Los productores mendocinos se ilusionan con la mejora económica de Brasil

Los productores mendocinos se ilusionan con el levante económico que ha mostrado Brasil en los últimos meses. Las mejores en las proyecciones de crecimiento le sacaron una sonrisa a varios mercados, entre ellos al de Mendoza por ser exportador de ajos, vinos y otros bienes agroindustriales y ser el país sudamericano el mejor cliente.

Después de atravesar, entre el segundo gobierno de Dilma Rousseff y el de Michel Temer, un período que los propios brasileños consideran la peor crisis económica en varias décadas, el PBI de Brasil parece recuperar fuerzas.

 En las últimas semanas, en sus informes Focus, elaborado en base a pronósticos de consultoras privadas, el Banco Central de Brasil fue levantando las proyecciones de crecimiento del PBI: 2019 se habría cerrado en torno a 1,2% y para este año se espera 2,3%, con una expansión de 2,2% de la producción industrial y una tasa de inflación de apenas 3,6%, por debajo de la meta oficial del 4 por ciento.

“La baja a 4,5% de la tasa Selic (tasa de referencia del sistema bancario) a niveles históricamente bajos, va a impactar en la inversión y el consumo; a fin de año la tasa de desempleo podría ser de un dígito”, dijo Gustavo Perego, director de la consultora Abeceb. Además, prosiguió el analista, las cuentas fiscales muestran mejoras, apalancadas en el proceso de reformas y un programa de obras de infraestructura, licitaciones y privatizaciones que solo por este último concepto podría arrimar arrimar 60.000 millones de dólares al fisco brasileño.

“Brasil creciendo a 2% o más impacta fuerte en la Argentina”, dijo Perego. “Cada punto de crecimiento brasileño agrega un 0,25 puntos al PBI argentino; un Brasil creciendo tracciona al sector metalmecánico argentino y a algunas economías regionales”.

Un panorama parecido, aunque algo más cauteloso, dio Jorge Day, investigador del Ieral de la Fundación Mediterránea, que en un informe sobre el potencial de las exportaciones argentinas midió las posibilidades de distintos sectores y provincias. En 2019, recapituló Day, las ventas argentinas a Brasil tuvieron una conducta heterogénea. Aumentó la colocación de malta, papas preparadas, trigo, pasta de madera, arroz, porotos y aceitunas, pero cayó la de leche, leche en polvo, peras, manzanas, ajo, aceite de oliva y ciruelas secas.

 Las ventas argentinas a Brasil tuvieron una conducta heterogénea. Aumentó la colocación de malta, papas preparadas, trigo, pasta de madera, arroz, porotos y aceitunas, pero cayó la de leche, leche en polvo, peras, manzanas, ajo, aceite de oliva y ciruelas secas (Jorge Day)

El mejor cliente

Para la Argentina, dice el informe de la Mediterránea, Brasil es un cliente ideal, por su gran volumen de compra, su cercanía y las ventajas arancelarias del Mercosur, pero su impacto es variado, ya que sus compras están concentradas en Buenos Aires y pocas provincias más.

En 2018, último año para el que se cuenta con información completa, el mercado brasileño absorbió 19% de las ventas argentinas al exterior, pero la proporción es más alta para la provincia de Buenos Aires (31%, principalmente por la venta de autos, material plástico y trigo), Río Negro (22%, casi íntegramente debido a las ventas de peras y manzanas), Mendoza (22%, gracias a la colocación de ajo, vinos y otros bienes agroindustriales, como aceite de oliva) y Córdoba (20%, con un perfil de ventas similar a Buenos Aires: auto, autopartes y trigo). Brasil también es importante para las ventas de Misiones, por proximidad y venta de productos forestales.

“Brasil es una de las mayores economías del mundo, compra grandes volúmenes, pero su dinámica de los últimos 6 años no ha sido buena”, escribió Day. “Hasta 2013 era una economía pujante, luego sufrió dos años de recesión, y a partir de ahí se ha recuperado lentamente”. Por eso la perspectiva de una duplicación de la (todavía modesta) tasa de crecimiento genera expectativas.

La mejora en Brasil se percibe claramente; venimos de un período de pérdida de competitividad por falta de créditos blandos y visión integradora; los fletes internos son muy caros”, dijo Carlos Banacloy, ministro de Producción y Agroindustria de Río Negro.

El mercado brasileño es también muy importante para Mendoza, reconoció Alberto Carleti, presidente de la Federación Económica de Mendoza, quien señaló que Brasil es el comprador número uno de ajo y es también un cliente importante para los vinos.

“Por eso trabajamos tanto las relaciones con Brasil”, resaltó Carleti a Infobae, a quien la distancia no le impide notar que “Brasil está recomponiendo la pérdida de consumo interno”, aunque en su caso, como productor de cerezas, apuesta más a las ventas a China, ayudado por los “hubs logísticos” que la provincia instaló en Guandong y Shanghai y que sirven para vender por internet en el mercado asiático a partir de la demanda que generan los showrooms y promociones que organiza ProMendoza..

Para los productores de ajo mendocinos Brasil es la Meca: absorbe 80% de la exportación del producto de la provincia, origen del 90% del ajo que se produce en la Argentina, precisó Ariel Zucarelli, titular de la Asociación de Productores de Ajo de la provincia. La venta al mercado brasileño promedió en los últimos años unas 90.000 toneladas (9 millones de cajas de 10 kilos) y las perspectivas ahora son buenas, por la mejora de los precios.

El “estándar”, suerte de “Brent” del precio mundial es el ajo chino, que colocado en el puerto brasileño de Santos subió más de 90% de 2018 a la actualidad. Como la Argentina goza además de “cláusula de salvaguarda” en el Mercosur, que hace que los exportadores chinos deban pagar una tasa antidumping, el ajo argentino se volvió muy rentable y competitivo. El problema del flete se salva en parte enviándolo en camiones brasileños que descargan mercadería en Chile y de vuelta a su país cargan el ajo en Mendoza. “Eso lo manejan directamente los brasileños; incide en nuestra ecuación, pero no tanto como cuando vamos a otros destinos”, dice Zucarelli. “Nosotros medimos distancia al puerto, en general cuando vamos a otros destinos cargamos por Chile, por Buenos Aires se complica».

Y aún con buenas perspectivas, hay otra limitación: la producción mendocina de ajo cayó desde unas 16.000 toneladas en 2011 a cerca de 10.000 en la actualidad. «Cuando hay años malos la producción se achica. Hubo temporadas en que se trabajó a pérdida, y ha habido poco fomento a la exportación, dijo Zucarelli, quien precisó que el gobierno mantuvo en tres pesos por dólar la retención a la exportación de ajo.

Aunque el impacto relativo es muy importante para las economías regionales, el principal mercado brasileño para la Argentina es el automotor, gracias a las ventajas arancelarias del Mercosur, dice Day, el investigador del Ieral. En 2019, las colocaciones de ese sector en el país vecino cayeron 7%, mucho menos que las ventas en el mercado interno.

En cuanto a las perspectivas para este año, señala Jorge Day la posibilidad de que las ventas argentinas se vayan encareciendo si el dólar se empieza a rezagar respecto de la inflación. Además, recuerda, el aumento de las retenciones y la mayor brecha entre el dólar oficial y el mercado paralelo podrían ir “cerrando” la economía, generando costos más altos. «Resumiendo, las compras brasileñas empujarán más; las dudas están por el lado argentino; si podrán aprovechar las provincias más dependientes del vecino país, caso de Buenos Aires (autos), Córdoba, el Alto Valle y Mendoza.

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