El sol ayuda a sintetizar la vitamina D, que contribuye a fijar el calcio en los huesos y favorece el crecimiento. No obstante, la exposición directa a los rayos solares, sobre todo para los niños, es innecesaria y no exenta de riesgos. En este sentido, el Ministerio de Salud de la provincia brindó una serie de recomendaciones a la población destacando la importancia de la prevención, sobre todo en los más pequeños, y los cuidados que se deben tener.

Ante una exposición solar inevitable para los más pequeños, el pediatra Roberto Ariel aconseja “protegerles la piel con barrera física”, sombra y ropa transpirable, y “aplicarles factores de protección solar en las zonas expuestas, renovando la emulsión adecuadamente cada dos o tres horas”. Sin olvidar que “la transpiración, el agua y la toalla, pueden interrumpir la efectividad de los bloqueadores solares”.

Asimismo, precisó que en caso de quemaduras por el sol es importante aplicar una compresa fresca sobre la piel, no interferir si se produjeron ampollas (no reventarlas) y retirar la piel cuidadosamente, sin lastimar. Y ante todo cuidar que si el proceso es muy doloroso, se debe consultar a un médico para la indicación de algún analgésico.

Ariel aclaró, ante la consulta, que una cosa es la fiebre a causa de la exposición al sol, “donde es necesario indicar medicación antitérmica”. Y otra es el aumento de la temperatura corporal, que se puede aliviar con un baño de inmersión en agua a temperatura ambiente y con compresas frías.
Respecto a cómo evitar la deshidratación, el pediatra indicó que “a los niños hay que ofrecerles una importante cantidad de agua, en cantidad y calidad”, como así también abundantes frutas frescas y verduras. Para saber cuándo los chicos están deshidratados, lo fundamental es prestar atención a ciertos signos: la sed persistente y una clara disminución en la deposición de orina. También se evidencia en la ausencia de lágrimas. Ante cualquiera de estos síntomas es primordial la consulta inmediata al médico, acudiendo al centro de salud o al hospital más cercano. Máxime, teniendo en cuenta que el cuadro puede agravarse con la baja de la presión arterial, por ejemplo.

El profesional indicó que lo más importante para cuidar a los más pequeños, ante el calor y las altas temperaturas, es la prevención. “Se trata de pautas sencillas que contribuyen a prevenir complicaciones, no hay que subestimarlas”, valoró de la constancia de reponer los factores de protección solar cada dos o tres horas, darles abundante agua para beber y fomentar el consumo de frutas y verduras frescas.

Recomendaciones a la población
En ese sentido, la cartera sanitaria recomienda a toda la población adoptar los siguientes cuidados, especialmente en bebés, niños pequeños, mayores de 65 años y personas que padecen enfermedades crónicas:
• Tomar mucha agua durante todo el día.
• Evitar las comidas abundantes. Consumir alimentos frescos, como frutas y verduras, que hayan sido previamente lavados con agua segura.
• Evitar el consumo de bebidas alcohólicas, o muy dulces, y las infusiones calientes.
• Usar ropa suelta, de materiales livianos y colores claros.
• No realizar ejercicio físico en ambientes calurosos. Tomar líquido antes, durante y después de practicar cualquier actividad al aire libre.
• Protegerse del sol poniéndose un sombrero.

Para lactantes y niños pequeños:
• Darles el pecho a los lactantes con más frecuencia.
• Hacerlos beber agua fresca y segura.
• Trasladarlos a lugares frescos y ventilados.
• Ducharlos o mojarles el cuerpo con agua fresca