El histórico líder portuario retornó ayer a la entidad intervenida como colaborador y anunció que será candidato para volver.

«Si ganaba Macri me moría en la cárcel», lanzó ayer el líder portuario Herme Juárez, luego de concurrir por primera vez tras su excarcelación a la sede de la Cooperativa de Trabajos Portuarios (CTP) de Puerto San Martín. Allí fue recibido por un nutrido grupo de obreros que, pancartas en mano, le dieron la bienvenida y le expresaron su apoyo para encarar el proceso de retorno como dirigente de los destinos de la entidad que condujo desde 1969 hasta su detención. «Me detuvo el gobierno anterior, que si ganaba las elecciones iba a permanecer en la cárcel para toda mi vida. No escatimaron esfuerzos, me querían liquidar y ese era el proceso para terminar con la cooperativa. La intención final era quedarse con el puerto», aseguró ayer el presidente desplazado por la Justicia.

Sentado en un cómodo sillón de la sala de Presidencia de la CTP y visiblemente distendido desgranó la historia desde los orígenes de la entidad y el complejo mecanismo que se dio a través de los años y que llevó a convertirla en una potencia como administradora de los tareas portuarias, y su crecimiento exponencial de la mano de uno de los mayores polos agroexportadores del mundo. Como si nunca hubiera salido de sus oficinas, narró además cómo vivió el procedimiento que culminó con su detención y la de sus colaboradores.

«Ellos, todos sabemos perfectamente bien quienes son, querían quedarse con el puerto. El problema era Herme Juárez, que les ponía el tapón y no los dejaba pasar. No tenían cómo hacerlo y buscaron esta salida, meterme preso. Pensaban que iban a ganar las elecciones y, si así hubiera sido, habrían logrado sus objetivos», consideró Juárez.

«Siempre estuve tranquilo sobre las acusaciones, porque esta cooperativa es un ejemplo de trabajo, de cordialidad, de calidad y de honestidad. Trabajamos todos por lo mismo, cargamos buques para que el país salga adelante. Y nos preocupamos por hacerlo de la mejor manera, en el menor tiempo posible para el bien de todos, para que todos ganen. Somos una cooperativa muy seria y responsable y trabajamos para empresas que exigen y ejercen esos estándares», remarcó.

En ese contexto, relató cómo se complicó la marcha de la entidad desde el 1º de agosto. «El operativo se desarrolló con gran cantidad de policías, drones, patrulleros y un despliegue impresionante. Creo que en eso y en la difusión de la información hubo un alto grado de intencionalidad y maldad», consideró, y sentenció: «La intención era quedarse con el puerto. Pero nunca imaginé que me querían meter preso, no había motivo. Inventaron una causa y me detuvieron. Según interpreto, el plan era que después de ganar las elecciones tendrían el terreno libre, me corrían del medio y se quedaban con el puerto», analizó, y confesó que vivió el momento de la detención «un poco preocupado por mi familia. Pero sabía que no me iban a encontrar absolutamente nada y eso me daba tranquilidad».

«Vinieron a la cooperativa y revisaron todo. Después enviaron un informe al juez para incorporar a la investigación donde no había ninguna irregularidad. En ese momento, o al día siguiente, tenían que haberme liberado. Sin embargo me tuvieron hasta el lunes pasado, con una pulsera, y salí gracias al gran trabajo de mis abogados. Puedo decir entonces que esto era algo preparado y a quien conozca el tema y le pregunten, seguramente responderá lo mismo», enfatizó.

Juárez sostuvo que «ahora tendriamos que revisar cuál es el daño que hizo todo este proceso. Hoy me reuní con el interventor, que es una persona cordial, que entiende y conoce del funcionamiento de la cooperativa y sabe quién soy. Con él se puede hablar sin ningún tipo de problemas y sin rencores. Siento algo de rabia porque hicieron pasar malos momentos a mi familia. Esto fue un calvario, mi esposa sufrió las consecuencias de que me tuvieran seis meses preso y la incertidumbre de no saber cuándo saldría. Yo soy más fuerte, esto no me va a quebrar, al contrario, me dio más fuerzas para seguir adelante y proponerme hacer más cosas».

Económicamente fuertes

Respecto al porvenir, el dirigente dijo que «el futuro de la cooperativa siempre estuvo marcado por la misma directiva. En la medida que van creciendo los trabajos acompañamos con inversiones. Cuando quisimos comprar máquinas Volvo, lo hicimos, al igual que los remolcadores y los helicópteros. Estamos económicamente muy fuertes porque cuidamos el dinero de los trabajadores, que se logró con muchísimo sacrificio».

