Calor, calor y más calor… qué bueno sería estar mojándose los pies en las tibias aguas de algún paradisíaco destino turístico, disfrutando de esos días que nos regalamos para recomponer nuestra pila de energía. 
Eso sí, más allá del capricho del cronista por un lugar balneario, cualquier otro destino que elijas, puede ser el amigable clima de montaña o por qué no el sur que en esta época tiene otros atractivos, y para ello optes por utilizar movilidad propia, estas líneas pueden servir de ayuda para un viaje sin sobresaltos.
Recordemos que el viaje de la familia comienza con una correcta planificación, y con la ayuda de Internet hoy las opciones se amplían e incluso permiten cierta ventaja, siempre y cuando los sitios que se visiten sean serios y/o avalados por el Ministerio de Turismo del lugar. Además quienes intenten guiarse por el GPS, no está de más un buen mapa para cotejar distancias, accesos y rutas secundarias.
No olvidar que este regalo que nos hacemos comienza con la elección del destino y finaliza al momento del regreso al hogar, para lo cual se deben controlar los elementos de seguridad activa (es decir aquellos que pueden evitar un accidente, como el caso de la dirección, suspensión, frenos y rodamientos; y de seguridad pasiva (que si bien no evitan el accidente, están diseñados para amortiguar el daño que pueda ocurrir como el caso del cinturón de seguridad, cabezales de asiento, espejos retrovisores, bocina y el airbag). También se incluyen en esta lista el matafuegos, botiquín y la sábana blanca que se exige (que en la ley está señalada como la colaboración que debe prestar todo conductor ante un siniestro, respecto a otras personas involucradas).
La velocidad máxima para circular, conforme a la Ley Nacional 24.449, es de 110 Km por hora, no obstante la norma agrega una velocidad precaucional, indicada como aquella que le permite al conductor en todo momento el pleno dominio de la unidad. Esto es que la velocidad sea compatible con las circunstancias del tránsito y del flujo vehicular, y acorde a las características del clima y de la ruta.
Los accidentes siempre están por sobre esa velocidad y tienen mucho que ver las características tecnológicas de los nuevos automóviles, que por su insonorización y elasticidad del torque, (es decir de la velocidad que puede desarrollar el motor en determinada distancia y tiempo) impiden una real apreciación del contexto en el que se viaja, y otras tantas que el mismo conductor no tiene en cuenta la potencialidad de su vehículo; por ejemplo, no conoce en que distancia precisa frena totalmente.
Equipaje y capacidad
En primer lugar, dentro del habitáculo deben viajar las personas para las cuales fue diseñado el vehículo; otro elemento de seguridad es colocarse el cinturón y evitar que en el interior existan elementos sueltos; por ejemplo termos, bolsos, frascos, que ante una frenada brusca del vehículo suelen comportarse como proyectiles por la velocidad que adquieren ante la detención del mismo.
En el caso de los acoplados, trailer o portaequipajes, los dos elementos son seguros. Respecto de los primeros, la ley exige que contengan su juego de luces propio en la parte trasera y la franja de seguridad correspondiente; deben estar perfectamente unido al vehículo mediante una traba o enganche, y a su vez estar sujetos con las cadenas de seguridad, que actúan como contención ante una falla en la unión principal.
Para el caso del portaequipajes, no es aconsejable cargarle todo al techo, sino que debemos llevar acorde a la capacidad con que contamos, y estos elementos es conveniente que estén ordenados, sujetos y cubiertos en lo posible.
Horas de manejo
Es recomendable realizar los viajes durante el horario diurno, teniendo en cuenta los lugares de descanso y los servicios que se prestan. Se debe tener en cuenta las características del trayecto, si es autopista, ruta provincial o nacional, que tipo de tránsito tiene, etc., para diagramar entonces el itinerario, evitando cualquier sobresalto.
Muchas veces es preferible optar por una vía alternativa, aunque el trayecto sea más extenso, pero viajar con mayor seguridad y un tránsito más aliviado.
Comer o beber
No es aconsejable ingerir en demasía alimentos hipercalóricos porque nos provocan sueño y desatención. Lo aconsejable es viajar cómodo en cuanto a vestimenta y calzado, sobre todo cuando no se tiene aire acondicionado. Comer liviano y beber abundante agua.
Si el viaje demandará varias horas, se aconseja detenerse cada 300 o 400 kilómetros para distenderse y facilitar la circulación sanguínea, (en el caso de un trayecto relativamente tranquilo), y cada una o dos horas, en el caso de una ruta muy transitada. Puede darse el caso de recorrer 1.000 kilómetros de una ruta tranquila no nos produzcan el mismo cansancio que 100 kilómetros donde uno está acelerando, frenando y desviando vehículos permanentemente.
Los chicos atrás
La reglamentación es clara, los menores de 12 años deben viajar en el asiento posterior, y los bebés, en un asiento especialmente diseñado para ellos.
En el caso de los bebés y por una cuestión de la inercia que sufren ante una frenada determinada, se los debe ubicar en una posición tal que la espalda dé hacia el frente. Bajo ningún punto de vista los menores deben ir en el asiento delantero
Luces
Está en plena vigencia el uso de luces de corto alcance durante el día, que tiene un efecto que se denomina concupiscencia, entendida como la mayor o menor posibilidad que tiene el ojo humano de encontrar en la profundidad del campo de visión un objeto cuando está iluminado o es de color claro. Esta medida contribuye a evitar accidentes, es preventivo y efectivo.
Seguramente quedan aquí un número importante de datos a considerar, tales como controlar la presión de los neumáticos, el agua del radiador, el aceite, o visación del seguro y el matafuegos, Ah… y por más que sea en nuestro entrañable auto familiar o en el último cero kilómetro, respetemos las normas de circulación, y así estaremos respetando al otro y a nosotros mismos.