Qi Gong, una técnica que alivia el estrés y equilibra las emociones
Es una forma efectiva de ejercicio para los tiempos que corren. Ayuda a fortalecer las articulaciones y los músculos, pero también a estar más concentrados.
Igual que sucede con la técnica de la acupuntura que hace uso de las agujas, el Qi Gong (también conocido como Chi Kung) actúa mediante el movimiento, la respiración y las visualizaciones sobre los meridianos del cuerpo, por donde, según los orientales, circula la energía.
Además de atender a la salud física y la salud mental, la salud espiritual debe ser cuidada de la misma manera, aunque en muchas ocasiones no le prestemos la suficiente atención.
El Qi Gong y su metodología proponen una serie de ejercicios que crean un equilibrio entre las tres áreas de la vida, las que están vinculadas una a la otra para poder alcanzar una serenidad total.
“Es una disciplina milenaria de origen taoísta que apunta al bienestar de la persona a través de ejercicios de respiración”, resume Valérie Lamotte, profesora de esta gimnasia energética china.
“El objetivo es fortalecer el sistema inmunológico, estimular el fortalecimiento muscular y óseo, mejorar el equilibrio, prevenir enfermedades y encontrar la calma interior”, agregó la especialista.
El Qi Gong se utiliza en numerosos hospitales chinos por su eficacia terapéutica y porque sus ejercicios son fáciles de seguir e incorporar en el día a día para prevenir enfermedades e incluso tratarlas.
El Qi Gong es un arte que tiene su origen en China
Según la tradición china, el cuerpo humano está compuesto por canales energéticos que recorren nuestro cuerpo y se entrelazan con los órganos-entrañas. Por ello, mediante una respiración adecuada y movimientos específicos, su técnica distribuye de forma equilibrada la energía en nuestro cuerpo, fortaleciéndolo en todos los aspectos.
“La medicina china cuenta con cuatro herramientas fundamentales: la acupuntura, el tuina, la fitoterapia y el Qi Gong. Este último se basa en un movimiento lento del cuerpo coordinado con la respiración y que requiere de un alto grado de concentración”, apunta Jean-Luc Riehm, profesor deportivo y formador en Qi Gong.
Con movimientos aparentemente parecidos a los del Tai Chi, el Qi Gong o Chi Kung combinan en sus prácticas:
- Ejercicios estáticos (posiciones inmóviles).
- Ejercicios dinámicos (movimiento corporal).
“Pero, lo más importante, es que te enfrentes a esta práctica con una actitud física y mental relajada y realices los movimientos pensando en la propia respiración, que debe ser abdominal, suave y sincronizada con el gesto”, apunta el experto.
El Qi Gong mejora la función vascular
Si bien la mayoría de las formas de ejercicio occidental aumenta la circulación ejercitando el corazón, el Qi Gong mejora la circulación al aumentar la elasticidad de los vasos sanguíneos. De hecho, en China, los ejercicios de Qi Gong se prescriben para la presión arterial alta y baja, ya que ambos se deben a problemas de elasticidad y fuerza vascular.
A diferencia de otras formas de ejercicios, el Qi Gong trabaja con los músculos de manera muy diferente. Mientras que los aeróbicos se enfocan en desarrollar fuerza y flexibilidad, el Qi Gong es más una forma de ejercicio interno que apunta a desarrollar poder sin esfuerzo y afloja los músculos.
El ejercicio occidental típico no tiene en cuenta el flujo de chi (energía), un aspecto en el que el Qi Gong se enfoca predominantemente. En Qi Gong, la sensación de fuerza muscular se considera inapropiada. El objetivo es una sensación de poder relajado que llega cuando los músculos, en lugar de luchar y esforzarse para hacer algo, simplemente se aflojan y permiten que la energía fluya a través de ellos.