En ese edificio primero funcionó una cigarrería, propiedad de Antonio Riviriego. Se llamó la Cigarrería del Toro. Eso fue en la primera mitad del siglo pasado.

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Ahora, es un edificio de valor histórico y patrimonial, sede de la administración de El Diario, pero que va camino de cambiar de dueño, al igual que parte de la torre que alberga a la Redacción.

El edificio, dos plantas que se levantan en la esquina de Urquiza y Buenos Aires, está a punto de ser escriturado a nombre de una financiera, la Mutual 10 de Abril.

Es un edificio con una rica historia, revelada por el periodista Jorge Riani.

Ese edificio se terminó de construir en 1903. Entonces, en la planta alta, Antonio Reviriego se instaló a vivir junto a su familia, y en la planta baja estaba el salón de ventas de la cigarrería que instaló.

En el sótano, varias mujeres paraguayas fabricaban los cigarros con el tabaco  que descendían por donde hoy se ingresan las bobinas de papel, en una abertura ubicada sobre la vereda de calle Buenos Aires. También trabajan dos negros libertos, Cirilo y Froilán.

En una de las dependencias del caserón funcionó la Biblioteca Popular del Paraná antes de que se construyera su actual sede, en calle Buenos Aires.

Reviriego, cuenta Riani en una crónica publicada el 14 de mayo de 2011, era un empresario porteño de origen andaluz que tenía campos en Paraguay y comercios en la Capital Federal. El empresario tabacalero solía hacer una travesía, que consistía en seguir la misma ruta que hacía su mercadería: viajar por río ida y vuelta en un recorrido que unía Capital Federal con sus plantaciones de tabaco en el territorio guaraní. En ese trayecto, Paraná era el punto obligado de escala.

Instaló su fábrica allá por 1880, en la desaparecida casa que ocupaba la céntrica esquina paranaense. Sobre calle Urquiza, Reviriego vivía con su esposa Antonia y cinco hijos. Antonia estaba embarazada de su sexto hijo cuando el empresario decidió ir a Paraguay a vender sus plantaciones. La idea era comprar campos que queden más cerca de Paraná. La familia había crecido y el negocio ya era una referencia obligada del centro comercial, por lo que seguir viajando se hacía dificultoso.

La cigarrería funcionó en esa esquina hasta que en 1947 se instalaron allí los talleres gráficos de El Diario. Después, la impresión del matutino iría al subsuelo, y allí quedaría el área administrativa.

Pero esa historia está a punto de tener un punto final.

En el Juzgado Civil y Comercial Nº 7 de Paraná se tramita la causa “Asociación Mutual 10 de Abril de Paraná c/Sociedad Anónima de Entre Ríos – Monitorio Ordinario – Escrituración”. Sociedad Anónima Entre Ríos (SAER) es la empresa editora de El Diario, y según una minuciosa investigación de los fiscales Alejandro Cánepa y Viviana Ferreyra, en una operación de vaciamiento, todos los edificios propiedad de SAER fueron enajenados, mediante operatorias de triangulación de la que participaron distintas mutuales. La 10 de Abril, entre ellas.

La Mutual 10 de Abril tiene un contrato de preventa firmado hace dos años, con la posibilidad cierta de quedarse con el edificio de Urquiza y Buenos Aires. En realidad, ya inició el proceso de escrituración. La propiedad fue vendida por SAER a la Mutual 10 de Abril a un precio imposible de $2.000.000 mediante un contrato de retroventa.

“Tal valor resulta, cuando menos, llamativo por lo bajo – y sin dudas encubre un tipo de operaciones financieras como las descriptas – en función del indudable valor comercial, patrimonial e histórico del inmueble en cuestión, en donde funciona nada menos que la sede administrativa de El Diario de Paraná – empresa ícono de la firma SAER -, lo que no deja de dar verosimilitud no solo a la denuncia en sí misma, sino también a las medidas que a continuación se solicitarán, sobre todo porque la misma operación se reitera en el Expte. Nº 19036, caratulado “Asociación Mutual 10 de Abril c/Sociedad Anónima Entre Ríos – Ordinario – Escrituración”, que tramita por ante el Juzgado en lo Civil y Comercial Nº 8 de Paraná, y que se adjunta a la presente”, dice el escrito de lo fiscales Cánepa y Ferreyra por el que solicitaron la indagatoria de los socios de SAER, entre ellos el actual ministro de Agroindustria de la Nación, Luis Miguel Etchevehere, investigados, de momento, por el delito de defraudación.

