Un nuevo test 100% Argentino
Dos universidades nacionales y dos pymes tecnológicas se unieron para desarrollarlo. El kit permite diagnosticar a personas infectadas, tengan síntomas o no. Es cuatro veces más rápido que el test RT-PCR, con un 95,5% de sensibilidad diagnóstica y se pueden producir 100 mil test por mes.
Un nuevo test diagnóstico molecular argentino del virus que causa COVID-19 fue desarrollado a partir de una alianza estratégica entre las universidades nacionales de San Martín (UNSAM) y de Quilmes (UNQ) y dos pymes tecnológicas fundadas por esos mismos investigadores: CHEMTEST y Productos Bio-lógicos SA (PB-L), y están en condiciones de producir 100 mil kits por mes.
El test se denomina ELA CHEMSTRIP y fue aprobado por ANMAT, el organismo que regula medicamentos, alimentos y tecnología médica en el ámbito nacional. Fue diseñado para detectar moléculas del virus SARS-Cov-2, por lo que permite diagnosticar a personas que están cursando la infección, tengan síntomas o no, con la máxima perfomance diagnóstica. Es cuatro veces más rápido que el test RT-PCR, con un 95,5% de sensibilidad diagnóstica y se pueden producir 100 mil test por mes.
“El objetivo era garantizar la soberanía sanitaria sobre los diagnósticos de COVID19. Para eso teníamos que desarrollar un kit con los mejores estándares de calidad y producir localmente todos los insumos necesarios”, contó Diego Comerci, investigador del Instituto de Investigaciones Biotecnológicas (IIB) de la UNSAM y coordinador del desarrollo.
«Como el test que desarrollamos da el resultado casi cuatro veces más rápido que los test RT-PCR y permite descentralizar aún más los testeos, ofrece la posibilidad de incrementar la cantidad de diagnósticos por día y quizás contribuir al levantamiento gradual del aislamiento obligatorio. También significa un ahorro de dólares y un ejemplo de lo que podemos hacer los argentinos”, celebró Comerci.
El kit funciona en tres pasos a partir del hisopado nasofaríngeo de la persona a diagnosticar. Todo el proceso dura una hora y media y puede realizarse con los componentes que vienen en el kit diagnóstico, más un equipo para incubar a 60°. Es decir que no requiere el equipamiento costoso y sofisticado que utilizan los test moleculares RT-PCR.
“Se pasa un hisopo por la nariz hasta la garganta del paciente y se obtienen sus células. Después se procesan esas células para que liberen el ARN (*) del virus si estaban infectadas. El siguiente paso es garantizar que el virus sea detectable. Para esto, se aplica la tecnología ELA (Easy Loop Amplification) para amplificar su presencia, por más mínima que sea. El diagnóstico concluye con una tira reactiva que al entrar en contacto con el ARN viral amplificado muestra dos bandas coloreadas. Si el virus no estaba presente, la tira muestra una sola banda y significa que el paciente no está infectado”, explicó Comerci.
“Llevamos tres meses trabajando 12 horas por día promedio, fines de semana incluidos. Estamos cansados, pero contentos porque esperamos que esto nos ayude a todos”, contó Marcos Bilen, investigador de la UNQ y socio fundador de la pyme tecnológica PB-L. Pero el proyecto comenzó antes. Diego Comerci, el investigador de UNSAM que coordinó todo el desarrollo, lo reconstruyó así: “El primer contacto telefónico para este proyecto fue el domingo 8 de marzo, cinco días después de que se diagnosticó el primer caso argentino de COVID-19. Esas semanas escribimos una propuesta que hicimos llegar al Ministerio de Salud y a Presidencia de la Nación”, dijo.
“Era arriesgado, pero aceptamos el desafío y con el apoyo decidido de múltiples áreas del Estado batimos todos los records. Desarrollar otros diagnósticos nos llevó años”, contó Diego Comerci.
(*) ARN, Acido RiboNucleico, participa en la síntesis de las proteínas y realiza la función de mensajero de la información genética.