Días atrás, la vieja casilla de información turística ubicada en la cabecera del viaducto Rosario – Victoria, sufrió el impacto de un coche  en manos de un conductor “descuidado”.

A raíz del infortunio, la tan ponderada “oficina turística” quedó completamente destruida. Básicamente se podía ver en las fotos que lo único que servía de la misma era su aire acondicionado.
La casilla fue trasladada a la planta de reciclaje en donde se realizó el correspondiente inventario que en estos casos asegura el mantenimiento de los objetos que podría llegar a haber en su interior.
En dicho inventario figura y se puede corroborar por medio de imágenes, un equipo de acondicionamiento de aire.
Al arribar la nueva casilla a la ciudad, empleados municipales se dirigieron a la planta de reciclaje en donde se encontraba la vieja casilla para extraer el aire acondicionado e instalarlo en la nueva oficina turística.
Para la sorpresa de todos el equipo ya no está, a pesar de estar inventariado mágicamente desapareció y los empleados de la planta afirman que la misma nunca llegó con aire acondicionado al lugar.
Otra misteriosa desaparición que abre un nuevo interrogante en la historia de “turismo”, mientras seguimos padeciendo los “daños colaterales” de la ola de calor.