Luego de dos jornadas, la convención anual de la Unión Industrial Argentina llegó a su fin. Por el hotel Sheraton de Pilar pasaron economistas, políticos, diplomáticos y empresarios. El discurso de cierre estuvo a cargo de la presidente Cristina Kirchner, pero minutos antes hizo un balance el titular de la UIA, Héctor Méndez.

El dirigente fabril reclamó a la jefa de Estado condiciones para invertir, al señalar que la «inversión no es un proceso natural» sino que «necesita previsibilidad, estabilidad de cuestiones macro, impositivas y regulatorias».
Al término de su discurso en la cumbre de la UIA, Méndez recordó que todos sus mandatos al frente de esa entidad se produjeron durante gobiernos kirchneristas y, con tono de broma, planteó:«Nunca tuve un jefe que no fueran ustedes, pero sobreviví a los Kirchner».

«La inversión no es un proceso natural, todo lo contrario, necesita previsibilidad, estabilidad de cuestiones macro, impositivas y regulatorias, progresión en la conformación de un mercado interno pujante, rentabilidad, aumento del acceso al financiamiento», reclamó Méndez.

El presidente de la central industrial llamó a «repensar la política tributaria, a definir una inteligente inserción internacional, a aprovechar la inversión en infraestructura y la puesta en valor de los recursos naturales para desarrollar industrias y servicios de alta calidad».

Méndez agregó que la industria nacional «necesita desarrollo económico y social, mayor inversión, mayor confianza, mejoras en la distribución a través de más y mejor trabajo en el sector privado, avanzar hacia la optimización de los servicios públicos para que sean de calidad, un conjunto de variables que requieren un abordaje sistémico que incluya al sector público y privado».

Al respecto, el jefe de la UIA recordó que durante el último año esa entidad manifestó «objeciones a iniciativas cuya implementación dificulta y no incentiva el desarrollo de las potencialidades productivas».

«Cuestiones como la necesidad de mejorar la gestión del comercio exterior, la rápida devolución de los impuestos y los reintegros a los exportadores, la consideración del impacto que tiene el no ajuste por inflación a la inversión, el impacto negativo de la Ley de Abastecimiento, la necesidad de detener la proliferación de impuestos y tasas provinciales que agobian a las empresas, y que son contrarias a una política de industrialización y de generación de valor son algunas de las problemáticas que afronta la industria», detalló.

Al manifestar esos cuestionamientos, Méndez se dirigió a la Presidente, quien estaba sentada a su lado, y le dijo: «No le va a gustar». En respuesta, la primera mandataria le indicó que «estaba acostumbrada» y el finalizó el contrapunto señalando: «Yo también».

«No se trata de hablar solamente de lo macro o de temas cambiarios, tal como se desprende de encuestas y relevamientos técnicos que han sido presentados por profesionales de nuestra casa, la competitividad se pierde por un conjunto de pequeñas variables que podrían solucionarse con un trabajo conjunto del gobierno, trabajadores y empresarios», manifestó.

En tal sentido, Méndez aclaró que las «diferencias» no les «impide continuar dialogando con el Gobierno, ni al gobierno dialogar con las instituciones», por lo que resaltó que la presencia de la jefa de Estado «reafirma la voluntad de construir más allá de los disensos».