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El fiscal de Nogoyá, Federico Uriburu, brindó precisiones respecto de las investigaciones que lleva adelante por abusos de menores contra el ex párroco de Lucas González, Juan Diego Escobar Gaviria, y por torturas y privación de la libertad en el convento de carmelitas descalzas. En cuanto a la causa contra el sacerdote, actualmente con domicilio en Paraná, resaltó que todo lo denunciado “se fue comprobando y agravando” con la aparición de más víctimas y se mostró esperanzado de que “el avance de la investigación haga que las personas que no se animan a hablar, lo hagan”. Informó que ya está “en condiciones de elevar la causa a juicio, en función de las cuatro víctimas consolidadas en el legajo de investigación” pero aclaró que algunas víctimas pidieron constituirse como querellantes con un abogado particular, por lo cual se está esperando ese trámite para solicitar la audiencia de elevación a juicio. También indicó que se analiza solicitar el agravamiento de las restricciones contra el cura, con la posibilidad de pedir prisión domiciliaria o preventiva, ya que “es una persona que permanentemente juega en el filo de lo legal” y hay elementos que hacen presumir que está detrás de los ataques y presiones que sufren víctimas y testigos. Lo calificó como “una persona que se cree impune”. En cuanto a la causa del Carmelo, dijo que la única imputada sigue siendo la ex superiora, Luisa Toledo –conocida como la madre Isabel- quien se encuentra en Roque Sáenz Peña, Chaco, y se está a la espera “des que se expida el juez Federal en relación a la competencia de la Justicia provincial o Federal”. No obstante, resaltó que a raíz de la investigación se flexibilizaron las medidas y “se prohibió el uso de cilicios y látigos”. “Tengo la satisfacción de que se mejoró la calidad de vida de esas personas y evidentemente algo mal había porque si no estos cambios no tendrían sentido”, resumió.
En declaraciones realizadas al programa televisivo Fuera de Juego Uriburu contó que “casualmente hace cuatro años que estoy instalado con mi familia en Nogoyá y en este tiempo se ha visto un crecimiento de las causas por narcomenudeo” aunque “también había otros señalados de importancia en relación con el camino de la droga en Nogoyá, que casualmente en noviembre del año pasado cayó detenida una de ellas en un allanamiento que se solicitó al juez de Garantías en la búsqueda de un arma, y en ese procedimiento esta persona intentó escapar arrojando un paquete con importante cantidad de cocaína”.

“Sacando esto que nos tocó a la justicia común, tenemos conocimiento del trabajo que viene realizando la Justicia Federal, por medio de los delegados de Tóxicos, obviamente con la reserva que amerita ese tipo de trabajo”, mencionó.

Sostuvo también que los personajes importantes relacionados con el narcotráfico en la localidad “normalmente se vinculan en otros tipos de delito, aparecen nombrados en robos calificados o robos contra la propiedad, pero no hemos tenido elementos concretos para vincularlos más allá de una mera sospecha”. Aclaró que “además están los consumidores que están en el circuito de la droga pero son personas adictas que acceden al delito para conseguir la droga”.

Afirmó asimismo que “Nogoyá es una ciudad neurálgica por su ubicación en la provincia, cercana a otras ciudades importantes, y obviamente es utilizada estratégicamente”.

La causa por abusos contra Escobar Gaviria

Respecto de la investigación por abusos de menores que se lleva adelante contra el ex párroco de Lucas González, Juan Diego Escobar Gaviria, el fiscal admitió que todo lo denunciado “se fue comprobando y agravando” con la aparición de más víctimas y señaló: “Me inclino a que el avance de la investigación haga que las personas que no se animan a hablar lo hagan”.

Destacó que “el 27 de octubre comenzó la investigación y ya en marzo estamos en condiciones de elevar la causa a juicio, en función de las cuatro víctimas consolidadas en el legajo de investigación” pero aclaró que “dos de las víctimas solicitaron la intervención de un querellante particular y además la madre de otra víctima, que fue el primer denunciante, también pidió la intervención de ese abogado”.

En ese sentido, explicó que “la remisión de la causa a juicio les corta la posibilidad de constituirse como querellantes, por eso se frenó un poco la causa en cuanto al pedido de remisión para que puedan hacerlo y luego pediremos la audiencia para elevar a juicio la causa”.

