Los victorienses consumimos en promedio 12 millones de litros diarios de agua potabilizada durante gran parte de 2013, y según el responsable del área de Obras Públicas Rubén Manassaldi, a quien Paralelo 32 consultó por las reiteradas roturas de caños madre en el centro de la ciudad, no dudó en advertir que las fluctuaciones entre verano e invierno son ínfimas.

“Hay cierta certeza en que abrimos la canilla y el vital elemento fluye, y son muy pocas las viviendas que tienen un tanque de reserva ante estos inconvenientes”, fue una de sus definiciones al momento de referirse a la concientización sobre el uso que hacemos del recurso, pero también advirtió que “debemos trabajar a contra reloj cuando las cañerías centenarias colapsan, tanto por su antigüedad como por el crecimiento demográfico, que entre otras cuestiones obliga a la planta de tratamiento a impulsar su caudal en ocasiones a 3.600 metros de su ubicación, con la consecuente pérdida de presión”.

Algún funcionario de carrera municipal dijo alguna vez que Juan Carlos Stratta y César Garcilazo fueron dos de los intendentes que advirtieron el problema del consumo y tendido de la red de agua en Victoria, e hicieron obras en consecuencia, pero Manassaldi va más allá reconociendo que “durante décadas no se había pensado en la posibilidad de crecimiento real de la ciudad, y menos lo que ocurrió en la última década, ese mayor tránsito por las calles, más barrios y al que se suma la geografía irregular de este emplazamiento, no hicieron más que acelerar una readecuación de la planta potabilizadora, que llevará a una producción diaria de más de 36 millones de litros, en su máxima expresión”.

Otro punto no menor, y en el que Manassaldi dijo que está abocado a trabajar en breve es en ubicar como suerte de ‘llaves de paso’ (para graficar mejor al lector) en distintos puntos de la ciudad, para evitar estos cortes generales del suministro, que en las últimas dos semanas ocurrieron en horas de la mañana, y en el caso del martes pasado de forma intempestiva.

Como incide lo demográfico

“No hay que olvidar que si bien se han hecho recambios en distintos puntos de la ciudad, no se han sacado las redes viejas de hierro fundido. A eso se agrega que el equipamiento de bombeo es nuevo, tiene más presión para equilibrar el consumo que en diez años tuvo una variación creciente de casi diez mil personas, y con el turismo, en los fines de semana pico tenemos unas cinco mil personas más en la ciudad”, puntualizó el entrevistado.

Los niveles del caudal diario son francamente importantes, porque basta con retrotraerse algunos años para recordar que el número de consumo en invierno del 2013, es casi igual al del verano del 2008. Pero Manassaldi insiste en que “este período estival 2013/14 se llegará a los 18 millones de litros (en el caso que fuéramos 40 mil almas habitando este suelo, serían algo más de 450 litros por persona)”.

Asimismo el funcionario dijo que hay muchas calles a las que no se llega con el regado (hay un camión cisterna y dos vehículos más adaptados para tal fin), y la gente utiliza agua potable para compactar la capa de polvo que tiende a levantarse sobre sus hogares. “Y una canilla abierta al máximo durante largo tiempo resta en gran medida caudal a la línea; también tenemos el contratiempo que desde el río, desde donde tomamos el agua para el regado, hasta el lugar donde lo aplicaremos, tardamos en ocasiones una hora en ir y volver para retomar el servicio en otro punto de la ciudad”, enfatizó.

 

Fuente: Paralelo32.com