Seis consejos para que la primavera nos ayude a cambiar los hábitos alimentarios
Modificar las costumbres para llevar una vida más sana parece algo difícil de concretar. Las temperaturas más agradables de esta época pueden ser de gran ayuda.
Con cada cambio de estación, llegan los alimentos de temporada con los nutrientes que requiere el organismo en ese momento. Entonces, ¿por qué no aprovecharlos?, será cuestión de priorizar lo que nos hace bien y ahí está en juego el cambio de hábitos.
Cambiar el modo de alimentación es un proceso que lleva tiempo, voluntad, constancia, y que comienza por el anhelo de sentirse mejor. Pueden influir motivos propios o una indicación médica. En cualquier caso, se prioriza la salud y vale acercar algunos consejos de la licenciada en nutrición Elizabeth Rigada (M.N. 4.621), miembro de la Comisión Directiva de la AADYND (Asociación Argentina de Dietistas y Nutricionistas Dietistas):
- Darse tiempo: tomar los cambios con responsabilidad pero con tranquilidad. No desesperarse si se presenta una situación eventual donde no se puede cumplir todo al 100 por ciento.
- Ser receptivos: estar abiertos a las propuestas. Evitar poner el “no” por delante y anteponer un “lo voy a intentar”.
- Organizarse: con un plan a seguir es válido pensar desde allí las compras, la elaboración, la reserva de los alimentos semipreparados para evitar que el apuro y terminar haciendo delivery de alimentos que sí van a saciar, pero no colaboran con el objetivo buscado.
- Dedicar tiempo a la cocina: tiene que ser algo entretenido y es una buena oportunidad para hacerlo en compañía y con música.
- Elegir una actividad física agradable: buscar una opción que motive, que “enganche” a pesar del frío, el cansancio, el calor y cualquier otra excusa.
- Sumar vida activa: subir y bajar escaleras, bajarse antes del trasporte público, hacer las compras caminando, ir y volver del gimnasio en bicicleta, en resumen: hacer planes que impliquen el movimiento.
La falta de conciencia en la comida lleva a comer con apuro, a no activar la señal de saciedad, a excederse, a sentir hambre a deshoras y, en definitiva, a no tener una buena relación con la comida.
Mucho más que lograr un peso saludable
Buscar modificar la composición corporal es válido, pero tiene que ser planteado desde un lugar de aceptación y autocuidado para que represente un aprendizaje saludable, beneficioso y estable.
Julio Schulmeister, entrenador físico y profesor de Educación Física, insiste en que estar saludables “es estar mejor con uno mismo y también con los demás”.
“En tiempos de incertidumbre y ansiedades, es necesario aclarar la mente. La salud, tanto física como psíquica, nos permite seguir disfrutando de lo importante. Por eso es imprescindible darle prioridad a realizar actividades físicas para sentirnos bien”, sostiene al respecto.
En ese sentido, añade: “Si queremos mejorar nuestra calidad de vida, sentirnos más resistentes y fuertes, aumentar nuestra autoestima y mejorar el estado de ánimo, será necesario empezar a movernos”.
Para Schulmeister, es importante que todas las actividades que las personas elijan resulten placenteras. “Si sentís que perdés la noción del tiempo haciendo algún deporte, agradecelo. Si, en cambio, eso no pasa, probá otras actividades hasta encontrar la que te guste”, sostiene.
Así, el cambio en el cuerpo eventualmente llegará, pero además se habrá ganado mucho más: confianza, autoestima, autoeficacia, amor propio. En consecuencia, el cambio será real y duradero. Un cambio de adentro hacia afuera.