Ante las apasionadas y emocionales declaraciones realizadas hace algunos días contra determinados dirigentes de UNEN, quienes tenemos sensaciones de dolor por los dichos y también de error, tanto en las formas como en el contenido, desde modestos lugares del interior, como es mi caso, nos sentimos obligados a decir en público lo que pensamos en privado porque la importancia de todas esas palabras va más allá de un lugar determinado y abarca a toda la sociedad y, mucho más, a quienes aún creemos en la política como elemento totalizador y referencial de cambio y mejoramiento social. 

Por ello de esta manera realizamos un desagravio respecto de las personas que, en nuestro entender, han sido agredidas por juicios de valor de parte de una importante, ya ahora, ex, dirigente de UNEN. Julio Cobos, Hermes Binner, Pino Solanas, por considerar los más afectados, son quienes se toman como referencia en estas expresiones que vertimos con un ánimo reivindicatorio y morigerador de lo que considero fueron opiniones desmesuradas respecto de estas personalidades públicas. 

Dice Adán Smith en la Teoría de los sentimientos Morales en el capítulo que aborda la forma en cómo juzgamos socialmente que «cuando juzgamos cualquier sentimiento, en la medida que sea proporcionado o desproporcionado, es imposible que no recurramos a la emoción para la reacción. Y si percibimos que no coinciden con nuestros pensamientos los consideraremos desproporcionados». Y esa es la situación que provocaron las palabras excesivas manifestadas, existió desproporción y eso descalifica mas a quien así opina que al que recibe y, más aún, si este último, actúa con benevolencia. 

Si algo decimos muchos, desde diferentes posiciones políticas, es que hay que moderar la conflictividad, que, si bien es inherente al género humano, la cuestión es que no se llegue a la violencia y esto debe ser entendido tanto en lo físico como en lo moral. 

Hoy, que tanto se está trabajando desde la pedagogía y la neurobiología en alcanzar una cultura de La Paz, no es atinado tener palabras groseras porque producen también violencia, tanto en quien escucha o replica salvo que se hagan esfuerzos extremos para evitar agravar los conflictos pero, entonces, no se puede bregar paz desde la violencia verbal. Hoy, la vida pública para una nueva República, entre otras cosas, exige tener ejemplaridad. Quien no la tiene o la pierde se diluye en la consideración popular. 

Y aquí ha habido violencia y por eso nuestra intención de Desagraviar a estas personas que, hasta hace pocos días atrás eran buenas para los agraviantes y ahora en cambio son la antítesis. 

Esto significa que repentinamente ha habido un cambio de pensamiento y de acción respecto de estos dirigentes que fueron socios todos en la construcción de UNEN, a todos les sirvió esta alianza y muchos se beneficiaron, pero ahora, de golpe y por una discrepancia política, propia de grandes organizaciones plurales y democráticas como es esta, se producen renuncias y agravios que no se pueden ni deben pasar por alto. 

Dice un refrán español «el que dice lo que quiere escucha lo que no quiere», y de alguna manera esto es lo que ira sucediendo en función de la baja calidad de la actitud y de las palabras. 

Recuerdo muy bien una conversación con Raúl Alfonsín mientras participamos de un diálogo entre pocas personas en la Quinta de Olivos, en la transición entre el 87 al 89, en donde a modo de sentencia y de consejo nos dijo a quienes compartíamos un «tentempié», que «eran momentos de ser muy precisos con las palabras». Son frases simples de un momento cualquiera pero quedan para la historia personal como, en este caso, lo fue para mí. 

Y digo que, si en aquel momento, fundacional de la Democracia, donde algunos de los que hablan con excesos, no la vivían como nosotros, la construcción que debimos hacer, hoy, es mucho más importante el correcto uso de la semántica, no solo en el diálogo sino, también, en las expresiones públicas al referirse a otras personas. Agraviar es en estos casos, ante el mal uso de los términos, un acto discriminatorio y es más propio de personas incultas que de individuos bien formados intelectualmente. 

Como resulta más que llamativo que no haya habido voces en el sentido de estas palabras que emitimos, es que consideramos necesario hablar desde este modesto interior entrerriano para no solo desagraviar sino también para solicitar a quienes tienen autoridad formal en las instituciones de UNEN, que procedan de igual manera. Si así no se hace es como un Piedra Libre anárquico que demostraría que hay ausencia de conducción y eso si que es malo para la República. 

Es como que en una familia, un padre, ante el error de su hijo, por el amor que le tiene, deja todo como esta para no alterar más las cosas y lo único que se consigue es otorgar más posibilidades de seguir cometiendo errores y, además, dar la sensación de pusilanimidad que tanto mal le hace a quienes detentan cargos de conducción y, por ende, a las organizaciones que conducen. 

Pero lo que agrava más la importancia de la agresividad es el contenido conceptual que se desgrana para hacer imputaciones. Insinuar alguna intencionalidad desde un gobierno al problema del narcotrafico, en particular a la provincia de Santa Fe, ahora y no en la conformación de UNEN, es temerario y es lo que a mí me obliga a defender a Hermes Binner quien si algo no ha dejado dudas es de su correcta conducta moral desde la función pública. 

El Narcotrafico ha infestado al país y ninguna ciudad o provincia escapa a esta realidad y resulta más que llamativo no abarcar en la critica a todos aquellos lugares que conviven y muy mal con la invasión de este tipo de delincuencia. Particularizar en este caso es discriminar y eso es negativo y malicioso. 