También están involucrados Arturo Sebastián y Juan Diego Etchevehere, hermanos del ministro, y la madre de todos ellos, Leonor María Magdalena Barbero Marcial de Etchevehere.

 

“Lo que quedaría claro –dicen los fiscales-, a partir de los ejemplos citados, es que los denunciados han realizado actos por los cuales descapitalizan la firma SAER y la endeudan, desprendiéndose de gran parte de su patrimonio, e insolventándose a sabiendas de que tal resultado que podría llevarlos – por lo menos – a la imposibilidad de asumir compromisos comerciales y/o laborales con terceros, o incluso con los propios socios, o con la querellante – existen no menos de 10 causas civiles, que fueron solicitadas ad effectum videndi a lo largo de la presente investigación, en donde se tramitan reclamos de carácter patrimonial de Dolores Etchevere hacia el grupo familiar sindicado”.

“De esa forma, entiendo que – prima facie – y atento el estadío procesal en que nos encontramos, puede atribuírseles a los nombrados Luis Miguel Etchevehere, Arturo Sebastián Etchevehere, Juan Diego Etchevehere, Leonor María Magdalena Barbero Marcial de Etchevehere y Luis Alberto Guevara, que durante el período comprendido entre los años 2011 a 2015, en su carácter de miembros del Directorio de la firma Sociedad Anónima de Entre Ríos, realizaron la venta simulada de los inmuebles ubicados en la ciudad de Paraná, sitos en: 1) Urquiza Nº1119/23 – subsuelo – (partida DGR 120.979/03); 2) Urquiza Nº 1119/23, P.B. (partida DGR 10-6638-08); 3) Urquiza Nº 1119/23, piso 1º (partida DGR 10-120861-01); 4) Urquiza Nº 1119/23, piso 2º (partida DGR 10-120862-00); 5) Camoirano Nº 63 (partida Nº 13-11463801); 6) Caseros Nº 9898 (partida DGR 09-107636-4); 7) Etchevere s/n (partidas DGR 03-102359-03 y 03-102358-4); hacia la empresa Construcciones del Paraná S.A. – cuyos socios resultan Luis Miguel Etchevere, Arturo Sebastián Etchevere, Juan Diego Etchevere y Leonor María Magdalena Barbero Marcial de Etchevere -, a precio vil y por debajo de los de mercado, que en realidad encubrían préstamos de dinero otorgados por ésta última hacia SAER, y – a su vez – de las firmas Asociación Mutual Unión Solidaria y Asociación Mutual 10 de abril hacia aquella, obligando así de manera abusiva y desapoderando patrimonialmente a la sociedad cuyos intereses y bienes dirigen y administran, en perjuicio de los socios y de otros terceros que se vinculan laboral y/o comercialmente con la misma. La maniobra de vaciamiento consistía en que por cada escritura se confeccionó un mutuo, emitido por una de esas mutuales que hacía de prestamista, y un cheque a nombre de Construcciones del Paraná S.A; esta sociedad endosaba dichos cheques en favor de SAER por la escritura de cada inmueble y luego SAER derivaba los cheques a los acreedores en cancelación de cada uno de los mutuos. De esa forma, el dinero tenía un movimiento circular por el cual volvía al prestamista original, mientras que los bienes involucrados en tales operaciones cambiaban de titular, que a la postre eran las mismas personas físicas que administraban SAER, despojando a esta última de tales bienes”.

La Mutual 10 de Abril, según la página de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), tiene un domicilio curioso: Urquiza 976, a una cuadra de El Diario. En ese número está el Gran Hotel Paraná.