A tres años de ocurrido el accidente, será sometido a juicio oral y público el conductor que causó el siniestro vial que se cobró la vida de María Florencia Crovetto y Laura Sena. 
El proceso tiene como imputado a Francisco Ariel Álvarez, y se sustanciará en el Tribunal de Juicios y Apelaciones de Nogoyá. 

“Nos ha llevado casi tres años de pasillos, cartas, llamados telefónicos, notas periodísticas y más, amplificar y hacer comprender que es hora y es urgente que el Estado, a través del sistema judicial, incluya y juzgue debidamente a los homicidas viales. Y que éstos enfrenten un juicio, que comparezcan ante un juez, fiscales y las familias víctimas por su insensato, criminal e imprudente accionar”, expresaron desde la campaña Puente Estrella que conforman familiares y amigos de Flor y Lauri, las víctimas del siniestro. 

“Ante tanto dolor, es urgente que la justiica imparta justicia y que los culpables sean merecedores de acusaciones, sanciones y penalidades. No somos quijotes. No pretendemos un ajusticiamiento de Álvarez. Somos familias desangradas y con ausencias. Por eso, y luego de una intensa y sostenida lucha informamos a todos los que nos apoyaron, a quienes siguen sufriendo en silencio, a quienes no pudieron sostener los brazos porque el dolor es tan pesado que aplasta, que no estamos derrotados”, remarcaron. 

El hecho 
En diciembre de 2013 el juez de Garantías y Transición de Victoria, Alejandro Calleja, clausuró la instrucción y elevó a juicio la causa. Álvarez está acusado por los delitos de homicidio culposo múltiple y lesiones graves culposas, por el hecho ocurrido el 10 de junio del año pasado. 
Ese día, a la altura del kilómetro 16 del puente Victoria-Rosario, Álvarez, a bordo de un Volkswagen Gol, decidió -pese a la línea amarilla en la curva y lo angosto de la ruta-, hacer una maniobra prohibida de sobrepaso a un camión mosquito y chocó de frente contra un automóvil que viajaba en sentido contrario. 
María Florencia Crovetto, de 30 años, murió en el acto; Laura Sena, su tía de 45 años agonizó durante 100 días en terapia intensiva, y también falleció. Santiago, el esposo de Florencia, estuvo cinco horas atrapado en el auto, hasta que los bomberos lograron sacarlo; y Clara, la hija de ambos, que tenía 16 meses, perdió a su mamá. 
El acusado, que vive en el partido bonaerense de La Matanza no estuvo detenido ni siquiera un día y estuvo a punto de ser beneficiado con la suspensión del juicio a prueba: ofreció pintar la iglesia a la que concurre habitualmente, algo que rechazaron los familiares de las víctimas.