Tras dos décadas sin actividad hípica en las siete colinas, este domingo abrió sus puertas el hipódromo Status, con doce carreras y caballos de los más variados puntos de la región.

 

Algunos eran muy pequeños cuando los domingos se veía a mamá preparar las cosas “para ir al hipódromo”, que se había convertido en una salida para toda la familia durante décadas.

 

Generaciones enteras crecieron en torno a historia y leyendas de carreras con finales reñidos y pescuezos que daba el grito de triunfo a uno, relegando a otros al olvido.

 

Contentos ya amargados, felices y otros no tanto, y siempre al final de la jornada la convicción que el próximo domingo será otro domingo de fiesta en el hipódromo.

 

Hasta que un día, hace veinte años, cerró sus puertas y de transformó en el eje de la nostalgia y tristeza de quienes disfrutaron de sus instalaciones.

 

Este domingo el hipódromo de Victoria volvió a abrir sus puertas.

No es un dato menor, ni es una reinauguración más.

 

Miles de victorienses que forjaron parte de sus historias en aquel predio, sonríen nostalgiosamente al saber que otra vez volverán los domingos de aquellos tiempos.