Dos cursos de Normal junto a la profesora Pérez Laurent, trabajaron textos de diversas épocas y autores, identificando la problemática • Ahora impulsan una campaña local de concientización contra el femicidio.

Los libros tienen esa capacidad latente, pueden ser la puerta de entrada a escenarios desconocidos, y con la ayuda de docentes imaginativos y movilizadores, los adolescentes incorporan un vocabulario y un conocimiento de distintas problemáticas, que en ocasiones pasan desapercibidas ante una lectura poco profunda o despojada de relación con el mundo que nos rodea.

En el 6º año de dos orientaciones de la Escuela Normal Osvaldo Magnasco, los alumnos junto a la docente Sol Pérez Laurent, realizaron un recorrido por distintas obras literarias donde identificaron la problemática de la violencia de género. El abordaje de la temática involucró todo un trimestre, con lecturas cruzadas de publicaciones en distintos medios de comunicación, visitas al Copnaf, y una adhesión a la campaña nacional que hoy se difunde a través de distintos espacios, y que hace furor en las redes sociales ‘#ni una menos’, donde decidieron en vez de visitar o estar presentes en las marchas que se realizarán en Buenos Aires y Rosario, entre otras ciudades del país, hacer su propia movida local el próximo 3 de junio a las 17:00 en Plaza San Martín.

Paralelo 32 se acercó hasta la institución, aprovechando la gentileza de unos minutos que nos cedió la profesora de Inglés Marianela Montero, para entablar un diálogo muy rico en conceptos y ejemplos, que los mismos grupos de Ciencias Naturales, y Comunicación y Turismo, han podido conocer y reconocer a partir de este abanico de lecturas que se abrieron con distintos autores propuestos por la materia.

Para iniciar este recorrido, los alumnos leyeron varios cuentos propuestos por la profesora de Literatura, comenzando por ‘Etcétera’ de Daniel Moyano, que como nos explicó Camila: “situaba la trama en el maltrato que vivía una familia, entre ellos a una tía que era golpeada por su marido, y los chicos todo el tiempo veían eso. La mujer en un momento abandona el hogar, pero hacia el final del cuento regresa, porque no podía dejar solos a los niños”, precisó la alumna.  En este sentido, dijo Pérez Laurent, se trabajó el argumento de que la mujer golpeada siempre vuelve.

Otro cuento desde el que empezaron a trabajar el tema de los celos, fue ‘En Memoria de Paulina, de Adolfo Bioy Casares. “Disparador que nos llevó a distinguir entre las relaciones sanas e insanas que tienen hoy los adolescentes, y qué concepción tienen ellos mismos de una relación sana en el amor”.

Aparecieron aquí cuestiones como el control del celular, saber las contraseñas de sus parejas, “y ver que eso no está bueno, tener posesión de la otra persona”, continuó la docente.

Movilizados por la temática, los alumnos hicieron post para Instagram y Twitter, promoviendo cuáles son las relaciones sanas e insanas. Y crearon una etiqueta o hashtag (del inglés hash, almohadilla o numeral y tag, etiqueta) que consiste en una cadena de caracteres formada por una o varias palabras concatenadas y precedidas por una almohadilla o numeral (#) que se viralizó.

Seguidamente a esta actividad, incorporaron al análisis ‘El Túnel’ de Ernesto Sábato, “con el que empezamos a trabajar un femicidio ficcional. El texto gustó –los jóvenes asienten la afirmación de la docente– pero no impactó la muerte de María.

Después pasaron a trabajar un texto que nos comentó la profesora está muy en boga y que es de algún modo también el promotor de esta marcha (Ni una más ni una menos- N.R.), que es ‘Chicas muertas’ de la escritora entrerriana, nacida en Villa Elisa y que actualmente reside en Buenos Aires, Selva Almada, quien aborda la crónica a partir de tres chicas de origen humilde y muy jóvenes asesinadas en los años ochenta En San José (Departamento Colón), antes del caso María Soledad, y mucho antes de que se hablara de femicidios. “Almada investigó a través de este libro de ‘no ficción’ tres homicidios en la Costa del Uruguay, y al cambiar las formas, cambió el vocabulario, las escenas y esto hizo que fuera bastante duro y shockeante para ellos”.