«Durante mi administración, todo lo que ocurrió en esta cooperativa pasó por mi oficina. No salía ningún pago sin que lo controle y, por ejemplo, jamás hubo una licitación de amigo. El que viene con esa idea es porque se equivocó de puerta, Juárez no es la persona indicada para esos fines. Como regla, cuando se realiza una licitación, se tienen que presentar tres empresas como mínimo. Es lo más serio que se pueden imaginar. Y en consecuencia, los estibadores son serios, trabajan noche y día todo el año y así son de serios los trabajos que realizamos», enfatizó.

Respecto a los cuestionamientos que lo tuvieron como blanco en relación a su función como presidente de la CTP y a la vez como secretario general del Sindicato Unidos Portuarios Argentinos, dijo que «en ese punto no hay grises, es todo transparente porque no es que se ejerza el poder de un lado y luego del otro. El sindicato y la cooperativa son una misma familia. Trabajamos para los mismos objetivos».

«Es la única forma de manejar esto —prosiguió— conozco los demás puertos y como funcionan. De un lado tienen a la cooperativa y del otro el sindicato. Entonces cuando la entidad gana más plata, el sindicato llega para sacársela. Acá no pasa eso porque nos sentamos a la misma mesa, dialogamos y logramos siempre la mejor forma de obtener trabajo y, a la vez, generamos bienestar para los trabajadores. Eso nos permite hacer las cosas bien y redunda en beneficios para todos, incluso para las empresas que nos contratan y por eso todos están conformes con nuestro trabajo”, argumentó y agregó que “el trabajador portuario está muy bien. Trabaja mucho, en condiciones difíciles, pero ganan muy bien”.

“No me van a encontrar nada, soy un tipo transparente como debe haber muy pocos a nivel empresarial en este país”, reflexionó el portuario y reveló lo que considera una de sus fortalezas: “Tengo una gran capacidad para no tocar lo que no es mío. Jamás le toqué ni cinco centavos a la cooperativa. Esa es mi forma de manejarme en la vida”.

Las cosas que uno hace quedarán en el recuerdo. No solamente San Martín quedará en la memoria de la gente. Yo también quiero quedar, por la cantidad de cosas que hice y las que haré. Hoy, a dos días de salir de la cárcel, pienso junto a mi equipo lo que haremos durante el año”, adelantó y recordó que “empezamos con cuatro máquinas y hoy tenemos casi cien unidades Volvo que cuestan 200 mil dólares cada una. Se debe valorar el trabajo que le damos a la gente, la capacitación y las posibilidades de crecer y desarrollarse con dignidad en la vida”.

En ese rumbo aseguró que “no existe una cooperativa en el mundo como esta. Entonces, resulta ridículo que en un determinado momento apareció una denuncia, metieron presos a los dirigentes e intentaron ponerle fin a este emprendimiento cooperativo tan maravilloso. Lo que nos hicieron fue verdaderamente una vergüenza, pero tenemos la tranquilidad de saber que la gente así lo interpreta”.

Candidato

El proceso de intervención de la CTP se determinó por 180 días y comenzó el 15 de agosto. Fue nombrado interventor, Juan José Schaer, quien será reemplazado el 15 de febrero por Roberto Pasqualino. Este tendrá seis meses para normalizar la entidad y llamar a elecciones.

Juárez, seguirá como colaborador hasta tanto se elijan nuevas autoridades pero su intención es liderar una lista para recuperar el cargo. “El está procesado y ese procesamiento está apelado. La causa está en plena instrucción y recién arranca. En ese marco Juárez está habilitado para presentarse en las elecciones y para ejercer el cargo”, explicó su representante legal, Javier Rabadé. Añadió que “él ahora está trabajando. Ejerce su derecho al trabajo como cualquier persona en libertad y colabora, como otros imputados en la misma causa. Juárez no está ejerciendo la presidencia, no firma, no toma decisiones, pero aporta sus conocimientos para asistir a la conducción de la entidad”.

“Hoy esperamos que la Sala 2 del Juzgado Federal de San Martín resuelva si prosperó el auto de procesamiento, si es nulo total o parcialmente y si los delitos por los que se lo acusa caen. Tenemos las mejores expectativas porque entendemos que los delitos que se le imputan no pueden prosperar”, concluyó el abogado.