Circulan muchas versiones de la profunda problemática que afecta a la escuela secundaria Nº 8 “Esteban Echeverría” del Barrio Abadía de nuestra ciudad. Los docentes son testigos directo de la crisis institucional, se ven involucrados en situaciones indeseables, como la falta de un criterio claro desde la máxima autoridad de la escuela, a la hora de poner límites a los alumnos que hacen y deshacen, imponiendo su voluntad a pesar del esfuerzo de los agentes que allí trabajan.

  Los ordenanzas de la escuela tienen que cerrar las rejas con llave porque en los recreos los alumnos salen a la puerta, o se van a algún quiosco cercano, o se retiran sin la debida autorización. Días atrás tuvieron problemas con personal de la municipalidad y con la policía.

  Predomina en el alumnado la prepotencia y la falta de límites, cuestionan todo y se violentan muy fácilmente, al extremo de obligar a algunos docentes a tomar la decisión de cambiar de cursos o de renunciar a las horas o solicitar licencias por no poder y no querer lidiar con estos problemas que se están tornando frecuentes y por ende desgastantes.

  Es frustrante para un profesor entrar a un aula con la clase preparada y todas las ganas de enseñar y encontrarse con grupos de alumnos que están predispuestos a no interesarse en nada, con  celulares y auriculares puestos sólo hacen acto de presencia, exigen respeto y comprensión y no dan nada a cambio, ni siquiera el interés por escuchar la clase. Por supuesto que sin generalizar, un porcentaje, muy bajo, de los que asiste a la escuela se interesa por crecer interiormente y les gusta participar, aprender, e intercambiar, socializar y aprobar las materias por esfuerzo propio.

  Se los tiene en cuenta para todo, se los respeta, se los quiere y se los cuida. Se hacen reuniones institucionales donde se discuten las normas que van a regir a la escuela, el acuerdo de convivencia por ejemplo, y se los consulta y votan, no quedan afuera de ninguna decisión. Pero luego no respetan ninguna pauta establecida. Demasiado mimados, dirían algunos, poco claros en los criterios para poner pautas de conducta, dirán otros, aquellos argumentarán que se les da todo servido en bandeja. Pero lo cierto es que  los profesores son los más afectados porque se toman medidas a nivel institucional que les facilita los recorridos y a la larga los afectará en su etapa de adultos porque no habrán elaborado facultades para adquirir conocimientos y competencias para desarrollarse en la vida.

  Con una nota que firmaron para que sea  elevada por vía jerárquica los docentes de esa escuela muestran su desacuerdo  con las medidas tomadas por la rectora de la institución que preparó mesas especiales para que los alumnos que repitieron de año tengan la chance de promover, ahora… a cuatro meses de haber comenzado las clases… y no con una materia, o dos… con muchas más. Recordemos que las mesas que normalmente hace una escuela en abril son para completar curso a aquellos alumnos que ya terminaron la escuela y le queda una o dos materias para egresar. No es este el caso, acá se hacen mesas para que un alumno que durante el año no aprobó siete, ocho, y hasta más asignaturas tenga oportunidad, ¿oportunidad? de rendir para pasar de año… pregunto… ¿no están  dando demasiadas facilidades, demasiadas chances, que no se ganaron, que no se merecen…? Y , ¿qué se le dice al alumno que sí aprovecha todas las oportunidades durante el año, al que se ocupa, participa, trabaja, aprueba… ¿Qué mensaje le queremos dar a esos jóvenes que creen que lo válido es ganarse con esfuerzo las cosas en la vida?