El secretario general del Sindicato Argentino de Farmacéuticos y Bioquímicos (SAFYB), Marcelo Peretta, explica cómo funciona el mercado ilegal y el rol del marketing en la comercialización.

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El secretario general del Sindicato Argentino de Farmacéuticos y Bioquímicos (SAFYB), Marcelo Peretta, detalló a Télam cuál es el panorama actual del consumo de medicamentos en el país, desde las causas y consecuencias hasta el mecanismo del circuito ilegal y la necesidad de que cambie la política actual.

¿Cómo está la situación actual del consumo de medicamentos?
En la Argentina tenemos registradas 24 mil muertes anuales por mal uso de medicamentos.
Esas muertes tienen que ver por un lado por los medicamentos truchos y por la automedicación, la sobreprescripción o porque los medicamentos están muy caros y la gente no tiene dinero para pagarlos. Esos son cuatro problemas reales en la Argentina.
Ha crecido el consumo de ansiolíticos porque estamos más ansiosos y deprimidos. Los médicos medican mucho más rápido que de costumbre.

¿Cómo funciona la venta ilegal de medicamentos en el país?
Argentina nunca pudo bajar del 11 por ciento de venta ilegal de medicamentos. En los países desarrollados rondan el cinco. Estamos un seis por ciento por encima del resto del mundo.

¿Por qué sucede esto?
Porque las políticas de comercialización de los laboratorios predominan por encima del criterio farmacológico.

El gerente de marketing de un laboratorio gana más que un el director técnico farmacéutico, que es el nombre que figura en la cajita del remedio del laboratorio.

Con tal de vender cualquier cosa vale. Existen desde vendedores ambulantes de medicamentos en un tren hasta viajantes por el interior del país.

Los medicamentos se hacen en laboratorios habilitados, no se falsificas. Después, entran en el circuito ilegal porque es más rentable, o se adulteran medicamentos que llegada su fecha de vencimiento se los ve en buen estado entonces se les borra la fecha real y se les pone una fecha vigente.

En el mejor de los casos no te hace efecto, pero también puede traer problemas tóxicos, porque la combinación química llegó a su fin. Esa combinación no es eterna.

Y por otro lado, está el caso de las droguerías que además tienen habilitaciones para importar insumos como la efedrina. El insumo es legal pero después lo procesan de modo clandestino como fue el caso del triple crimen de General Rodríguez.

¿Existe una manera para poner fin a esta situación?
Sí, nosotros planteamos la necesidad de una una política de medicamentos que incluya un seguimiento, monitoreo del medicamento desde su fase de producción hasta su fase de utilización. Desde el laboratorio hasta la farmacia. Para eso tiene que haber un ministerio de salud firme y un director de ANMAT firme dispuesto a ejercer ese control.