¿Quién no expresó a un amigo sus ganas de tener una boda? ¿O bromeó en la oficina para que un compañero de trabajo se case y así participar todos del festejo? El que no haya dicho alguna vez «cuánto hace que no tengo un casamiento» que levante la mano. Es que las ganas de una buena fiesta surgen y se renuevan más a menudo de lo que la gente se casa.

Y teniendo en cuenta que cada vez menos parejas formalizan y que por conocerse ellos de diferentes ámbitos tenían muy pocas chances de ser invitados todos juntos a un casamiento, aprovecharon la productora de eventos que ya habían formado para hacer su propia boda. Falsa, claro.

«Al no ser amigos del colegio, ni de un club en común, jamás hubiésemos tenido una fiesta de casamiento juntos. Sólo existía esa posibilidad si alguno de nosotros se casaba, y como no estábamos ni cerca de eso, decidimos hacer la fiesta propia, teniendo la libertad de poner y sacar lo que nos gusta de una típica boda pero sin casarnos», contó a Infobae Martín Acerbi, uno de los creadores de esta nueva modalidad de fiestas exclusivas que nació en 2013 y ya lleva cinco ediciones.

Joaquín Alterman, otro de los socios, contó que cuando participaron al resto de sus amigos de la iniciativa les encantó. «Fuimos a un salón de eventos de La Plata –de donde todos son oriundos– y no nos creían la propuesta, pero les gustó y nos alquilaron el lugar para 300 personas», recordó el joven.

La fiesta fue un éxito. Salón lleno total. Tanto, que no dudaron en empezar a planear la segunda, que fue también en la capital bonaerense y convocó a 500 personas. Y la última, 650.

«FALSA BODA REÚNE TODOS LOS RITUALES TÍPICOS DE UNA FIESTA DE CASAMIENTO, PERO TODO FICCIONADO»

Ideada para divertir a jóvenes que en su mayoría oscilan entre los 23 y los 35 años, Falsa boda reúne todos los rituales típicos de una fiesta de casamiento como son la recepción, el ingreso de la novia, la ceremonia civil, el lanzamiento del ramo, la barra libre y por supuesto las infaltables tandas de baile. Todo ficcionado.

Los cuatro emprendedores de la original iniciativa tienen una productora de eventos. Y hasta hace poco, además, cada uno se desempeñaba en su profesión (en el grupo hay abogado, publicista, ingeniero y estudiante de educación física. «Ahora estamos dedicados casi full time a la productora», confesó un esperanzado Joaquín, que como tantos anhela vivir de su propio proyecto.

Sobre qué repercusión notan en los invitados, Joaquín se maravilló al contar que «la gente acata el vestuario, que es obligatorio de gala; principalmente nos llama la atención cómo se producen las chicas».

«Aun sabiendo que es una puesta en escena, los invitados asisten con todo el entusiasmo de vestirse de gala y arriesgan en la elección de su look, perdiendo el miedo al ridículo y poniéndose osados accesorios, como moños a lunares, tiradores y hasta sombreros y galeras. Tienen la libertad de ir con todos sus amigos, algo que en las bodas reales no es frecuente, y llegan dispuestos a vivir una experiencia diferente», describió Martín.

Las redes como motor de convocatoria y temáticas para todos los gustos

«En cada boda establecemos un marco, una ceremonia en vivo y un acting de entre 20 y 30 minutos que cuenta la historia de la pareja», contó Joaquín.

Hubo una novia «plantada» en el altar, un novio que llegó solo porque su pareja lo abandonó a último momento y hasta un casamiento igualitario consumado en la última edición. «Siempre buscamos generar nuevas historias que le pongan una cuota de dramatismo a la fiesta», agregó Martín.

Cada uno de los cuatro amigos se encarga de la difusión de cada boda entre sus grupos de pertenencia, además de las redes «oficiales» que invitan a adquirir con anticipación la invitación para acceder a «la fiesta más divertida del mundo», según alienta el eslogan del evento.

Con una entrada que oscila entre 450 y 500 pesos, los asistentes ingresan a la boda y cuentan con una recepción de sushi, postres, un final de fiesta con algo salado y barra libre toda la noche. «Hasta ahora hicimos siempre después de las doce, la idea es hacer con cena pero no queremos que se encarezca mucho la entrada, así que lo estamos evaluando», resaltó Joaquín, quien además contó que sus falsas bodas llegaron hasta Rusia.

«Había un festival de tango en Moscú y estaba la idea de hacer una noche temática. La hermana de uno de mis socios estaba participando del festival y propuso hacer la boda. A los organizadores les gustó la idea, lo hicimos y fue muy divertida», relató el joven.

La próxima falsa boda será este sábado 11 de julio en Sitio Palermo, Humboldt 1464. Luego habrá una en Bahía Blanca el próximo 25 de julio y otra en Neuquén planificada para octubre.

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