El surgimiento de la Educación Física de cierta manera, se plantea en el papel de la historia en el contexto de la ciencia moderna.

Para comprender la Educación Física, una de las dimensiones posibles está en el entendimiento de ese abundante campo de transformaciones que podríamos denominar como: el imaginario social de la ciencia en su sentido más amplio.

Desde el lugar de la Educación Física, se hace inevitable producir una mirada crítica hacia las representaciones que, a lo largo de la historia han ido constituyendo, de forma persuasiva y pedagógica una manera de aprehender la profesión y de inscribirla en el escenario imaginario social. En ese lugar; los diversos ejercicios, la gimnasia, los deportes, la higiene, la salud, la recreación, etc. han ido modelando un concepto referencial de “Educación Física”; pero un concepto que no tuvo más probabilidades que el de ajustarse al ideal que lo produjo. Así, la Educación Física,  alcanza su institucionalización como asignatura del sistema escolar a fines del siglo XIX de la mano de los métodos gimnásticos; solo a mediados del siglo XX las prácticas deportivas se introducen en nuestra querida y apasionante profesión, y aunque remozadamente, los educadores físicos somos vistos como agentes de salud.

No se puede disimular que, el dispositivo subjetivador y generador de esas representaciones hemos venido desarrollando, en nuestras práctica, un creciente proceso por acumulación. Esto, en cierta forma, se explica por el gradual incremento que han sufrido las teorías, los métodos y las prácticas corporales como contribuciones a ese espacio mayor que es la Educación Física. Esos conceptos, añadidos solos o en combinación, convirtieron a nuestra disciplina (sí vale el término en el estado de lo que es la crisis de las disciplinas actuales) en registradora y reproductora de los mismos; y cuando daba cuenta de algo, lo hacía con relación a los obstáculos que impedían aquella acumulación. Lo que equivale a decir que hemos sido mal conducidos en muchos aspectos.

Sin embargo, en los últimos años muchos estudiosos han venido demostrando lo difícil que es explicar la educación física por medio de las funciones que se han acumulado en torno a ella. Una de las categorías que empieza a ofrecer un fuerte desarrollo, y con derivaciones muy significativas para el campo de la educación física, es la noción de “Corporeidad”, un nuevo término en nuestra profesión. En este sentido es importante recordar cómo durante el medioevo las vehiculizaciones del ejercicio del poder feudal y clerical tenían una inscripción material y geográfica, que no era sino el cuerpo de los individuos.

“Es importante destacar que nuestra Educación Física a estado pasando por múltiples cambios radicales, que ha sufrido múltiples problemas en los diversos ámbitos donde de ella se habla, pero es importante destacar que día a día se está imponiendo conjuntamente con el mundo del Deporte tan importantes estos conceptos para el mejor bienestar general del Ser”. (Carballo, C. 2009).

 

Citas Bibliográficas:

  • García Ibarra, A. (2001). “Análisis de la Educación Física”. XIX Congreso Nacional de Educación Física, pp. 167-180.

 

  • Hanson, P. y Wolfe, L. (1991). “Guidelines for exercise”.American College of Sports Medicine, Lea & Fegiber, Filadelfia.

 

 

 

 

Lic. Casiano Carballo

  • Licenciado en Actividad Física y Deporte.
  • Especialista en Actividad Física y Salud.
  • Miembro de la Red Argentina de Actividad Física.

casianocarballo@hotmail.com.ar

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