Para Capitanich es de «absoluta racionalidad» que el Banco Nación no financie más a quienes retengan el grano.

El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, confirmó ayer que, a partir del 1° de enero, el Banco Nación no financiará a los productores que aún retengan soja y calificó la decisión de la entidad de «absoluta racionalidad».

Desde las entidades del campo, en las últimas horas Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) pidió por carta al presidente del Nación, Juan Ignacio Forlón, y el ministro de Agricultura, Carlos Casamiquela, dejar sin efecto las restricciones. En tanto, en Federación Agraria Argentina (FAA) calificaron a Capitanich de «verdugo de pequeños y medianos agricultores».

Si bien las trabas comenzaron en enero pasado recortando los montos de ayuda crediticia, se profundizaron en los últimos meses. Y la semana pasada los productores fueron informados en las sucursales que si continúan con soja sin vender en 2015 directamente no serán atendidos, perderán beneficios como la tarjeta rural del banco y sus cuentas quedarán al borde del cierre.

Los productores tienen sin comercializar 13,9 millones de toneladas de la oleaginosa de la cosecha pasada que representan unos US$ 6000 millones. La instrucción oficial al banco es que si un productor necesita crédito se financie vendiendo el grano almacenado.

«Es de absoluta racionalidad lo que hace el Banco de la Nación Argentina, y es de absoluta racionalidad el diseño de una política crediticia que pretende asignar recursos a los sectores que no los tienen. A los sectores que disponen de recursos, obviamente, deberán liquidar los mismos», expresó el jefe de Gabinete en su habitual conferencia de prensa matutina.

Para el funcionario, los productores sojeros representan un sector que tiene «excedentes» y que ante esa situación los créditos tienen que direccionarse hacia rubros que no tengan esa capacidad de «acumulación de soja».

«Es correcta la orientación de una política financiera por parte del Banco de la Nación Argentina, como banca estatal y de fomento, de inducir a procesos de asignación crediticia para aquellos sectores que más necesitan financiamiento y que no disponen de reservas, como en este caso, acumulación de stock de soja que pueden perfectamente liquidar», indicó.

Capitanich dijo que los productores «especularon con una variación del tipo de cambio que no fue».

En la carta a Forlón y Casamiquela, el presidente de CRA, Rubén Ferrero, remarcó que «la restricción de financiamiento hacia el sector agropecuario no hace más que ahondar el estancamiento de la inversión y producción del sector». Además, destacó que la quita del apoyo crediticio afecta a una producción que aporta el 25% de las exportaciones anuales del país.

CRA afirmó que las trabas contradicen los mismos objetivos del banco de brindar ayuda para la producción. Y subrayó el respaldo que tienen los productores en otros países de la región.

«Estas políticas del Gobierno van a contramano de la política de apoyo que realizan nuestros competidores como, por ejemplo, es el caso de Brasil, que apoya con un fuerte financiamiento al sector agropecuario, con más de 70.000 millones de dólares anuales, de los que 70% van dirigidos a financiar insumos y facilitar la comercialización y el resto va a inversión en bienes de capital», señaló CRA.

Omar Príncipe, presidente de FAA, criticó que Capitanich considerara racional la política del banco hacia quienes retienen soja.

«Es vergonzoso que uno de los más altos funcionarios de este gobierno califique como racional la decisión del Banco Nación de cerrar el financiamiento a pequeños y medianos agricultores, obligándonos a malvender nuestra pequeña reserva de granos para que pase a manos de las exportadoras, dejando en clara evidencia que los únicos intereses que defiende Capitanich son los de las compañías con quienes negocia la transferencia de renta de los pequeños y medianos agricultores hacia las multinacionales», afirmó el presidente de Federación Agraria.