Los principales bloques renuevan la mitad de sus diputados. Cambiemos tiene asegurado los puestos del radicalismo y espera crecer los del PRO.

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Las elecciones legislativas de este año van a definir la composición del Congreso que acompañará a Mauricio Macri en los segundos dos años de su gestión. Los pronósticos, sin embargo, anticipan que la relación de fuerzas no cambiará considerablemente: el Gobierno podrá mejorar su representación, tanto en Diputados como en el Senado, pero no podrá tener mayoría propia.

En el caso de la Cámara baja, se eligen 127 diputados en todas las provincias. De los bloques principales, el que proporcionalmente más bancas pone en juego es UNA, de Sergio Massa. Son 38 diputados de los cuales deben renovar 21. Es que toca el recambio de las bancas que se obtuvieron en la elección de 2013, que fue cuando Massa le ganó al kirchnerismo en la provincia de Buenos Aires.

Cambiemos pone en juego 40 bancas (sobre 86 que tiene). El radicalismo se garantizó que como mínimo va a retener todas las que pone en juego. Sin embargo, en el centenario partido temen que la correlación de fuerzas interna del interbloque Cambiemos se resienta, ya que el PRO vería crecer en mayor proporción sus diputados. También crecería el bloque de la Coalición Cívica, ya que Elisa Carrió logró colocar dirigentes propios en lugares expectantes en las listas de Capital, Buenos Aires, Santa Fe y Chaco.

En el PJ es donde se verán los mayores cambios. El bloque FPV-PJ pone en juego 32 de 72. El interrogante es si seguirán unidos después de las elecciones, ya que la figura de Cristina Kirchner genera tensión con los gobernadores, que en muchos casos terminan negociando apoyo legislativo al Gobierno a cambio de fondos para sus provincias.

Como siempre, ocho son las provincias que renuevan sus senadores: Buenos Aires, Santa Cruz, San Juan, La Rioja, Jujuy, Formosa, Misiones y San Luis. Allí, la expectativa del oficialismo es ganar terreno en un ámbito que le es adverso: apuesta a sumar más senadores en por lo menos seis de esas ocho provincias. De todas formas, el peronismo seguirá manejando los tiempos del Senado, aunque el escenario ideal para el Gobierno es que ya no cuente con quórum propio, para que las negociaciones sean más parejas.

Fuente: Perfil.com