Los gatos tienen un comportamiento que puede parecer extraño para muchos. Pasan del amor a la furia en cuestión de segundos y eso desconcierta a sus dueños.

Aunque parezca que lo hacen sin ningún sentido lógico, tienen un carácter fuerte y quieren hacerse respetar. Porque sobre todo, tienen una personalidad fuerte.

1 – El exceso de caricias

Los gatos tienen un límite en lo que respecta a mimos
Shutterstock

Sí, les gusta que les acaricien la cabeza y el cuello. Pero -en general- no disfrutan para nada cuando las caricias comienzan a rondar la zona de la panza, el lomo o hasta la cola.

Muchos felinos suelen ponerse nerviosos cuando las manos de sus dueños se pasan del límite y tienden a morder o rasguñar.

2 – Comida vieja

Para muchos las mascotas pueden comer cualquier cosa, por su condición animal. Esto no es así. Para nada.

La comida vencida puede traer serias enfermedades
Shutterstock

Jamás hay que darle comida enlatada que haya vencido, porque más allá del notorio mal olor puede traerle serias enfermedades. Entre las toxinas peligrosas se encuentran Salmonella, Escherichia coli, Staphylococcus y Streptococcus.

3 – Que se los ignore

Aunque no sea muy sociables, tampoco disfrutan de la soledad plena
Shutterstock

Tienen fama de mascotas poco amigables, pero eso no significa que sean antisociales o solitarios. A los gatos les gusta compartir con sus dueños u otros animales de su especie, pero también prefieren ser ellos los dueños de elegir cuándo. Eso sí, cuando se los ignora contra su voluntad pueden tomar alguna reprimenda, como orinar las pertenencias del dueño, aunque lo hacen desde el amor.

4 – No ser los preferidos

Cuando hay más de un gato dominante en la casa, aparecen los celos. Aunque las peleas también surgen cuando un gato «vecino» se mete en territorio ajeno.

La atención del dueño o el territorio puede generar disputas
Shutterstock

Los gatos son territoriales, aunque pueden «compartir». Si hay dos gatos alfa en una casa, uno puede sentirse cómodo en el living y otro en la habitación, y no hay problemas con eso. Aunque es importante que el dueño les haga entender que la casa no les pertenece del todo.

5 – Tener la cajita sucia

El olfato del animal es 14 veces más potente que el del hombre
Shutterstock

Cuando un gato orina lejos de su cajita de arena es tiempo de limpiarla. Ellos detestan que su espacio esté contaminado y buscan un nuevo lugar como substituto, que puede ser desde la cama hasta dentro de un placard. Y en esos casos, no lo hacen por amor. Los gatos tienen un olfato 14 veces más poderoso que el de los humanos, por lo que su criterio de limpieza es bastante más exigente que la de sus dueños.

6 – El ruido excesivo

Los sonidos fuertes los estressan y se esconden
Shutterstock

Los felinos disfrutan de la tranquilidad. Una buena siesta al sol, ese tipo de cosas que generan envidia en sus dueños. Por eso, en Navidad o Año Nuevo o incluso cuando hay una fiesta cerca de su territorio, suelen esconderse en algún recoveco, lejos del mundo. Especialmente los más viejitos.