Samsung confirma que posterga la presentación del Galaxy S8
Tal como había adelantado el Wall Street Journal, y tras concluir una investigación que se prolongó por meses, el fallo de los productos fue por culpa de las baterías defectuosas de dos proveedores.
La empresa surcoreana reveló el domingo por la tarde las conclusiones a las que llegaron 700 expertos de tres entidades (las consultoras estadounidense UL y Exponent, y la empresa alemana de inspección técnica y certificación TÜV Rheinland), que probaron más de 200.000 smartphones Note 7 y más de 30.000 baterías. Según la compañía, en las primeras baterías, que procedían de su filial Samsung SDI, se produjo un error en el diseño en la esquina superior derecha, que provocó deformaciones en el electrodo negativo, generando un cortocircuito en algunas de las celdas y un sobrecalentamiento que hacía que el dispositivo se incendiara.
Pese a que las segundas baterías fueron producidas por otra firma, la china Amperex Technology Ltd (ATL), el apuro en la fabricación hizo que hubiera un defecto de soldadura que también generó cortocircuitos y el consiguiente sobrecalentamiento y fuego.
El Galaxy Note 7 salió a la venta en agosto de 2016, pero a principios de septiembre la firma anunció una retirada sin precedentes tras informarse de más de una treintena de casos de combustiones en terminales en diversos países. A la llamada a revisión que afectó a unos 2,5 millones de teléfonos, le siguió la entrega de reemplazos que, no obstante, siguieron sufriendo sobrecalentamiento de las baterías, lo que llevó a la compañía a congelar las ventas y cesar la producción de su nuevo dispositivo dos meses mas tarde.
Aunque es por lejos el caso más renombrado, el Galaxy Note 7 no es el único dispositivo que tuvo problemas con baterías que se prendían fuego, y es por eso que hay varias compañías investigando cómo hacer baterías que no se incendien.
Agencias DPA, EFE, Reuters
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