Se trata de un Samsung Galaxy Mini, de carcasa negra y pantalla táctil (similar al de la fotografía), que había sido activado con otro chip.
Como se recordará, los teléfonos de última generación son rastreables por las empresas telefónicas.
Cuando los policías llegaron al lugar fueron recibidos por una mujer, a la que se le explicó las razones de la visita, y sin ofrecer resistencia la mujer entregó el equipo, explicando que desconocía su origen y que lo había comprado de buena fe.
El equipo fue secuestrado por los uniformados en el marco de la causa en la que se investiga el robo, y la mujer indicó a quién se lo había adquirido, lo que permitirá avanzar en la identificación del autor del robo.
Cabe señalar que existen numerosas “ofertas” de celulares a precios muy por debajo de los de mercado, que en muchos casos corresponden a personas que habiendo adquirido un equipo más avanzado buscan abaratar esa nueva adquisición vendiendo barato el equipo anterior.
En este sentido es importante precisar que, para no convertirse en cómplice inconsciente de un robo, cuando se adquiera un teléfono usado se lo haga a través de personas de confianza, y que se exija que el aparato sea entregado con los manuales, y preferentemente la caja correspondiente.