Máxima tensión es la que se vive en Diputados por el debate de la reforma previsional, luego de que el presidente de la Cámara, Emilio Monzó, dio por iniciada la sesión pese a que la oposición argumenta que no se reunió el quórum necesario y que se agotó el tiempo reglamentario permitido.

Luego de que a las 14 comenzara a sonar la chicharra llamando a sesionar, Cambiemos sentó a su tropa y media hora después no había llegado a los 129 presentes. En ese momento se sentó el jefe del bloque del FpV, Agustín Rossi, y exigió que se suspenda el encuentro. Lo mismo hizo Victoria Donda, de Libres del Sur, quien ingresó en bastones producto de que fue herida en los incidentes ocurridos ayer.

Ambos remarcaron que fuera del Congreso se estaban produciendo enfrentamientos entre manifestantes y las fuerzas de seguridad, que incluso dejaron dos diputados heridos.

Pero todo estalló cuando el tablero marcó 129 legisladores durante 7 segundos y Monzó declaró que iniciaba la sesión. La oposición se levantó en furia contra el titular de la Cámara baja y no permite que se realice el debate. 

El interbloque oficialista busca convertir en ley el proyecto de reforma previsional con el apoyo de algunos legisladores que responden a gobernadores provinciales, y en el marco de un tenso clima por la convocatoria a marchas y paro de centrales sindicales.

Tras haber conseguido el dictamen de comisión correspondiente, desde Cambiemos confían en reunir cerca de 130 votos para imponerse a quienes anticiparon su rechazo al texto del Poder Ejecutivo, unos 110 diputados.

En medio, permanecen oscilantes o indefenidos unos 15 diputados, que no ven con agrado la reforma, pero que con sus abstenciones o ausencias pueden terminar jugando a favor del proyecto del Gobierno.

Para apuntalar la ofensiva oficialista, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, confió en que el proyecto sea ley, al considerar que Cambiemos va a «conseguir los votos necesarios» para su sanción y aclarar que «no es cierto que se vayan a reducir las jubilaciones».

Insistió en que «los jubilados van a ganar más el año que viene» y que «van a estar por encima del 5 por ciento que se estima de inflación» para el 2018. El jefe de Gabinete dijo: «No es cierto que se esté reduciendo las jubilaciones y es muy importante aclarar eso».

Desde el interbloque que preside el radical Mario Negri apuraron el tratamiento del proyecto, que originalmente se iba a debatir el martes próximo, ante las señales enviadas por el bloque Justicialista (BJ), planteando dudas sobre la reforma.

El BJ está dividido entre 12 diputados que responden a gobernadores opositores y que firmaron el pacto con el Gobierno que derivo en la elaboración de las leyes en debate, y 7 cuyos espacios provinciales no tienen responsabilidad ejecutiva por ser opositores en sus distritos.

El BJ, comandado por el salteño Pablo Kosiner, estuvo todo el día en estado deliberativo y dejó trascender la posibilidad de emitir un comunicado fijando una postura uniforme, lo que finalmente no sucedió.

Por lo pronto, promediando la tarde, el gobernador pampeano, Carlos Verna, anticipó que los diputados de su provincia que le reportan y forman parte de ese bloque, lo harán en contra, en una decisión que podría sumar a un entrerriano y a una chaqueña.

En el BJ, que en el Senado fue clave para la media sanción del texto, sostienen que el escenario no es el mismo que hace 15 días, cuando fue esa votación. «Creció la tensión social y la protesta de las centrales sindicales», argumentan.

Desde el Gobierno insistieron con que «si se cae la reforma previsional se caen el resto de las iniciativas que forman parte del paquete», acordado por el Poder Ejecutivo con los gobernadores y con importantes beneficios para las provincias.

Además de las dudas del BJ, en Cambiemos quieren sesionar hoy para evitar hacerlo la semana que viene, cuando se cumple un nuevo aniversario de los incidentes del 19 y 20 de diciembre de 2001, que desembocaron en la caída del gobierno de Fernando de la Rúa.

Otro argumento es el clima de violencia verbal que se vivió el martes durante el debate en comisión del proyecto y las marchas de ayer que derivaron en un fuerte operativo de seguridad en torno al Palacio Legislativo.

De hecho, se dispuso un fuerte vallado con un perímetro de seguridad a dos o tres cuadras del edificio, con entradas por lugares específicos. El subte de la línea A no para en la estación Congreso. Afuera los manifestantes se enfrentaron con las fuerzas de seguridad. 

Para la sesión, radicales y macristas ya alinearon a los propios, sobre todo luego de algunas dudas planteadas el fin de semana pasado por la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, que firmó un comunicado conjunto con Negri y con el jefe del bloque PRO, Nicolás Massot, y fue más allá a través de redes sociales.

En el oficialismo cuentan que apoyarán la reforma 108 diputados del interbloque Cambiemos; 6 del oficialismo santiagueño; 5 de Misiones; 4 de Córdoba; 3 de Tucumán, 1 de Neuquen y 1 chaqueño; lo que da un total de 128.

Desde la oposición, en tanto dan por seguros los rechazos de 67 kirchneristas; 20 massistas y aliados; 10 del BJ; 4 del PJ puntano; 4 Movimiento Evita; 3 de la Izquierda y 2 progresistas, lo que suma 110.

Los restantes 9 diputados del BJ que responden a gobernadores, 3 peronistas orgánicos que forman monobloques; 3 sanjuaninos y los 4 del espacio que encabeza Martín Lousteau, son quienes mantienen algunas dudas.