Luego de 34 días, la presidente Cristina Kirchner encabezó un acto oficial en el Salón Mujeres Argentina de la Casa Rosada. Su discurso, en el que anunció el Plan Progresar, destinado a jóvenes de 18 a 24 años que no tienen trabajo ni estudian, fue transmitido por cadena nacional.

En medio de cánticos de la militancia que llegó al lugar, donde se encontraba el pleno del gabinete, gobernadores, legisladores y otros dirigentes afines al kirchnerismo, Cristina tomó la palabra a las 19:12 y agradeció a los presentes, entre ellos a los representantes de religiones y credos invitados.

Durante la alocución, la jefa de Estado aseguró que «en una década no se puede hacer todo». «Se van a necesitar muchas décadas para recuperar tanto daño social, tanta desesperanza», agregó. Pero para evitar especulaciones sobre una posible maniobra para buscar una nueva reelección, apuntó: «Yo estoy despojada de toda ambición«.

Asimismo, se refirió a las críticas por su silencio de los últimos días. «Los diarios decían ‘reaparece’ y ¿qué es lo contrario? Lo contrario es ‘desaparecer’. Es un acto fallido, está muy vinculado a las desapariciones», sostuvo al respecto. En ese sentido dijo esperar que «nadie critique la cadena nacional», y argumentó que no sería lo correcto «después de tanta demanda de presencia».

En una aparición posterior al acto desde un balcón interno a uno de los patios de la Casa Rosada dijo a los militantes: «Querían crear una sensación de que yo ya no podía más, y es cierto que tuve algunas dificultades, pero me gustaría ver a algunos si tuvieran esas dificultades si podrían gobernar a los 40 millones de argentinos».

En otro pasaje del discurso, la jefa de Estado aseguró que «el que venda un proyecto de vida o de país donde no hay conflicto está mintiendo, porque la vida es conflicto». «Lo que tenemos que lograr es que ese conflicto no nos separe, no nos dañe».

Por otro lado, destacó las políticas oficiales sobre el empleo y consideró que a algunos sectores eso les molesta. «No es un ataque al Gobierno, (para ellos) el Gobierno es el obstáculo, la piedra que hay que saltar», denunció. «Creo que lo que quieren es escarmentar a la sociedad«, añadió.
También se refirió a los cuestionamientos que surgieron por el lanzamiento de una serie deestampillas de correo con una simbología alusiva a la «década ganada». «Las fui a ver porque pensé que tenía mi cara, la de Néstor, de Máximo o Florencia, o de La Cámpora», ironizó, y juzgó que son «hermosas».
Al mencionar a la agrupación que lidera su hijo, aprovechó la ocasión la represión que denunciaron algunos de sus miembros en San Isidro, hecho por el que se acusó a la policía comunal de ese distrito. «Qué paliza les dieron. ¿Para qué quieren la policía comunal algunos? ¿Van a hacer guardias pretorianas para los intendentes?», se preguntó.

La jefa de Estado no encabezaba un acto público desde el 19 de diciembre, cuando entregó insignias a militares por sus ascensos. Además, no realiza declaraciones públicas desde el 10 de diciembre, ocasión en la que brindó un discurso en la ceremonia por los 30 años del regreso de la democracia (en Twitter, sus últimos mensajes datan del 13 de diciembre). La única vez que rompió el silencio en ese lapso fue cuando negó en diálogo conTélam que aspire a alguna candidatura en 2015.

Cristina viajó el 20 de diciembre a Santa Cruz para pasar las fiestas de fin de año y volvió a Buenos Aires en los primeros días de enero. Desde entonces, mantuvo reuniones con ministros y colaboradores en la residencia de Olivos y en la Casa Rosada.

La semana pasada, la Presidente estuvo dos veces en el Sanatorio Otamendi, donde su madre, Ofelia Wilhelm, fue sometida a una histerectomía, un procedimiento por el cual se extrae el útero (o parte de éste).