs ciudadanxs están informadxs en cuanto al preservativo y los métodos anticonceptivos en general?

Hoy en día aprendemos mucho en Instagram y de formas didácticas, es cool seguir cuentas que hablen de sexualidad, pero en esos perfiles hay mucha desinformación. Además, esto no sucede en toda la sociedad porque siguen ocurriendo embarazos no deseados. Por suerte ahora el aborto es legal. Pero no basta con la información para generar un cambio conductual. Hace unos años se realizó un estudio cualitativo, en el que entrevistaban a parejas y los motivos por los que dejaban de usar preservativo eran por confianza por ejemplo. Aunque se tenga una relación monógama, el protocolo correcto sería hacerse análisis, esperar seis meses, hacerse otros análisis, y ahí recién dejar el preservativo; y si sos hétero tener un segundo método anticonceptivo.

"La ESI debería estar basada en el placer".

«La ESI debería estar basada en el placer».

Incluso las personas que no tienen una visión falocentrista, en el coloquial muchas veces sí la manifiestan.

Los cambios discursivos ocurren en un periodo largo de tiempo. Si hay discursos diferentes entre amigos no es grave, porque entre pares aprendemos juntos y no pasa a mayores. Pero, por ejemplo, el otro día fui a una guardia por una irregularidad en mi menstruación y la ginecóloga me preguntó: “¿con qué te cuidas?” Asumiendo que era hétero. Y me dice: “¿Sólo con preservativo te cuidas?”. Quizás yo no quiero tomar hormonas. Ahí es cuando es problemático, cuando te encontrás en una conversación con un/a profesional de la salud que te hace este tipo de cuestionamientos. A mí no me afectó ni me ofendí, pero otra paciente con una situación diferente puede que sí. Ahí es cuando se complica lo discursivo. Lo importante es que las personas no tengan vergüenza ni miedo de ir a una guardia si tienen una pregunta o un problema.

«La ESI debería estar basada en el placer. Tengo que saber cómo protegerme para sufrir menos y pasarla mejor»

MARCELA COLLIA

¿Qué se puede hacer como sociedad para tomar un camino y alejarnos del falocentrismo?

Es muy difícil. Por ejemplo, si vos ponés a mujeres y hombres a mirar pornografía, incluso los hombres héteros tienden a mirar a los penes. Entonces ¿Por qué la pornografía que, técnicamente está hecha para hombres héteros, se concentra en los penes? Deberían querer ver vaginas. Sin embargo, el pene está en el centro de la escena porque los hombres están obsesionados con el pene. Si un varón la tiene chica es una tortura. Si un chico hétero viene a consulta y comenta que no se le para, lo primero que se le dice para tranquilizarle es que ella la va a pasar bien igual. Lo importante es lograr que le dé menos relevancia porque es un tema psicológico. Y estas cosas se pueden cambiar a través del placer. Para mí la ESI debería estar basada en el placer. Tengo que saber cómo protegerme para sufrir menos y pasarla mejor, no porque alguien me muestre una foto de un cáncer de útero. Eso no va a funcionar. Lo que sí va a funcionar es que yo diga “la quiero pasar bien sin preocupaciones”. Cómo puedo asegurarme de pasarla bomba. Y tener una política de cancelación con las personas que insisten en tener sexo sin preservativo. Sin buscar excusas de “me trajo flores”. Necesitamos pibas informadas y seguras de sí mismas. Focalizarnos en el placer para lograr una conversación copada en la que personas de diferentes edades y ámbitos se involucren.

¿Creés que el placer está muy enfocado en el orgasmo?

El placer tiene que ver con la edad y el momento. La primera vez que tenés sexo con alguien sos un mar de inseguridades. Entonces el orgasmo lo que hace es ponerle fin a esa inseguridad. Cuando nosotros tenemos una incertidumbre lo que necesitamos es una certeza. Me parece que el orgasmo cancela lo incierto, por eso le damos tanto protagonismo. Son cuestiones que tienen que ver con ansiedad de desempeño, más que con una problemática sexual. Y sobre hablar de este tema como si fuera algo sexual, diciendo “el orgasmo no lo es todo” genera confusión. De verdad creo que la mitad de los problemas sexuales que tenemos son de ansiedad.