Cuatro de cada cinco casos de cáncer de piel se pueden prevenir
Verano. Vacaciones. Playa. Montaña. Sierras. Sol. Todos términos que bien pueden formar parte de una misma «familia de palabras» de esas que nos hacían armar en la escuela primaria.
Es que sea cual fuera el destino elegido para el tan merecido descanso, el sol suele ser el protagonista. Salvo, claro, que el rumbo elegido hayan sido otras latitudes donde impera el frío en esta época.
Bien sabido es (y hasta recomendado por los médicos) que la exposición moderada al sol brinda energía, calor, interviene en la producción de vitamina D y modifica los estados de ánimo. Pero también es cierto que el aumento de la incidencia de cáncer de piel en las últimas décadas está estrechamente relacionado con actividades al aire libre. Y de ahí que de un tiempo a esta parte se promueva que la sobreexposición a la luz solar tiene efectos nocivos sobre la piel, los ojos y el sistema inmunológico.
Es que el sol es el responsable del cáncer de piel, cuyo número de casos se duplica cada 10 a 20 años, dependiendo del país.
Dentro de los tumores malignos de piel, los más frecuentes son el carcinoma basocelular, el espinocelular y el melanoma.
«El melanoma es el tumor responsable del 80% de los fallecimientos por cáncer de piel. Junto con el cáncer de pulmón y el linfoma no Hodgkin son las únicas neoplasias que aumentaron su incidencia en todo el mundo», aseguró el doctor Pablo José Pérez Mesa (MN 110549), del Servicio de Oncología Clínica del Hospital Italiano de Buenos Aires e integrante del equipo de Fundación Tiempo de Vivir.
«DENTRO DE LOS TUMORES MALIGNOS DE PIEL, LOS MÁS FRECUENTES SON EL CARCINOMA BASOCELULAR, EL ESPINOCELULAR Y EL MELANOMA»
«Todos podemos tener un melanoma, aunque los pacientes de mayor riesgo son aquellos con antecedentes familiares, piel clara, quemaduras solares en la infancia, con alto número de lunares y exposición frecuente a rayos UVA», detalló.
La mayoría de los casos de cáncer de piel son causados por la exposición a las radiaciones ultravioleta (UV), ya sea procedentes del sol o de fuentes artificiales como las camas solares.
«El efecto de estos rayos en el cuerpo es acumulativo, progresivo e irreversible, por lo tanto es probable que la exposición excesiva de los niños y adolescentes intervenga en la aparición de este tipo de patologías en etapas posteriores de la vida. También afecta a los ojos y se estima que el 5% de las cataratas, a nivel mundial, se pueden atribuir directamente a la exposición de los rayos UV», explicó, por su parte el doctor Ernesto Crescenti (MN 50.776), investigador y director del «Instituto de Inmunooncología Dr. Ernesto J.V. Crescenti».
Si bien siempre se recomienda utilizar protección solar cuando la radiación UV es de 3 o mayor, lo más importante es que «cuatro de cada cinco casos de cáncer de piel se pueden prevenir,evitando las exposiciones dañinas a los rayos UV«, destacó el especialista.
Los efectos del sol sobre la salud
En cantidades pequeñas, las radiaciones UV son esenciales para la buena salud y desempeñan una función esencial en la producción de vitamina D por el organismo. Esta vitamina fortalece los huesos y el sistema osteomuscular. Los efectos biológicos de las radiaciones UV son muy diversos y dependen de su longitud de onda, penetración en la piel, tiempo de exposición, hora del día, distintas estaciones del año, la altura y la polución ambiental.
«Pudiendo aparecer poco después de la exposición solar o años más tarde, entre los primeros síntomas de la piel se destacan el eritema y la quemadura solar, las fotodermatosis y la inmunosupresión; y entre los segundos la fotocarcinogénesis y el fotoenvejecimiento», detalló Crescenti, quien remarcó que «los daños oculares pueden ser cataratas, pterigión (aparición de un bultito blanco en la córnea), quemaduras en la córnea y lesiones en la retina».
Consejos para prevenir el cáncer de piel
Se recomiendan las siguientes medidas para protegerse de la exposición excesiva a las radiaciones UV:
– Limitar el tiempo que se pasa bajo el sol de mediodía, especialmente entre las 10 AM y las 4 PM.
– Usar ropa liviana pero que ofrezca protección, las camisas de mangas largas y pantalones largos holgados fabricados con una tela de tejido cerrado ofrecen la mejor protección. Una camiseta mojada protege mucho menos que una seca. Los colores oscuros pueden ofrecer más protección que los claros. Resguardarse con una camiseta o salida de baño.
– Usar un sombrero de ala ancha para proteger los ojos, el rostro y el cuello.
– Usar anteojos de sol cerrados a los lados que den una protección de 99% a 100% contra las radiaciones UV.
– Utilizar un filtro solar de amplio espectro con un factor de protección solar (FPS) mayor a 30 y renovar con frecuencia por lo menos cada dos horas. Verificar la fecha de vencimiento del filtro solar. El rótulo de «pantalla/bloqueador total» se refiere a un producto de alto poder de protección pero nunca una barrera imposible de traspasar por las radiaciones. Por ello, siempre deben ser acompañados por las otras medidas de cuidado.
– Limitar el tiempo de exposición al sol. Usar protector solar no significa disponer de mayor tiempo de exposición.
– Si hay viento fuerte aplicar el protector solar con más frecuencia.
– Evitar las camas solares: el uso de estos aparatos antes de los 35 años de edad se acompaña de un aumento de 75% del riesgo de melanoma maligno. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda prohibir su uso en los menores de 18 años.
– Estimular a los niños para que tomen las precauciones sencillas descritas anteriormente evitará lesiones a corto y a largo plazo sin impedir que disfruten el tiempo que pasan al aire libre. Los adultos deben procurar que los niños estén debidamente protegidos.
La regla del «A, B, C y D», clave para detectarlo a tiempo
«Cuanto antes se detecte el tumor de piel, son mayores las chances de curación -destacó Pérez Mesa-. Las lesiones sospechosas pueden caracterizarse por una simple regla con las primeras letras del abecedario, la regla del ABCD».
A: Asimetría
B: Bordes irregulares
C: Color, suelen ser múltiples en la misma lesión, pudiendo verse colores como el rojo, azul o blanco
D: Diámetro superior a 6 mm
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