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Por: Pablo Wende

El aumento del dólar no desalentó a los argentinos a la hora de viajar al exterior, ya que según el balance cambiario del primer trimestre del BCRA el saldo neto de divisas que dejó la actividad turística arrojó un rojo de u$s 2.200 millones, que fue u$s 345 millones mayor al registrado en el mismo período de 2015. Esta tendencia no deja de ser preocupante, porque es un rubro por el cual se pierden muchas de las divisas que entran por otra vía, por ejemplo las exportaciones del agro o la colocación de deuda del Gobierno nacional. La buena noticia es que también aumentó el ingreso de dólares de turismo internacional, registrándose -según detaca el BCRA- el mayor nivel desde el primer trimestre de 2013. En total ingresaron u$s 406 millones, mientras que el gasto de los argentinos que viajaron al exterior se elevó a u$s 2.200 millones sólo en el primer trimestre. No está claro si efectivamente aumentó la cantidad o el gasto que el turismo internacional efectivamente realizó en la Argentina en el arranque de 2016. Esto se debe a que durante el cepo cambiario buena parte de las divisas que cambiaban los turistas se cursaba a través de los «arbolitos» y otros canales ilegales en el mercado. Esto sucedía en particular con el turismo de países limítrofes (Uruguay, Chile, Brasil) que supera ampliamente al norteamericano o europeo.

En cuanto a los gastos de los argentinos en el exterior por turismo, poco parece haber cambiado luego de la devaluación. Sucede que el nuevo tipo de cambio, actualmente cerca de $ 14,50, no está muy lejos de los $ 13,50 del «dólar turista» que se aplicaba hasta la salida del cepo y que surgía de aplicarle un 35% adicional a cuenta de impuestos al oficial.

Pero además del turismo también se siguen perdiendo muchos dólares por la vía del atesoramiento y la transferencia de divisas al exterior. Según la información del Central, tras el levantamiento de las restricciones cambiarias el público y las empresas compraron u$s 3.300 millones en los bancos, la cifra más alta registrada desde el último trimestre de 2011 (en el que se instauró el cepo). Pero además hubo otros u$s 940 millones que se transfirieron en forma neta al exterior, totalizando una «fuga» de divisas del orden de los u$s 4.200 millones en el primer trimestre, que se agregan a los u$s 2.200 millones por turismo.

De todas formas, no todos los flujos son negativos. De hecho, parte de esa salida fue compensada por un fuerte aumento de las liquidaciones del agro, en torno a u$s 2.800 millones. Y además los depósitos en dólares aumentaron u$s 1.200 millones en el trimestre, por lo que volvieron al sistema parte de los dólares adquiridos para atesoramiento. Además, la oferta de dólares se vio incrementada por las colocaciones de YPF y la provincia de Buenos Aires, que significaron cerca de u$s 1.500 millones en el período.

Hacia futuro, habrá que seguir con atención el comportamiento de estas variables. Se supone que la cifra de atesoramiento de divisas debería tender a bajar y que al menos una parte de lo que se demandó en el primer trimestre obedeció a demanda reprimida luego de cuatro años de cepo. Por otra parte, al Gobierno también le sirve que haya más demanda de dólares, al menos momentáneamente, para evitar una caída mayor del tipo de cambio. De hecho, no sólo eliminó las restricciones que quedaban para las importaciones, sino que lentamente va liberando las trabas para girar divisas por pago de dividendos al exterior, algo que estuvo prácticamente prohibido en los últimos años. Sólo en el primer trimestre se giraron u$s 347 millones, más que todo lo autorizado a lo largo de 2015 (apenas u$s 306 millones).

Fuente: www.ambito.com