La Policía de Entre Ríos, a través de la Dirección Prevención de Delitos Rurales, informa a la comunidad sobre varios procedimientos efectuados por la Brigada Abigeato Villaguay, relacionados cuando el Sub Comisario Cáceres German y el Oficial Principal Duarte Fabián diagramaron un operativo de control sobre locales comerciales que expenden productos cárnicos en el interior del Departamento Villaguay, donde en el Distrito Mojones Norte se pudo detectar graves irregularidades, no solo desde el punto de vista sanitario, sino también sobre la procedencia de la carne, ya que ninguno de los «pseudo» carniceros infraccionados pudieron demostrar el origen de los vacunos, no solo en clara contraposición a la Ley Provincial de Carne 7292, sino también en abrir interrogantes sobre si los semovientes carneados no son producto de abigeatos cometidos por los cuatreros de la zona. En primer lugar los brigadistas ingresaron a un local comercial sin razón social emplazado sobre Ruta Provincial Nº 6 propiedad de JULIO (48), donde se observaron dentro de una heladera productos bovinos expuestos para su venta, los cuales no tenían documentación para un respaldo de origen lícito, más allá que tampoco poseían sellos de un frigorífico habilitado evidenciando falta total de calidad sanitaria, además con la gravedad de no encontrarse el local autorizado para funcionar bajo ese rubro, por lo que se decomisó 15 kgs de carne vacuna. Luego los policías se presentaron en otro negocio también ubicado en el mismo Distrito, propiedad de ORTENCIA, donde se observan cuatro freezer mas una heladera con distintos cortes vacunos, que tampoco estaban amparados por facturas de compra a un establecimiento faenador habilitado y/o distribuidor, independientemente que dicho local no tenía el permiso para funcionar como carnicería, falencias de extrema gravedad, que finalizaron con el decomiso de 60 kgs de carne vacuna. Culminando con las inspecciones los mimetizados funcionarios públicos asistieron a otra carnicería «trucha», propiedad del irascible RUBEN (63), puesto que el local que era similar contesto comercial que las anteriores, es decir, sin razón social, sin habilitación para expendió de cortes cárnicos, a pesar de tener en dos freezer muchos productos cárnicos y derivados de la carne -embutidos- sin ningún tipo de papeles que avalen su sanidad reglamentaria y sobretodo la «legalidad» de su procedencia, pero a diferencia de los otros dos procedimientos, al momento de labrarse el acta de infracción, el clandestino comerciante junto con su familia (esposa e hijo mayor de edad) comenzaron a actuar de forma muy agresiva hacia los uniformados, situación belicosa que se plasmó en la respectiva acta de infracción lo que agravó aún más la falta de legalidad, por eso con la finalidad de cuidar la integridad física tanto del personal policial como del transgresor y su grupo familiar, no se procedió a decomiso alguno, evitando un mal innecesario en la salud del pendenciero carnicero, puesto que en caso de seguir procediendo por el estado de nervios que demostraba, podía llevarlo a cualquier reacción de extrema violenta, decidiendo el oficial a cargo iniciarle además una causa penal en su contra por impedir el proceder brigadista, debiendo afrontar así una imputación contravencional y delictiva. Cabe señalar que a posterior de los controles aludidos se le dio intervención a un veterinario ad honoren que termino por informar que toda la carne secuestrada no se encontraba apta para el consumo humano, procediendo de inmediato a su desnaturalización