Tus ojos te engañan: 5 ilusiones ópticas sorprendentes
Ilusión óptica se define como aquel fenómeno en el que la percepción difiere de la realidad física. ¿Nos engaña nuestros ojos? La respuesta: sí.
Las ilusiones ópticas son fascinantes. Desde la antigüedad hasta nuestros días estas ilusiones nos han llamado la atención por sus divertidos y enigmáticos efectos. Algo es claro: nuestros ojos nos engañan, aunque más correcto sería decir que los complejísimos procesos de nuestro cerebro nos hacen ver cosas que no están ahí.
Ilusión óptica se define como aquel fenómeno en el que la percepción difiere de la realidad física, algunos efectos de estos es ver algo o no ver algo que está ahí, o ver algo de una manera que no refleje sus propiedades físicas. En algunas ocasiones vemos movimiento en imágenes fijas o profundidad en imágenes de dos dimensiones, en pocas palabras, como decíamos: nuestros ojos nos engañan.
El cerebro, a fin de procesar la muchísima información que procesa día a día, toma los atajos necesarios para ahorrar la mayor cantidad de energía posible. En algunos casos completa u obvia información y esto hace que estemos ante ilusiones ópticas que sorprenden. Las ilusiones ópticas se dan por distintos procesos en la percepción de la realidad del cerebro. Sabemos que las limitaciones visuales del ojo humano y por tanto algunos mecanismos nos hace ver algo que no está ahí o interpretamos de manera rápida. Conozcamos algunas de estas ilusiones ópticas y las explicaciones de su funcionamiento.
La ilusión de Coffer
El creador de esta ilusión optica es el psicólogo Anthony Norcia del Smith-Kettlew Eye Researcher Institute. Fue finalista del concurso a mejor ilusión óptica en 2007. Para el cerebro es más fácil reconocer las formas rectangulares que las circulares, por tanto, en la ilusión de Coffer se aprovecha esta ventaja (¿o desventaja?) del sistema para «esconder» entre sus formas rectangulares una serie de círculos. Eso sí, luego de ver el «truco» de esta ilusión no podemos dejar de ver los círculos «ocultos».
Las serpientes rotantes
Esta ilusión óptica fue creada por Akiyoshi Kitaoka. En ella podemos ver como estas «serpientes» están en constante movimiento. Claro que esto no es así, se trata de una imagen estática, el movimiento sólo está (nunca mejor dicho) en nuestra cabeza. La clave radica en los movimientos constantes (y velocísimos) que realiza el ojo para captar los detalles de la imagen, creando así la ilusión de movimiento de estas peculiares serpientes.
La rejilla reparada
En esta imagen podemos ver una rejilla ordenada en medio y desorganizada en ambos extremos. Si fijamos la vista en el centro, nuestro cerebro «reparará» la rejilla por completo. Esto sucede por el trabajo de la visión periférica, al fijar la vista al centro en donde existe un patrón regular, el cerebro reinterpreta el resto y lo «ordena». Esta ilusión fue realizada por Ryota Kanai de la Universidad de Utrech, Holanda.
La máscara del amor
¿Qué es lo que ves aquí? Probablemente encuentras dentro de la máscara la figura de un hombre o dos personas mirándose de frente a punto de besarse. ¿Cuál es la correcta? En realidad ambas. Lo que sucede aquí es lo que se conoce como ilusión biestable, es decir, imágenes que tienen dos interpretaciones. Nuestro cerebro busca estabilizar y dar sentido a lo que ve y recurrirá a la primera interpretación más cercana, distintas áreas del cerebro trabajan si ves una forma u otra. Por eso las ilusiones ópticas son tan importantes en el área neurocientífica.
La estrella flotante
En 2012 esta imagen fue la finalista a las mejores ilusiones ópticas del año. Fue realizada por Joseph Hautman / Kaia Nao y se trata de una variación de las serpientes en movimiento en donde se hace uso de los colores para provocar esos ajustes oculares que nos hacen ver movimiento en esta imagen estática. El paso de los colores oscuros a los claros y a los espacios en blanco engañan a las neuronas y estas responden interpretando que la figura se encuentra en movimiento.