Me gustaría decir en este punto que, sería más que bueno e importante pensar no solo en la represión hacia los narcos sino, además, tratar lo más importante que nadie abarca institucionalmente y que es la manera de cuidar a nuestra sociedad que ya tiene adicciones pero que, sin embargo, esta con ausencia total y sistemática del estado, nacional, provincial o municipal. Está bien hablar todo el tiempo de los Narcos y la vinculación con la política, que quizás exista pero deberían ser más precisos, tanto respecto de culpables como a las diferentes formas de combatirlos. Pero más trascendente sería si es que se planteará que la educación, la salud y una área específica del estado, abarquen la cura de las adicciones porque, si esto no se hace, el problema es doble y con enorme responsabilidad de la dirigencia política toda. 

Y de la misma manera quiero defender a los dirigentes de UNEN agraviados ante otra acusación que es un verdadero sofisma y falta de actitud republicana. 

Se afirma desde quien agrede que, conformar UNEN, como lo está en este momento, es hacerle el juego al Peronismo y que eso permitirá que de nuevo existan mayorías de ese partido. Hablar en esos términos en un país regido por la constitución y con funcionamiento democrático es una actitud antigua, gorila y pre-republicana. Es que en «la Nueva República» que proponen los agraviantes no tendrán cabida los peronistas? Seremos, los no peronistas los Arios de la Nueva República? O se pretende acaso crear la Unión Democrática del Siglo XXI? 

Y lo que es peor, también discrimina hacia el propio espacio al que pretende asociarse, el Pro, pues allí, hoy día, Cristian Ritondo, es precandidato a Jefe de Gobierno, es Peronista de base, dirigente importante de ese partido y socio de Hugo Moyano en Independiente, desde la política de este club. Y a este ejemplo se debe agregar el del Senador Diego Santilli, y el del Ministro Emilio Monzó de militancia Peronista, uno de los más relevantes funcionarios del actual gobierno de la Ciudad-Estado. 

Esto significa algo así como lo que demuestra aquel dicho, el pez por la boca muere. No se puede decir tanto y con la sola intención de dañar a pocos, en realidad nos daña a muchos y a mas de los que los dicentes imaginaron en primera instancia. 

Y por último, también para desagraviar y desagraviarnos todos, es necesario resaltar, desde lo práctico pero también desde lo intelectual, que las Izquierdas y las Derechas todavía existen. Ese intento de minimizar esta cuestión por el solo hecho que la post modernidad ha cambiado las formas, no implica que las diferencias de los movimientos políticos no se noten en este actual mundo. 

Si repasamos la geografía vemos que las países desarrollados del Norte, como lo es EEUU, tiene Demócratas y Republicanos que para nada representan los mismo socialmente y uno es claramente mas vinculado al pueblo que otro; en Inglaterra, los Laboristas y los Conservadores son más que claro ejemplo de las diferencias ideológicas; en España el PSOE y el PP para nada son idénticos y sus gobiernos lo demuestran de la misma manera que Hollande y Le Pen nada tienen en común en Francia y así sucesivamente. Renegar de esa realidad seria otro sofisma que ya no es fácil que sea aceptado por la sociedad. 

Y si fuera poco esta realidad venimos a América Latina, y vemos que en el Uruguay sucede claramente que son marcadas las diferencias entre Izquierdas y Derechas igual que en Chile, en Brasil, en Bolivia y Ecuador. Es tan contundente todo el arco mundial que parafraseando a Norberto Bobio, esta Díada, es persistente y en todo caso adquiere distintas formas y sobre todo más moderadas que las vividas en el siglo anterior pero en definitiva las diferencias son continuas y poderosas. 

Como un simple ejemplo, creo que será útil para los supuestos intelectuales, si alguien pudo imaginar en algún momento que Michel Bachelet se podría asociar al ex presidente Piñera para garantizar un triunfo? Nadie y es por el solo hecho de mantener convicciones y principios. 

Decía Hipólito Yrigoyen «que se pierdan cien elecciones pero que se salven los principios». Esa frase vale más que mil discursos y que muchos libros y, en mi criterio, hoy, tanto por ideas como por moral, vale más que cuando fue emitida y precisamente por haberla olvidado mucha dirigencia es que no solo torció rumbos de partidos y movimientos sino que también provocó el deterioro institucional más grande en la historia. 

Vale la pena entonces, después de este intento de desagravio de personas con las cuales caminaría con toda paz por las calles de cualquier lugar de la Argentina, que finalice el mismo citando nuevamente a Adán Smith en su libro cumbre, «la Teoría de los Sentimientos Morales», su primer libro y publicado 17 años antes que la Riqueza de las Naciones, y allí destaca algo que es para tenerlo en cuenta como cuestión practica y a su vez como forma de vida en sociedad. Su pensamiento «es que los moralistas que basan sus teorías en posturas extremistas tienden a confundir y a brindar un retrato lúgubre de la sociedad.» 

Creí necesario escribir esta posición porque no ha sido mi estilo, en el ruedo político, dejar de decir el verdadero pensamiento que nutre un accionar para que nadie se confunda. No tiene más intención que marcar una posición para que se apoye o se critique pero peor sería callar lo que me desvela. No se puede hacer la más noble de las tareas como lo es la política con el silencio especulativo o cómplice. De esta manera nadie nos conocería en profundidad, la única manera es la de escribir o hablar para que el lector entienda si le conforma o no el pensamiento de quien está convencido que UNEN es una gran herramienta y por ello mismo no sujeta a manipulaciones personales que reflejan intereses subalternos y no principistas. 

Finalmente debo decir que he sido adherente, respetuoso, admirador de la postura de quien realizó y/o realizaron estas críticas, pero definitivamente se han producido excesos y desproporciones en las mismas, lo que obligó a expresar este pensamiento. 

(*) Integra el Movimiento Yrigoyenista Entrerriano, sector interno de la Unión Cívica Radical (UCR). Además, preside la Fundación Crisólogo Larralde de Concepción del Uruguay e integra UNEN de ese departamento.