Durante un operativo de caza de motos realizado en los últimos días en la zona céntrica de las siete colinas, al momento de realizar el secuestro a una motocicleta que carecía de la documentación reglamentaria, un inspector colocó las fajas de secuestro correspondientes a la moto.

Para quienes no están familiarizados con las fajas de “secuestro” son simples calcomanías de gran tamaño, y como toda calcomanía, cuenta con una banda protectora para el pegamento que debe ser retirada al momento de su utilización

Una vecina que pasaba ocasionalmente pasaba por el lugar le sugirió a los funcionarios que los papeles que se desechan de las calcomanías utilizadas, podrían ser guardados para su posterior descarte en un tacho de basura o donde corresponda, y no en la calle como habían hecho en ese caso.
La ciudadana que sugirió cuidar la higiene de nuestro casco urbano recibió una insólita respuesta por parte de un funcionario policial. “Nosotros nos llevamos la motos y tiramos los papeles en la calle, total la Municipalidad limpia”.

Resulta increíble pensar en una contestación de ese tenor, y más aun viniendo de un policía, quien se supone debe predicar con el ejemplo. Pero quizás resulte más increíble que un inspector arroje los residuos en la vía pública como si nada le importara. Será hora tal vez que este muchacho vuelva a realizar el curso de capacitación, en donde los detalles mínimos seguramente son tenidos en cuenta.