Insistió a bañistas y navegantes en respetar los cursos de agua. En la costa se movilizan unas 1.000 embarcaciones cada fin de semana
«Cuando el río está más bajo, no significa que está más tranquilo. Más bien ocurre lo contrario: abajo suele tener mayor corriente interna, que no se ve en la superficie. El agua muchas veces corre de una forma, y por debajo del río, sobre el canal, de otra. La gente tiene que entender eso. Cuando el río está como ahora en tendencia bajista –se encuentra estable, en 3,26 metros en Paraná–, se encauza sobre el canal navegatorio, y allí corre de una manera mucho más veloz que en forma natural. La gente se confía mucho de lo que es el río», reflexionó el flamante titular de Prefectura Naval Paraná, Cristian González, al ser consultado por UNO acerca de los distintos casos trágicos sucedidos en la región.
En Entre Ríos hubo tres muertes por inmersión: un joven de Villaguay, mientras se bañaba en el río Gualeguay; el caso del joven que se sumergió en el balneario municipal de Paraná; y el caso de un adulto en Playa Bonita, Concordia. Pero además, sobre la costa santafesina se registró el caso de una pareja en el riacho El Bobo, en el kilómetro 454 del río Paraná, entre Timbúes y Puerto General San Martín. Una mujer, para refrescarse, se tiró de la lancha, y al no salir se arrojó detrás su marido; ambos murieron ahogados. A bordo de la embarcación quedaron tres niños menores de edad. Otro caso se registró en la zona de la laguna Coronda, frente a San Fabián: la embarcación se dio vuelta, y un adulto falleció y tres personas lograron sobrevivir.
Según Prefectura Paraná, las estadísticas registradas en los últimos años a lo largo de la jurisdicción fluvial, indican el incremento de la pérdida de vidas humanas como consecuencia de accidentes sufridos por bañistas, quienes hacen uso de playas o de lugares no habilitados, carentes de infraestructura y seguridad adecuada
Es por ello que el organismo renovó el pedido de prudencia a los navegantes, respetar el río y acatar las indicaciones.
«El río es muy semejante al mar, siempre lo digo. El mar lo que tiene, es que siempre te saca hacia afuera, y la salinidad te da más flotabilidad que el agua dulce, pero en lo que es corriente pasa lo mismo: el mar tiene un oleaje arriba, mientras que abajo lo que hace es enterrarte en la arena. En el río pasa exactamente lo mismo», graficó el prefecto, que asumió recientemente en la delegación Paraná.
Según contó, a Prefectura se le presentan uno o dos casos diarios de urgencias. Caídos al agua porque el kayak se les da vuelta; o personas que salen en embarcaciones con poco combustible para dar una vuelta y luego no les alcanza para regresar.
Pero hizo especial hincapié en el riesgo que representan los bancos de arena. «Sucede que en esos casos, no se da como en los balnearios habilitados, que hay vallas para que las lanchas no pasen; y también son un riesgo para los bañistas. Los bancos de arena se van moviendo, algunos están fijos hace años, pero nosotros no tenemos la forma de hacer un boyado para que no se bañen», contó, y mencionó que hay zonas donde se han robado los carteles de prevención o de prohibido bañarse. «Esta semana vamos a ir a la zona de Pueblo Brugo, porque habíamos puesto cartelería a fines de noviembre y se la robaron. Lo mismo pasa en Villa Urquiza o en Curtiembre».
Si bien indicó que la señalización es preventiva, y la gente puede dar o no importancia, la cartelería cumple la función de concientizar, para que haya la menor cantidad de muertos.
«Hubo en los últimos años, un notable incremento en la actividad en el río. En esta zona se vive una explosión de la parte náutica. Hay un parque de alrededor de 6.000 embarcaciones: en el registro jurisdiccional de botes y lanchas, tenemos 3.200; mientras que en registro especial de yates, 2.500. Es un parque muy grande, si bien no todas están navegando o salen al mismo tiempo, pero por fin de semana, se movilizan unas 1.000 embarcaciones entre Paraná, Villa Urquiza y Curtiembre», precisó. Aclaró también que hay muchas embarcaciones radicadas en la zona por una cuestión impositiva, pero que no son propiedad de entrerrianos, ni se encuentran alojadas en la zona.
«Hay que tener mucha precaución con los bancos de arena, porque uno los ve con aguas tranquilas, y que se forman remansos. Donde hay un remanso, tenemos el tradicional remolino vertical y otro longitudinal a la corriente del agua. Eso hace que el cuerpo de la persona no se pueda despegar del fondo del río. Los bancos de arena forman muchos remolinos longitudinales», indicó.
Otro riesgo en la región son los pozos en los bancos de arena. «Gracias a Dios no hemos tenido todavía ningún siniestro, pero sí hemos recibido denuncias o comentarios de personas que han estado atentos, porque si no hubiésemos lamentado hoy más muertes», planteó.
Y por último remarcó que no es un capricho de Prefectura en no habilitar algún lugar u otro. En las zonas de playas habilitadas, como en Paraná son los casos del Municipal, Estudiantes o el Rowing, el organismo controla profundidades, vallado e incluso se hace un contravallado para que sea perceptible para las lanchas. Incluso, se preserva el lugar para que no haya obstáculos para el bañado, como palos, piedras. En esas zonas se realizan tareas constantes, y durante el año para que sean aptas.
Pedidos y sugerencias
Prefectura pidió que se concurra siempre a lugares habilitados por las autoridades municipales, que están previamente verificados y asistidos por guardavidas.
• No ingresar a las aguas para minimizar el impacto del calor
• Respetar los carteles de seguridad e indicadores de peligro.
• Extremar medidas de seguridad con menores. No permitir el ingreso al agua de los niños, sin el acompañamiento de un adulto.
• No ingresar al agua después de comer.
• Respetar el boyado de seguridad.
fuente: UNO