Si hay algo que une para siempre a la pediculosis infantil y a los virus cutáneos, en este caso nos referiremos a los moluscos, es su carácter contagioso. Por eso estos visitantes molestos eligen de manera precisa e inteligente el hábitat infantil para desarrollarse.

Si bien la «temporada alta» para estas afecciones es el verano, la época de vacaciones, colonias, clubes y piletas, igualmente persisten y resisten estoicamente el período de clases. Por eso, lo más importante antes del inicio escolar  es informarse sobre las medidas de prevención.

Lo primero que advierte la Sociedad Argentina de Dermatología para ambos casos -moluscos y pediculosis-  es su característica contagiosa.

El molusco contagioso es una infección viral cutánea, benigna y autolimitada que causa pápulas o nódulos elevados con apariencia de perla en la piel. Suelen aparecer en la cara, el cuello, las axilas, los brazos y las manos, aunque se pueden presentar en cualquier parte del cuerpo. Es muy común en niños de 2 a 5 años y se puede adquirir de muchas maneras diferentes, ya que el contagio es por contacto directo: toallas, ropas y juguetes.

Los piojos, en cambio, son parásitos que sólo pueden vivir en la cabeza de las personas, ya que no pueden alimentarse de sangre de ninguna otra especie, constituyen una verdadera epidemia mundial altamente contagiosa y la padecen principalmente niños entre los 4 y 12 años (aunque afecta a personas de todas las edades), con más predisposición en las niñas, debido al largo de su cabello.

La médica dermatóloga pediátrica Paula Luna explica: «La propagación de la pediculosis se produce a través del contacto con el cabello de una persona infectada. No saltan ni vuelan. Pueden transmitirse como consecuencia del uso compartido de cepillos, peines, sombreros, toallas u otros elementos y los areneros; las colchonetas y las piletas de natación son lugares habituales de contagio».

De cada diez liendres, nueve son hembras (que ponen unos 10 huevos por día,  durante 3 o 4 semanas) Si un niño tiene cinco hembras en su cabeza, en un mes tendrá 450 ejemplares entre huevos y piojos juveniles y adultos. De todos ellos, 405 serán hembras que continuarán su reproducción. Además de ser intensamente pruriginosa (que produce picazón),  la pediculosis del cuero cabelludo puede complicarse y generar reacciones de tipo eccematosas e infecciones del cuero cabelludo secundarias, debido al rascado.

Moluscos cutáneos

El molusco contagioso es causado por un virus miembro de la familia de los Poxvirus. El diagnóstico se basa en el aspecto de la lesión. Es un cuadro benigno y autolimitado (aunque puede durar más de tres años) y es altamente contagioso, especialmente entre niños.

Si bien las lesiones no producen síntomas, en muchas oportunidades se complican ya que pueden irritarse, eccematizarse o sobreinfectarse, y se localizan en áreas más sensibles como genitales y párpados.

Este virus existe a lo largo de todo el año, su incidencia suele ser mayor en el verano, ya que la piel está más expuesta. Para evitar el contagio, los especialistas coinciden en que es conveniente realizar un tratamiento de las lesiones.

Existen muchos disponibles, entre los que se encuentra la aplicación de distintos preparados y la extirpación mediante el curetaje (se trata de un bisturí en forma de «cucharita» que ayuda a extirpar el molusco) previa aplicación de una crema anestésica.

¿Qué hacer ante el contagio, ya sea de pediculosis o de moluscos?

Es fundamental actuar rápidamente y con el tratamiento adecuado, sin poner en riesgo la salud de los chicos. Por ello, antes de avanzar se debe consultar al dermatólogo infantil.

Si bien el tratamiento de la pediculosis puede ser una tarea ardua, con los avances terapéuticos actuales es posible.  La Sociedad Argentina de Dermatología (SAD) recomienda lo siguiente para prevenir el contagio:

Para moluscos: evitar el contacto directo con lesiones de piel y no compartir toallas u otros elementos con personas afectadas.

Para pediculosis: pasar el peine fino, usar el pelo corto o recogido. Además, revisar diariamente el cabello y el cuero cabelludo, en especial detrás de las orejas y en la nuca. No compartir peines, cepillos o sombreros con personas infectadas.

Los utensilios que utiliza la persona infectada (peines, cepillos, etc.) deben colocarse en agua caliente durante diez minutos. La ropa personal y de cama debe ser lavada con agua caliente o dejada en una bolsa cerrada herméticamente durante dos días, y debe ser planchada.

No se recomienda el uso de pediculicidas en menores de dos años o mujeres embarazadas. No aplicar acondicionadores de cabello antes del pediculicida, ya que anula o reduce su efectividad.