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La frecuencia modulada toca techo, pero la transición digital de la radio aún sigue en el aire. Sin embargo, la decisión de Noruega de apagar su red de FM suscita de nuevo el debate en Europa sobre el modelo de su espacio radioeléctrico. El país escandinavo será, a partir de 2017, el primero del mundo en implantar la transmisión digital de audio (DAB, en sus siglas en inglés), una decisión pionera que quintuplicará su cifra de canales nacionales. Pero despedir a la radio analógica no se salva de controversias.

El paso hacia la radio digital con DAB, surgido del protocolo europeo de comunicaciones Eureka 147, sigue la tendencia tras el lanzamiento de canales de música non-stop y de sólo noticias de los años 90. La primera estación DAB en salir al aire en el mundo fue NRK Klassic, de la Corporación de radiodifusión pública de Noruega, en 1995. Dos décadas después, el país nórdico es el primero en cerrar su FM a partir de enero de 2017, tras promulgarlo el Parlamento en 2011.

La transición hacia la radio digital prevé un ahorro previsto de 25 millones de dólares al año

La cobertura de DAB llega al 99,5% de la población noruega: más de una veintena de canales emiten en DAB y dos de cada tres hogares cuentan con un aparato adaptado, según Digitalradio Norge (Radio.no), representante de las grandes emisoras nacionales (la pública NRK y las privadas P4 y Bauer Media) en la apuesta de la radio digital terrestre. Estos datos permiten hablar, según sus partidarios, de una transición “controlada y predecible”, con un ahorro previsto de 25 millones de dólares al año.

“La banda de FM ya no responde a las exigencias de contenido de la audiencia. Con DAB, los canales nacionales pasarán de cinco a 25, una gran oportunidad para la industria y la diversidad de medios en expansión. La tasa de conversión es mucho mayor que cuando se digitalizó la televisión, aunque más complicada por la necesidad de actualizar las radios de los automóviles. Gran parte de los conductores responde que lo hará cuando cierre la FM”, señala como reto Mari Hagerup, responsable de comunicación de Radio.no.

¿Un peligro para la radio local?

En el debate del apagón, muy pocos discuten que la tecnología FM se haya quedado obsoleta. “En lugar de invertir en mejorar las redes de FM, la mejor opción ha sido DAB. Internet puede estar bien, pero no hay acceso en cualquier lugar en Noruega por su difícil orografía, y la red móvil no tiene capacidad para que todos puedan escuchar la radio al mismo tiempo”, destaca Øyvind Vasaasen, portavoz para los asuntos de DAB en NRK.

En el lado de los oponentes, Lars Nyre, profesor de estudios mediáticos de la Universidad de Bergen, defiende una red nacional de datos inalámbricos a través de Internet y aparatos móviles. “DAB se apoya en las relaciones entre la Unión Europea y la UER, para que los grandes grupos se garanticen una posición dominante en el futuro. Una política alternativa debería asegurar una red informática de alta calidad para todas las zonas habitadas del país, con prioridad para los medios públicos y las iniciativas locales. La industria radiofónica va a tener un gran problema con los jóvenes, compitiendo con Spotify, los programas de podcast y otras nuevas ofertas de Internet”, defiende Nyre.

Con DAB, los canales nacionales pasarán de cinco a 25

El cierre de la FM, que será gradual de norte a sur, afectará en principio a las estaciones locales de las cuatro mayores ciudades. Para Svein Larsen, dirigente de la Norsk Lokalradioforbund, una de las dos grandes asociaciones de la radio local noruega, las emisoras regionales son las grandes perdedoras. “Tras convivir DAB y FM veinte años, la decisión de cerrar la FM ahora sirve a los intereses de NRK, que no desea pagar la doble distribución, y del grupo P4, que ve la posibilidad de defender su casi monopolio comercial hasta 2031. NRK, P4 y SBS podrían así representar el 96% del mercado, y no será nada fácil para las radios locales independientes competir con los 30 o 40 canales propiedad de dos grandes grupos privados extranjeros”.

DAB, sin alternativas

“En los canales DAB, la propagación no es tan beneficiosa para la recepción en interior de edificios, pero hoy no existe un estándar que mejore las debilidades de DAB y que mantenga sus grandes ventajas”, indica Pablo Angueira, profesor asociado de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Bilbao (UPV/EHU).

La industria radiofónica va a tener un gran problema con los jóvenes, compitiendo con Spotify, los programas de ‘podcast’ y otras nuevas ofertas de Internet
A diferencia de la saturación de la FM, con DAB es posible lanzar nuevas estaciones y servicios temporales (pop-up), y experimentar con datos, de forma más barata y no susceptible a cortes o al pirateo de la señal como la distribución por IP. La eficiencia del espectro, el menor consumo de energía y mejor navegación de los usuarios, y las mayor calidad en la movilidad y más servicios gracias a la transmisión de datos son las ventajas técnicas que reúne este estándar digital. ¿Cuál es el problema? Como la televisión digital, su sistema múltiplex demanda nuevas frecuencias y la entrada de nuevos actores, algo que obliga a acuerdos técnicos entre empresas competidoras.

“Finlandia fue, a principios de la década de 2000, de los primeros en cerrar DAB porque no tuvo éxito, aunque le pusieron muchas ganas al principio, pero todo el mundo quería que fuera mucho más audiovisual. Suecia ya ha cerrado dos veces los transmisores de DAB”, recuerda Montse Bonet, profesora de Comunicación en la Universitat Autònoma de Barcelona, para quien el caso noruego podría tener más probabilidades de éxito por el impulso de los grandes grupos extranjeros.

España, esperar y ver

Mientras Noruega quema etapas hacia la radio DAB, otros países de nuestro entorno siguen en pausa a la espera de iniciativas. “España está más sola que Noruega en Europa, donde está resurgiendo el DAB implicando a la industria automovilística. La radio analógica funciona, con inversiones y audiencia. Apagarla no es una prioridad en España, tras la crisis y la resintonización de la televisión. Hay unas licencias concedidas que de momento no sirven para nada”, relata Bonet.

¿Por qué ha podido la televisión y no la radio? Para esta experta, la clave está en contar con una fecha de apagón, algo que no ha tenido la radio: “En el caso de la TDT se hizo desde Bruselas, pero a la radio se la considera un negocio local. No es seguro que sea como el apagón de la televisión analógica. Toda tecnología tiene una ventana de oportunidad, y no sabemos si hemos perdido ya esa oportunidad. Tarde o temprano sucederá algo, pero es más probable un mix de tecnologías”, sostiene Bonet.

“Apagar la FM no es una prioridad en España, tras la crisis y la resintonización de la televisión”, indica la profesora Montse Bonet

En algún momento toda la radio será digital, aseguran Graham Dixon y David Fernández Quijada, responsable de Radio y analista de medios senior de la Unión Europea de Radiodifusión (EBU), respectivamente. La cuestión es cómo. “Todas las transiciones se basan en un trabajo duro, buena comunicación y el alineamiento de los actores implicados. Con 440 millones de europeos que escuchan casi tres horas diarias de radio, no es realista pensar que en el corto plazo Internet distribuirá ese contenido a cada usuario de forma eficiente. Esperamos que una transición exitosa en Noruega estimule al sector. Suiza parece decidida a seguir un apagón gradual de la FM entre 2020 y 2024, mientras que en el Reino Unido, Alemania, Dinamarca u Holanda las fechas apuntadas hasta ahora no son oficiales”, dicen.