Luego de haber empatado 2 a 2, el último campeón de la Champions League se impuso desde los 12 pasos.
Los jugadores de Liverpool festejan el título (Foto: AFP/Kose).
Los jugadores de Liverpool festejan el título (Foto: AFP/Kose).

Liverpool le ganó por penales (5-4) a Chelsea y conquistó la Supercopa de Europa.Tras igualar 2 a 2 durante los 120 minutos de partido (con suplementario incluido), el último campeón de la Champions League se quedó con el título que reúne a los dos campeones de las competencias más importantes del continente. Sadio Mané (en dos oportunidades), Olivier Giroud y Jorginho marcaron los goles del partido, que se jugó en Estambul, Turquía. El único que falló desde los 12 pasos fue Tammy Abraham.

Con el arbitraje de Stéphanie Frappart (la primera mujer que dirige una final de UEFA en la historia), el equipo de Jürgen Klopp extendió su dominio europeo y se impuso ante el último ganador de la Europa League.

Chelsea dominó durante gran parte del primer tiempo. El conjunto londinense era más intenso y superaba con claridad a su rival. A los 35 minutos, Giroud puso el 1 a 0 que abrió el partido. Era totalmente merecido: sobre el campo parecía haber un solo equipo.

La charla técnica de Klopp en el entretiempo activó a Liverpool. El equipo reaccionó y avanzó varios metros. A los dos minutos de la segunda parte, Mané puso el empate. En ese momento comenzó otro partido. Todo se hizo más parejo y la final, muy disputada.

A los 15 minutos el partido se apagó. El cansancio comenzó a sentirse. La falta de ritmo de ambos conjuntos, que vienen de una dura pretemporada, se hizo evidente. A la media hora del segundo tiempo Liverpool estuvo muy cerca de marcar el segundo, pero no pudo aprovechar una jugada dentro del área. Chelsea se salvó de milagro. El arquero Kepa fue determinante para evitar que la pelota entrara. La final seguía 1-1.

Liverpool aceleró durante los últimos minutos. No quería que la Supercopa se estirara. Fue en busca de un gol más para terminar de dar vuelta el partido. Sin embargo, el que amagó con romper el marcador fue Chelsea: a los 37 le anularon un gol por fuera de juego.

El partido se fue a la prórroga. Ahí el que pegó fuerte fue Liverpool: a los cuatro minutos del primer suplementario, Mané marcó una vez más y puso el 2 a 1. La respuesta llegó rápido: de penal (dudoso), Jorginho anotó el 2-2.

La final llegó a los penales. Y ahí Liverpool fue mejor. Con algunas polémicas por el adelantamiento del arquero Adrián (que llegó hace dos semanas tras haber estado libre) en el última disparo, los Reds se quedaron con el título.