Informó que en la actualidad el cura “se encuentra en Paraná con algunas medidas restrictivas, en relación a no acercarse a las víctimas a algunos testigos de la causa y debe comparecer a la comisaría cercana a su domicilio una vez por semana”.

No obstante, explicitó que “no tiene prisión domiciliaria pero estas medidas se fijan a plazos, la última vez fue por 60 días, con la prohibición de ingresar a Lucas González, pero estamos hablando de una persona que permanentemente juega en el filo de lo legal”. A modo de ejemplo, contó que “hace unos días venció la medida y ya a los dos o tres días el cura estaba dando vueltas por Lucas González lo que generó ciertos inconvenientes con las víctimas”.

Al respecto, refirió que “en los corsos locales una de las víctimas fue agredida por simpatizantes del cura y el querellante está trabajando para aportarnos los elementos para pedir unas medidas más severas, ya sea la prohibición de ingresar a la localidad o una prisión domiciliaria o preventiva”.

Sobre las agresiones y presiones hacia los denunciantes, Uriburu dijo que “mermaron a mediados de la causa, en diciembre-enero, y ahora retomó, pero da la casualidad de que se produce cuando el cura puede re ingresar a Lucas González, por eso tenemos la hipótesis de que tiene su gente que lo sigue y es quien está detrás de estos actos contra testigos y víctimas”.

En ese contexto, relató que “hace unas semanas ocurrió un episodio llamativo porque llevamos a Tribunales –por intermedio del defensor oficial- a quien podría haber sido la quinta víctima –un chico de 12 años- quien al momento de hablar en Cámara Gesell negó los hechos”. “Lo curioso fue que durante la noche, su madre recibió un mensaje en el celular de parte de uno de los cuatro menores que declaró al principio de la causa –que había sido citado como testigo o posible víctima- y le reconoció que había mentido en la Cámara Gesell y le mandó un agradecimiento del cura por haber declarado a favor de él”, reveló Uriburu.

“Estos son todos elementos que se están evaluando para solicitar esas medidas más rigurosas con el cura y a la vez se tienen en cuenta para demostrar la personalidad el imputado, porque hablamos de una persona que se cree impune”, definió.

El caso de las carmelitas

Respecto de la causa que investiga torturas y privación ilegítima de la libertad en el convento de carmelitas descalzas de Nogoyá, el fiscal indicó que la ex superiora del Carmelo “está en Chaco” y no tiene medidas restrictivas ya que “la única medida que se solicitó fue la exclusión del convento y la prohibición de contacto con las demás internas”.

Informó que “según sus abogados defensores no está bien de salud, está recluida en el Carmelo de Roque Sáenz Peña, y no tenemos otras novedades porque estamos esperando que se expida el juez Federal en relación a la competencia de la Justicia provincial o Federal”.

Mencionó también que en relación con esta investigación vivió “un episodio llamativo a mediados de noviembre”. “Las hermanas me llamaron al despacho pidiendo que fuera al convento y fui esperando obtener un testimonio favorable a la investigación. Fui atendido por la totalidad de las hermanas en el locutorio donde reciben las visitas y me solicitaron que la madre superiora pase su cumpleaños ahí. Obviamente fue una charla informal pero se les explicó el trámite de la causa, que hay una medida judicial dispuesta y que el motivo no ameritaba echar atrás una medida judicial porque la investigación está por encima del festejo de un cumpleaños. Fue desestimado el pedido informal, que no deja de ser llamativo”, reseñó.

En ese contexto, agregó que “había una de las hermanas que había citado para que la evaluara un equipo técnico para saber si estaba en condiciones de declarar que estaba fracturada y les pregunté por ella, y llamativamente me dejaron pasar al interior del convento. Me contaron que a raíz de la investigación llegó una persona, una suerte de supervisora de la Nunciatura, quien había dispuesto distender las medidas, prohibió el uso de cilicios y látigos, y les permitió comer carne, e incluso pude hablar con la hermana que estaba lastimada, de reposo en la cama”.

Al respecto, resumió que “más allá de la respuesta que se pueda dar desde la Justicia Federal o provincial, tengo la satisfacción de que se mejoró la calidad de vida de esas personas y evidentemente algo mal había porque si no estos cambios no tendrían sentido”.

Fuente; Análisis Digital