Entre Ríos y Chaco dejaron sin efecto los acuerdos de aumento de haberes pactados durante los acuartelamientos del 9 y 10 de diciembre últimos, que dio como saldo saqueos y catorce muertos.
Desde el gobierno nacional no descartan que en otras provincias se disuelvan también las revisiones salariales.
A raíz de la disolución del acuerdo en nuestra provincia, anoche hubo nuevamente concentración de policías en la plaza de Concordia.
El procurador general del Superior Tribunal de Justicia, Jorge García, sostuvo públicamente que el acta está «viciada de nulidad porque fue firmada bajo extorsión». Ayer el ministro de Gobierno, Adán Bahl, de quien depende la policía provincial, dijo que «aunque el acuerdo lleve la firma del gobernador, del Papa y de diez escribanos, es nula”. A raíz de estas declaraciones, el malestar se hizo notar en las filas policiales de Entre Ríos. El acta firmada por Urribarri preveía llevar el sueldo mínimo a 8434 pesos de bolsillo.
En el Chaco, Juan Carlos Bacileff Ivanoff anunció que no hará efectivo lo pactado «debido a que no aceptará el acuerdo bajo presión» argumentando que el presupuesto provincial no se lo permite. Por ese motivo, el sueldo mínimo de 8000 pesos se redujo a 6000 para los agentes.
El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, recibió comentarios de varios gobernadores y aseguró a LA NACION que Catamarca y Neuquén debieron «negociar esos aumentos de manera razonable para no alterar los parámetros de política salarial del sector público para el ejercicio 2014».
La de nuestra provincia es la situación más grave porque el gobernador Sergio Urribarri reconoció que no podrá afrontar el aumento pactado y se desencadenó una nueva reacción de las fuerzas policiales, que ayer volvieron a concentrarse en la plaza de Concordia.
En los otros distritos, donde también surgieron conflictos, no hay amenazas de recortes, pero hay una marcada preocupación por el incremento de los aumentos salariales al resto de los estatales