En este pasaje de la charla, Rocío agregó: “este libro habló de femicidio cuando todavía no se hablaba de esta forma de violencia en estos términos, y está situado en un momento donde todavía se podía viajar a dedo, hoy no te podés subir a cualquier auto, y relata cómo a ellos les parece extraño que en San José pueden ocurrir esas cosas; incluso son casos que están sin resolver, ya que hay uno de los cuerpos que nunca se dio con su paradero y hoy sigue desaparecida, y sí se encontró otro que no era el buscado, así que se especula con que hayan sido más”.

Pérez Laurent estuvo con Selva Almada recientemente en Paraná, y en los próximos días mantendrán una entrevista vía Skype junto a los alumnos: “así que ellos van a tener la posibilidad de poder charlar sobre el texto, preguntar sobre la investigación, etc.”

Al respecto Nacho, agregó que este libro les llevó a querer promover campañas de concientización sobre qué es femicidio o ‘feminicidio’, y cómo posicionarse frente a estos casos, que como bien aclaró la profesora, “muchas veces se los justificó como crimen pasional”.

Mientras preparan la marcha, para que se haga efectiva la Ley 26.081 (para erradicar la violencia de género y tomar conciencia) donde participarán diversas entidades y actores sociales, entre ellas la seccional de Agmer local, Escuela de Música, Artes Visuales, los chicos se involucran en un nuevo texto: ‘Las extranjeras’ de Sergio Olguín, “estoy muy orgullosa de ellos, son unos lectores excelentes y muy críticos. Y en este libro que trata de las mochileras francesas que en 2011 fueron asesinadas y violadas en Salta; Olguín no apela a la ‘no ficción’ como Almada, sino traslada el crimen de estas extranjeras a un novela cambiando nombres, nacionalidades, lugares y circunstancias; paralelamente simboliza la corrupción política y policial, el caso María Soledad Morales, y todo lo que va pasando en el norte a través de estos dos femicidios”.

Micaela dijo al respecto: “A mí el libro de Olguín me parece excelente. Porque en ‘Chicas muertas’ se salta de un relato a otro, y de alguna manera me resultó confuso. En cambio en Las extranjeras, tiene el formato de una película. Y la chica que investiga (Verónica) sufre varios inconvenientes, intentan matarla, realmente es atrapante y muy recomendable”.

La marcha

En medio de este desarrollo pedagógico planteado por Pérez Laurent, surgió esta marcha ‘#ni una menos’, como respuesta colectiva de artistas, periodistas, y activistas, entre otros tantos al asesinato de la adolescente Chiara Páez, en Rufino, Santa Fe. “Algo podrido, algo horroroso que está pasando frente a nuestras narices, y no porque los medios de comunicación últimamente se ocupen de los femicidios llamándolos como tales, después de décadas de aludir a ellos como ‘crímenes pasionales’, una noción que era un terreno lindante con la emoción violenta, es decir, una excusa para pretextar que la víctima ‘algo habría hecho’ para enfurecer a su victimario (se pudo leer en Página 12 sobre este tema).

Chiara tenía 14 años, estaba embarazada, fue muerta a golpes por un novio de 16 que confesó habérselas arreglado él solo para el asesinato, aunque la Justicia descree y ata cabos e imputa a la madre del chico y a su pareja, e investiga si el homicidio no se debió a la negativa de Chiara a tomar medicación abortiva.

El inquieto grupo también fue al Copnaf, donde tras una pormenorizada entrevistas, dieron en la cuenta que no hay un lugar para la mujer golpeada, que contenga y brinde asesoramiento interdisciplinario. “Si bien está pronto a inaugurarse el Observatorio de la Mujer en la ciudad, desde mi punto de vista creo que sin un lugar de contención hacia esa mujer, no hacemos nada. Necesitamos un gran equipo para trabajar la problemática”.

Del tango al reggaetón

Es difícil hablar de un origen de la violencia, pero en el plano cultural Pérez Laurent asocia el tango como esa instancia donde aparece precisamente el crimen pasional como un velo que cubre esos primeros femicidios, arraigando esas conductas; “hoy otro caso testigo es el reggaetón, donde se denigra tremendamente el rol de la mujer, con la salvedad que en el tango hay una diferencia de más de un siglo, y supuestamente la sociedad ha evolucionado en todo sentido”, concluyó.

Fuente: Paralelo32.com.ar