Entre el 1 y el 7 de agosto, la OMS impulsa esta práctica natural para los recién nacidos hasta los dos años de edad; recomendaciones de expertos.

Desde 1992, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF, junto con más de 120 países reconocen la Semana Mundial de la Lactancia Materna, celebrada entre el 1 y el 7 de agosto.

La OMS, que afirma con plena seguridad que la lactancia materna reduce la mortalidad infantil y tiene beneficios sanitarios que llegan hasta la edad adulta, destaca que la misma debe comenzar dentro de la primera hora de vida del niño y debe realizarse en forma exclusiva hasta los 6 meses; y para finalizar, una vez cumplido ese tiempo, se deben introducir otros alimentos, pero es beneficioso complementarlos con el pecho hasta los 2 años de edad.

Si se siguieran estas instrucciones de comenzar a amamantar a los niños en la primera de su nacimiento, dándole sólo leche materna los primeros seis meses de vida y siguiendo con el pecho hasta los dos años, cada año se salvarían unas 800.000 vidas infantiles. Entre los menores de seis meses, en lo que respecta a América Latina y el Caribe, sólo un 39% se alimenta exclusivamente con leche materna, mientras que a nivel mundial ese porcentaje es similar, alcanzando el 38%.

A pesar de las recomendaciones en Argentina, el 54% de los recién nacidos se alimentan exclusivamente a través leche materna mientras que sólo un 28% de los menores de 2 años continúan siendo amamantados tras incorporar otros alimentos.

«Para el bebé es muy importante la lactancia porque le brinda la protección que necesita para evitar infecciones, lo protege contra alergias, hace que tenga un mayor desarrollo cognitivo, un mejor desarrollo psico-motor, emocional y social, una mejor respuesta a las vacunas, más capacidad de reacción frente a enfermedades, menos problemas dentales y de ortodoncia, menor incidencia a la diabetes, y menor incidencia de síndrome de muerte súbita», afirmó la doctora Marisa Breton, médica neonatóloga de la Fundación Hospitaliaria.