Sin tanta rutina, ni corridas, ni horarios, el fin de las clases invita a los más pequeños de la casa a disfrutar, relajarse, gozar del tiempo libre y del ocio. ¡Sí, ellos también tienen que descansar!

Y sin dudas el verano es un momento para que los niños usen su tiempo para hacer lo que más les gusta, solos o acompañados por la familia o amigos. Muchas veces es el tiempo para poder hacer todo eso que quedó postergado durante el año.

Sin embargo, para muchos padres que tienen que seguir con sus actividades laborales, comienza un nuevo desafío: encontrar un lugar para que sus hijos disfruten de las vacaciones en un ambiente seguro y cuidado.

La licenciada Emilia Canzutti (MP 90400), creadora y coordinadora de Momento Cero, destacó que «a veces es aconsejable también tener unos días de impasse. No está bueno salir del colegio a la colonia, porque no se les da a los niños el tiempo para que no hagan nada, para que descansen, para que tengan su tiempo de ocio».

«Si se puede, es lo adecuado una transición entre la escuela y la colonia. En estos casos se puede apelar a abuelos, tíos, para que puedan estar en casa», recomendó.

¿Qué tenemos que tener en cuenta a la hora de elegir una colonia de vacaciones?

• Primero hay que definir si necesitamos que los niños vayan una colonia de jornada completa o de medio turno, por la tarde o por la mañana, qué es lo mejor para el normal funcionamiento de nuestra familia.

• La cantidad de chicos por grupo y la cantidad de profesores que se le asigna a cada grupo. Esto nos permitirá saber cuán individualizado será el cuidado de los chicos. Tengamos en cuenta que cuanto más chiquitos más dedicación necesitan.

• Ir al lugar para verlo personalmente y asegurarse que haya espacios con sol y sombra y que existan espacios cubiertos para los días de lluvia.

• Preguntar por la propuesta recreativa que proponen para ver si se adecua a lo que los papás esperan y desean. Es importante que las actividades estén planificadas y organizadas.

• El traslado: decidir si van a llevar a los niños directamente al predio donde se realicen las actividades, o si utilizarán servicio de transporte. Muchas veces este servicio es brindado por la colonia y en otros es tercerizado. En ambos casos hay que asegurarse de que los vehículos y sus conductores se encuentren en regla y que una persona cuide a los chicos durante el viaje.

• El cuidado de los chicos en la pileta: hay que averiguar quién controla a los chicos dentro y fuera del agua, si hay guardavidas, si se realizan revisiones médicas para prevenir el contagio de enfermedades.

• Los baños deben estar limpios y en buenas condiciones de conservación y ver que haya un adulto al momento de bañarse y cambiarse.

«Una vez iniciada la colonia si observamos que los niños están demasiado cansados o manifiestan que no quieren ir, hablemos con ellos y con los responsables de la coloniapara ver qué está sucediendo -aconsejó Canzutti-. Puede ser que sea mucha la actividad que realizan, o que le esté costando adaptarse al nuevo grupo y al nuevo lugar. Muchas veces una colonia de todo el día le resulta demasiado pesada para ellos, o tal vez necesitemos revisar la elección, no todas las colonias son para todos los chicos».

Y finalizó: «Tenemos que darles el tiempo a los chicos para que se acomoden, para que se adapten al nuevo grupo y a los profesores. Hay que tener flexibilidad para evaluar la elección«.